El plagio
Existen dos acepciones del plagio, en ambas significa robo o apropiación ilegal de algo o alguien. Una refiere al plagio como delito equiparable al secuestro, la privación ilegal de la libertad; la otra que es de la cual hablaremos, la relativa al robo de propiedad intelectual.
Que la magistrada de la SCJN, Yasmín Esquivel, sea exhibida y no pase nada, es más preocupante que el plagio en sí mismo.
Implica aceptar que somos una sociedad donde apropiarnos del trabajo de otros es visto como cotidiano, normal.
La magistrada plagió una tesis con más del 80% de similitudes a otro trabajo universitario, por ello debe rechazarse su tesis al ser descubierto el delito. Así lo señalan algunos modelos vigentes para citación y referenciación de textos académicos.
En el 2020 escribí en coautoría con Karla Lara, un breve libro llamado “Fundamentos para escritores principiantes”. El libro es muy didáctico y enfocado a la escritura de textos académicos con rigor metodológico, ello porque encuentro que entre las agrupaciones académicas dedicadas a ámbitos como la crónica y la historia, existen lagunas serias sobre la citación y la referenciación de documentos y otra forma de fuentes que deben ser reconocidas como obra de autor y que al no hacerlo se convierte en plagio.
El caso de la señora Esquivel (omito llamarle por algún grado académico pues ante la ley y la moral no debe ostentar algún título universitario) vuelve visible algo que es común en las aulas universitarias.
El plagio de Yasmín Esquivel es el cuarto que recuerdo de gran impacto.
Uno fue el de Alzati quien se ostentaba con un grado académico que le fue retirado pues nunca entregó la titulación en nivel licenciatura, otro de Chapa Hernández a quien se le señaló por publicar un libro de Ética con su nombre y el cual era idéntico al de un autor argentino, el tercer caso y reciente el de Peña Nieto quien plagió un gran porcentaje de su tesis para licenciatura y el de la magistrada apócrifa que se “fusiló” el trabajo de otro, sólo faltó copiar el nombre.
El plagio no es causa, es consecuencia del deficiente sistema educativo mexicano, especialmente en el ramo de la metodología de investigación.
La actual educación media superior y superior exige a los alumnos diversos escritos para acreditar conocimientos, son muy comunes los ensayos donde a partir de uno o varios autores, el educando analiza e interpreta un contenido temático, sin embargo, es frecuente, por no decir cotidiano, que el estudiante plagie a autores.
El plagio empieza en tareas sencillas y termina con casos como el de Yasmín, lo hacen por desconocimiento de la metodología y por la cultura de la inmediatez que predomina en la actualidad. La educación mexicana adolece de formación en metodología de investigación y el uso de modelos adecuados como APA, Chicago o MLA por referir algunos que establecen las características al citar y referenciar.
La presencia de buscadores web como Google, favorecen el plagio consciente o involuntario pues con teclear el tema requerido aparecen decenas o hasta miles de sitios con el asunto referido, con lo cual, para muchos estudiantes, copiar y pegar “copy page” o copiar y pasar a tu archivo “copy paste” se vuelve sencillo y rápido para cumplir con la labor escolar, sin embargo, al no referenciar están plagiando.
Así comienza lo que puede llegar a ser una carrera delictiva cuyo delito por no tener sanciones o ser muy leves, motiva al delincuente.
El plagio es el robo de propiedad intelectual a terceros, incluso de uno mismo en ocasiones, pero ya abundaremos en la siguiente entrega…