Vienen los rambos

Riva Palacio DETONA: Nunca en la historia de las relaciones bilaterales se permitió que fuerzas especiales de la Armada estadounidense entren a México con autorización oficial.

El próximo martes la Comisión de Marina del Senado votará una solicitud del gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum que marcará un antes y un después en la cooperación del régimen obradorista con Estados Unidos en materia de seguridad.

Se trata de la autorización -que difícilmente negará- para permitir que fuerzas especiales de la Armada estadounidense entren a México para, explica, capacitar a las fuerzas especiales de la Armada mexicana.

Nunca en la historia de las relaciones bilaterales, esas fuerzas letales habían entrado a este país con autorización oficial, donde la decisión de Sheinbaum se inscribe en un momento peculiar de ensalzamiento del nacionalismo y la soberanía nacional.

La solicitud es ambigua por cuanto a la identificación de cuál de las unidades de élite de la Marina estadounidense es la que llegará a México, al referirse a “una delegación de 10 elementos del séptimo grupo de fuerzas especiales” de Estados Unidos.

En todo caso, no tienen precedente que vengan los marines a México, y lo más cercano fue en el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, cuando vino un grupo del 75 del Batallón Aerotransportado, que es un cuerpo de élite del Ejército, para ejercicios conjuntos.

Es altamente probable que se trate de una de las 10 unidades de SEALs que tiene acuartelados la Marina en dos grandes bases en Estados Unidos.

El ‘Grupo 7′ está asignado al Grupo de Guerra Especializada de la Marina en Coronado, donde se encuentra la Tercera Flota de Estados Unidos, a menos de media hora por tierra de Tijuana.

De esa base salieron el miércoles tres barcos de guerra que se dejaron ver frente a la costa de Ensenada, en Tijuana.

Uno de los barcos era el Us Gov Vessel 8, que es utilizado para operaciones militares.

Previamente, el avión RC-135V River Joint realizó vuelos en los límites del espacio aéreo mexicano.

Ese tipo de avión es uno de los mejores con los que cuenta la Fuerza Aérea de Estados Unidos para tareas de inteligencia, vigilancia y reconocimiento, y opera desde la Base de la Fuerza Aérea Offutt, en Nebraska.

El avión partió de ahí, voló hasta el sur de California desde donde realizó el 3 y el 4 vuelos por toda la costa de las Baja Californias y giró en Los Cabos hacia el norte por el mar de Cortés.

El viaje es de casi cuatro mil kilómetros y en un momento estuvo a poco más de 400 kilómetros de Culiacán.

La polémica en México se centró en si violaron espacio aéreo y mar patrimonial mexicanos, que negaron las secretarías de la Defensa y la Marina, aunque es un tanto irrelevante.

Lo extraordinario es que el avión espía, utilizado para vuelos de reconocimiento en Rusia y China, volara a una altura suficientemente baja para que fuera detectado por los radares militares de México y los comerciales. Igualmente puede decirse de los barcos de guerra que fueron avistados frente a Ensenada.

Se supo de ellos porque los estadounidenses así lo quisieron.

Estas acciones militares comenzaron el mismo día en que el presidente Donald Trump aplazó los aranceles contra México a condición de dar resultados en el combate al fentanilo y freno a la migración en un mes, y dos días después de que en la orden ejecutiva de los aranceles afirmó que había una “alianza intolerable” del gobierno mexicano con los cárteles de las drogas.

Al día siguiente, el Comando Norte, responsable de la seguridad de Norteamérica y del cual expulsaron al gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador que dejó de ser un aliado confiable, puso a funcionar el cuartel general de la Fuerza Conjunta de Tareas en Colorado con alrededor de 140 militares que harán trabajo de inteligencia para abastecer de información y análisis de video de los cárteles a la patrulla fronteriza.

Todo ello fue en vísperas que la procuradora Pam Bondi ordenara la “eliminación total” de los cárteles de Sinaloa Jalisco Nueva Generación en Estados Unidos, y que el zar de las drogas, Tom Homan, asegurara que si los narcotraficantes mexicanos atacaban a fuerzas de seguridad de su país, Trump los “borrará de a faz de la tierra”, y un día antes que el jefe del Comando Norte, el general Gregory Guillot, conversara telefónicamente con los secretarios de la Defensa, general Ricardo Trevilla, y Marina, almirante Raymundo Morales, sobre temas de seguridad nacional y la cooperación bilateral.

La solicitud del Ejecutivo al Senado para autorizar la entrada de las fuerzas especiales de la Marina, también se dio a menos de una semana que el jefe del Pentágono, Pete Hegseth, en su quinta y sexta comunicación con sus pares del mundo, habló por teléfono con Trevilla y Morales, a quienes les expuso la importancia de las Fuerzas Armadas para combatir a los cárteles que amenazan a Estados Unidos.

Son demasiadas coincidencias para ser coincidencias.

La solicitud del Ejecutivo busca la autorización para que las fuerzas especiales estadounidenses estén en México del próximo lunes al 28 de marzo para que “fortalezcan la capacidad de las fuerzas de Operaciones Especiales” de la Secretaría de la Marina, en su centro de capacitación y adiestramiento especializado en San Luis Carpizo, Campeche.

Los comandos mexicanos han sido adiestrados en el pasado por los SEALs, que tienen unidades de entre ocho y 16 elementos entrenados para capturar o matar, pero nunca habían sido capacitados en territorio mexicano.

Los comandos mexicanos gozan de toda la confianza de sus contrapartes estadounidenses por los resultados a lo largo de los años, como la captura de Joaquín El Chapo Guzmán, el abatimiento de Arturo Beltrán Leyva y de Ezequiel Cárdenas, Tony Tormenta, que asumió el liderazgo del Cártel del Golfo cuando su hermano Osiel fue detenido.

Con apoyo en campo de las fuerzas especiales estadounidenses o no, está en marcha una acción militar contra los cárteles mexicanos.

El regreso de la cooperación que canceló López Obrador entre los comandos de élite de los dos países ha sido aprobado por la presidenta Sheinbaum, que de esa forma, puede mantener su discurso de no permitir injerencia o violación a la soberanía mexicana por parte de Trump.

https://vimeo.com/1015118818
Raymundo Riva Palacio

Periodista y analista político de larga trayectoria en México. Escribió en diarios como Excélsior, Reforma, El Independiente, 24 Horas y El Financiero. Fue director editorial de El Universal entre 2007 y 2008. Cofundó y dirigió el diario Milenio y fue director general de la agencia de noticias Notimex.