El desafío migratorio

En interesante plática con el Dr Alfredo Cuellar, egresado de la Universidad de Harvard, maestro en varias instituciones americanas, analista y observador político, esta convencido que: “la posibilidad de que Estados Unidos, bajo la presidencia de Trump, realice deportaciones masivas de migrantes indocumentados ha generado preocupación en México. Particularmente, existe el temor de que personas originarias de países centroamericanos, Colombia, Venezuela y otros, sean deportadas a territorio mexicano, aunque no sean ciudadanos mexicanos”. Cuellar añade: “El gobierno mexicano, encabezado por la presidenta Claudia Sheinbaum, ha expresado su intención de negociar con la administración estadounidense entrante para evitar recibir deportados de terceros países. Sheinbaum ha enfatizado que México busca que las repatriaciones se realicen directamente a los países de origen de los migrantes, no a México. Sin embargo, la posibilidad de que México reciba deportados de otros países no puede descartarse por completo. En administraciones anteriores, México ha aceptado migrantes de países como Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela bajo acuerdos con Estados Unidos. La presidenta Sheinbaum ha reiterado que, aunque México mantendrá su solidaridad con los migrantes de toda Latinoamérica, la prioridad será atender a los mexicanos que regresen tras ser deportados, ya que de otra forma, recibir millones de deportados podría presionar los sistemas de salud, educación y empleo de México”. Iría viniendo, iremos viendo si México está mejor preparado que en años anteriores, pero aún enfrenta desafíos significativos para manejar deportaciones masivas. La estrategia del gobierno se centra en negociar con EE.UU. para evitar ser receptor de deportados no mexicanos y fortalecer los programas de reinserción. Sin embargo, la viabilidad de estas medidas dependerá de la dinámica política entre ambos países y del nivel de cooperación que se logre establecer.