Crisis de liderazgo. Episodio 2

Decía en el Episodio 1 de este artículo, que existe en el mundo una “crisis de liderazgo” y que los líderes que necesitamos en México y en el mundo son los que tienen los valores necesarios y el conocimiento de las necesidades que afectan el futuro de cada ciudadano, y que puedan cambiar el futuro para bien.

No conozco en lo personal a muchos líderes que pudieran llenar ese perfil, pero voy a poner como ejemplo uno que es bien reconocido en mi estado, en el país y en el mundo, en los niveles empresariales, educativos y sociales: José Antonio Fernández Carbajal, presidente del consejo de FEMSA, conocido también por su apodo de “El Diablo Fernández” (por su habilidad en los negocios). 

FEMSA es una empresa centenaria que bajo mando de “El Diablo” en dos décadas ha crecido insospechadamente, y ahora es accionista de la cadena OXXO, Coca Cola del centro, de cadena de farmacias, de otros negocios, y la más simbólica: Cervecería Cuauhtémoc-Moctezuma, y siempre ha sido un gran empresario a nivel nacional, con un gran enfoque de justicia y honestidad social y empresarial, que ha preservado el espíritu que dejara la familia de don Eugenio Garza Sada y Garza Lagüera bajo el lema “Trabajo y Ahorro”.

Derivado de su gran participación social de “El Diablo”, y su rechazo a las políticas absolutistas de gobiernos anteriores y en especial del gobierno actual, el presidente López Obrador lo ha atacado a través de la empresa emblemática de la cervecería, por aquello del alto consumo de agua de la empresa que en teoría afecta a la población en épocas de escasez. 

Además, sin atreverse a decir su nombre, López clasifica a “El Diablo” dentro de “la mafia del poder” en donde incluye a todos los que denuncian y se oponen a sus desvaríos. 

Los escépticos pensamos que esa crítica y ataques del presidente y sus huestes, es porque el presidente reconoce el peso en la opinión pública y las acciones de José Antonio y es una manera de debilitar el gran carácter y convicción del “diablo” y los empresarios que lo siguen y respaldan.

¿A qué viene todo esto? 

Hace unos días se anunció la venta en tres años por parte de FEMSA de la parte accionaria que todavía tiene del negocio de la cerveza, representado por los títulos de Heineken NV y Heineken Holding NV, que es aproximadamente el 6% del capital social de la empresa.

La razón de la venta fue que FEMSA desea enfocar el producto de esa venta y sus energías a los negocios más rentables de la empresa.

Derivado de eso, se anunció también la renuncia paulatina de los consejeros de FEMSA en el negocio de cerveza y la organización de Heineken.

Por otra parte, casi al mismo tiempo, José Antonio se retira de la presidencia del consejo del Tecnológico de Monterrey,donde fungió en esa honorable posición por once años.

En fin, que “el Diablo Fernández”, pudiera estar disponible para retos mayores.

Sabemos que los accionistas de FEMSA necesitan a José Antonio por su éxito y liderazgo desde joven. 

Pero, con todas sus cualidades... 

• ¿No lo necesitará más el país? 
• ¿No sería más útil a México si él entrara en la pelea política por la presidencia de México, para terminar con los abusos y barbaridades de gobiernos anteriores y hoy peor, del gobierno de López Obrador y su carro semicompleto en el Congreso? 

José Antonio, como otros grandes líderes, han generado y distribuido riqueza, han formado gente, han lidiado con gobernantes de todos tipos y todos los niveles, en otras palabras, conocen los diferentes aspectos de la vida privada y pública, y podrían fácilmente organizar y dirigir un gobierno.

Concuerdo en que la carrera por la presidencia en México es un concurso de popularidad, y definitivamente José Antonio no la tiene en el rango más amplio de los votantes (que podría cambiar porque el 50% de los votantes son jóvenes de 18 a 38 años, a quienes les vendría bien sangre nueva en la política).

SERÍA UN MAGNÍFICO PRESIDENTE DE MÉXICO.

Pero yo creo que, a pesar de la poca popularidad nacional de “el Diablo”, su probable falta de colmillo político para sumanejo con los partidos políticos, aun sean de oposición, José Antonio sería un magnífico candidato presidencial, y si fuera electo, un magnífico presidente de México.

Él, con su amplia visión lideraría el enfoque a la buena educación, al crecimiento económico, el bienestar de los ciudadanos, la comunicación y concordia entre los sectores de la sociedad, intentaría regresar la paz, la estabilidad y la esperanza de nosotros los habitantes de nuestro país.

Además, sabría escoger a las mejores personas del país, dentro y fuera del gobierno para “administrar” las muchas actividades de un gobierno.

Cualquier otro candidato impulsado por los partidos políticos, me parece que serían fichas gastadas y ya invadidas por la ambición de poder, en los cuales dudo mucho que la mayoría del electorado le brinden su confianza y su voto. 

Además, en las organizaciones ciudadanas “de oposición”no se ponen de acuerdo, ni se ve un candidato que pueda llenar el puesto.

Si no hay un candidato convincente, los votantes seguirán ilusionados con Morena a falta de algo mejor. 

El tiempo se va y el reloj hace tic tac, tic tac.

Aclaro que esta idea de que sea candidato presidencial una persona como José Antonio Fernández, es solo un ejemplo, de cómo verdaderos líderes actuales en México le hacen falta al país, en estos momentos críticos.

Seguro que esto podría aplicar a muchos personajes que son conocidos por actuar con valores de equidad y justicia social en la sociedad.

Entonces, ¿Será posible que alguno de esos líderes en educación o líder social de su talla, se envuelva en nuestra bandera, rompa paradigmas y se enfrente a la guerra sucia del partido político en el poder y las mafias que lo protegen,para dar su contribución mayor al rumbo del país?

Sé que, al enfrentar al presente gobierno en una campaña electoral, cualquiera temerá lo dicho en el refrán popular: “si te peleas con un deshollinador, saldrás negro”, y en eso hay mucho de sentido común, pero también mucho de cobardía.

Para ser líder, se necesita ser valiente.

Habría que recordarles a los líderes que pueden pero no se atreven que, como escribió Wole Soyinka - literato nigeriano-: