Rescate Implacable (A Working Man/ EUA, Inglaterra/ 2025)
Rescate Implacable es otro vehículo de Jason Statham al estilo de acción desmesurada a la que estamos acostumbrado verle.
No deja de ser esa figura misteriosa con pasado por igual de misterioso que trata de dejar todo atrás, ahora como un contratista trabajando para una familia latina en Chicago que dedican su tiempo a construcciones.
Nada fuera de lo común hasta que la hija de la familia desaparece y Levon Cade el experto en contraterrorismo tiene que resurgir para encontrarla.
En Rescate Implacable no hay nada fuera de lo común al tratarse de Statham como el hombre rudo que nada puede frenar y se es testigo de demasiadas similitudes con su anterior vehículo Beekeeper principalmente por ser manejada por el mismo director, David Ayer.
Demasiadas similitudes son pocas, desde la violencia imperante, el personaje con la idea de erradicar a los “malitos” y mas que una misión, el tema es barrer y dejar limpio el panorama.
Si en Beekeeper el tema era el “phishing” y sus consecuencias, ahora es no tanto el tráfico de personas como es promovido sino un tema manejado en TV y cine que es la selección de víctimas específicas para fines nefastos.

Y ayer como director trabajando el guion de nada menos que Sylvester Stallone se da lujo de presentar tanto esa violencia característica de las películas de Statham como una galería de personajes folklóricos en demasía.
La película se aleja demasiado del origen, la serie de libros de Levon Cade escrita por Chuck Dixon para darle riendasuelta a un clon de Liam Neeson y sus películas de Taken (la primera película de la serie era Búsqueda Implacable para seguir con las similitudes) y Statham que por más que trata de alejarse, mas nos recuerda sus años de gloria como El Transportador.
Sólo que aquí parece que estamos viendo una variante del universo de John Wick con todo y villanos y clanes y consorcios de imparables asesinos.
La película oscila de lo normal a lo absurdo y trata de compensar todo con las peleas de Statham donde él solito puede contra un ejército de forajidos, pero esta producción solita se mata con demasiados montajes surrealistas, ejemplo, cuando despliegan una luna llena gigantesca pintada obviamente y colgada en un set y el jefe de villanos gritando “es un demonio del infierno” y se persigna.
De miedo, pero por mala.
Voy a ceder a una ironía que maneja la película, pero la compensan de una manera salvaje: Jenny (Arianna Rivas) la hija secuestrada se mete en la situación que vive por usar mal sus talentos intelectuales y de improvisación.
Falsifica identificaciones para poder entrar a bares (se meten al PEOR bar que se les pueda ocurrir) pero esos mismos errores los compensa con otros talentos para enfrentar y hasta de mas a sus secuestradores (demasiado de mas para ser una niña de 19 años).
Ok, el meollo del asunto es que Jason Statham (y acá y que nadie lo sepa, me encantan sus películas) está perdido en el limbo de películas que ya no llevan un título, simplemente es “Jason Statham haciendo lo mismo de siempre”.