Bienvenido, compañero Yunes
El domingo referí aquí la forma en que el autonombrado movimiento regenerador y transformador promovió a Miguel Ángel Yunes hijo a la presidencia de la Comisión de Hacienda del Senado.
Escribí que, ante los titubeos en el Senado, nadie mejor para sellar grietas y plegarse a las órdenes recibidas que un converso sin margen siquiera para levantar una ceja.
Ayer, pese a la fuerza interna que parecía tomar el no a los Yunes, no a los corruptos (notables en esa intemperie, por ejemplo, los textos de Berman, Arreola, Zepeda, así como los gobernadores Nahle y Jara, entre otros), Yunes hijo fue bendecido con su credencial de afiliación a Morena.
Lo bendijo el propio Fernández Noroña con un sonriente, purificador: bienvenido, compañero.
Bienvenidos, pues, los conversos útiles.
Yunes hijo lo fue en un momento decisivo y, por lo visto, la gratitud con él sigue siendo grande.
Tiene ya su credencial guinda para vivir tranquilo e incluso imaginar un futuro, como Rocha, Murat, como el millón y medio de maestros del SNTE comprometidos por el líder Cepeda Salas ante el jingle jangle de la pandereta de López Beltrán.