El de los tacos
En provincia los alimentos son onerosos
Acostumbrados a conocer los mejores sitios de comida, no los populares del sobreprecio o de las infaustas estrellas Michelin.
Extraorbitante para cualquier presupuesto, malo, caro y desabrido, las grandes hazañas silenciosas, polígonos de sabor casero.
Por la calle Garibaldi entre Morelos y Ocampo existe el heroico Marshall sus dos espacios abren a temprana hora, después de las tres de la tarde ya no quedó un solo platillo.
Incluye los viernes el plato de cabrito preparado, el mejor caldo de res de entrada, no importa si afuera los cuarenta grados derriten el chapopote de las calles.
En la mesa para dos, nuestra mesera de siempre, pregunta si estoy dispuesto a compartir mesa, por supuesto.
Llegó el litigante con sus asistentes, ellas tomaron asiento en parte contigua.
Pidieron orden de tacos de guisos, le puedo hacer una sugerencia, con esa frase rompimos el hielo.
Por supuesto, confirmó.
Deberían de pedir la comida corrida, aquí se sirve el mejor caldo de res, por mucho superior al del Mercado Juárez, tienen una cocinera de lujo, ni siquiera en el Indio Azteca, el Zacatecas o la Nacional.
Jamás ha cambiado el sabor, las tortillas recién hechas y humeantes.
Nuestro compañero de mesa acababa de terminar la diligencia legal en uno de los juzgados próximos al restaurante.
Hablamos de la inseguridad, de cómo toda la región ha cambiado, para mal por supuesto.
Hice recorrido gastronómico del primer cuadro y de los recintos sagrados, de confianza, para saciar el hambre.
Nos preguntó si conocíamos San Pedro Garza García.
Por supuesto, ahí están dos de mis favoritos, Los Kebabs y Los Gyros, bastante alto el precio.
"Te voy a invitar a mi negocio. Los Tacos del Julio en el Centrito, ve cualquier día, de no estar, diles a los muchachos que me envíen un mensaje, debes de probarlos".
Estuvimos de acuerdo, pedí la cuenta, en la caja, mientras pagaba se acercó de nuevo, "deja te invito la comida, me diste una asesoría gratuita".