Imperativo moral

Francisco Sepúlveda Cañamar DETONA: Empiezo el día bloqueando de mi página oficial a un puñado de “progres buena ondita” que se exaltaron porque utilicé la palabra “woke”. En lugar de defender la “nobleza” de su movimiento, se dedicaron mejor a insultarme, a decirme “facho disfrazado de chairo” (¿dónde he escuchado eso?), a tratar de denigrarme por mi origen (regiomontano), y a poner que “no les gusta mi página”. La verdad, no ando ya de humor para soportar berrinches.

Vi la publicación que causó tal reacción, y veo que es mi aforismo sobre las películas “woke”.

Algunos, quisieron pasarse de listos poniendo como ejemplo la película “Barbie”, un ícono popular desde finales de los 50, con millones de seguidores en el mundo.

Yo solo les pregunté cómo le había ido a dicha película en el evento de los premios de La Academia (OSCAR©).

Ahí, fue un total fracaso.

Y, es que los seguidores del “wokismo” no quieren aceptar que solo son utilizados por el sistema capitalista (“capitalismo woke”), para “lavarle la cara” a las empresas depredadoras de recursos naturales y de DDHH.

Pero, hasta ahí.

El día que vea a “Barbie” de obrera, haciendo una huelga para luchar por los derechos de los trabajadores, tal vez mi opinión cambie.

Y, no lo olviden: hasta la mitad de la clase trabajadora está conformada por mujeres.

Continuó con algunos rezagados que siguen insistiendo en el “salvajismo” de los invasores españoles, y comparándolos con los invasores musulmanes de la propia España.

Alguien me pone “los árabes no quemaron gente, bibliotecas, ni destruyeron templos”.

No, es cierto. Pero eso no anula el hecho de que los españoles originales fueran ciudadanos de segunda clase en el Al-Ándalus (el término para la España ocupada por los árabes).

Ahora, el quemar gente, quemar bibliotecas y destruir templos, no era algo propio de los hispanos.

Eso, se originó con el cristianismo.

Porque, cuando Constantino hizo “oficial” a dicha religión, el cristianismo; pues, se dedicaron a perseguir a los que no querían convertirse, a quemar las bibliotecas (por ejemplo, Alejandría), y a destruir templos.

Una gran cantidad de patricios paganos, que no quisieron convertirse, fueron martirizados.

Claro, eso a la larga provocó, en gran parte, la caída del Imperio romano.

Lo anterior, porque los que sabían llevar las riendas del imperio, pues, fueron masacrados.

Así que con los aztecas se puede decir que tuvieron la misma suerte que los paganos romanos, incluyendo los patricios.

Muchos pueden argumentar que “los españoles fueron cómplices”.

Solo que hay un pequeño detalle: en esa época, convertir al cristianismo a los paganos e infieles era un IMPERATIVO MORAL.

Vamos, era hasta legalmente obligatorio el realizar lo anterior.

Por eso desprecio el “presentismo histórico”, algo subyacente y descendiente del “wokismo”: porque no tienen una base científica, solo deseos “progres buena ondita”.

Querer que los españoles pidan disculpas, es como pedir que nuestros abuelos pidan disculpas por no permitir que las mujeres votaran.

Porque, todavía hasta 1953, era un IMPERATIVO MORAL para muchos, el IMPEDIR el voto femenino en México.

Obvio, los tiempos cambiaron.

Pero no veo a nadie pidiendo disculpas por lo ocurrido antes de ese año, 1953.

Porque los paradigmas ERAN DIFERENTES.

¿Genocidio? El 90% de la población originaria americana murió por enfermedades transmisibles.

Pero en 1500, nadie conocía la microbiología. De hecho, dicha disciplina no se estableció “hasta mediados del siglo XVII, cuando el neerlandés Anton van Leeuwenhoek, describió por primera vez protozoos, bacterias, espermatozoides y glóbulos rojos.

El microscopista Leeuwenhoek, sin ninguna preparación científica, puede considerarse el fundador de la bacteriología” (sic,Wikipedia).

Y eso que el microscopio ya había sido inventado desde 1590 por Janssen.

Así que los españoles estaban tan perplejos como la población originaria por las muertes que estaban ocurriendo.

¿Derechos Humanos (DDHH)?

La primera carta sobre el particular no fue realizada hasta que ocurrió la Revolución francesa, en 1789.

Pero no fue aplicada, porque era muy “revolucionaria” para los paradigmas de la época.

No fue hasta después de un conflicto como la 2ª guerra mundial, que se vio la necesidad de establecer una Carta Universal de los DDHH, para evitar que las tropelías del pasado no se repitieran.

Muchas veces, porque los abusos a los DDHH estaban sostenidos por IMPERATIVOS MORALES en su momento: ya fuera la “superioridad” de los hombres, de una raza, de una nación, no se diga de una religión (sic).

Obvio, eso causa hasta risa en estos tiempos.

Pero, en el pasado, eran asuntos muy serios, donde, si no estabas de acuerdo, te podía hasta costar la vida.

Así que, podemos estar enojados con los españoles, y pedirles disculpas.

Así como la Iglesia católica ya ofreció disculpas en su momento, porque saben que su método no fue el correcto, medido bajo paradigmas modernos.

Pero, mientras, van a tener que continuar soportando mis críticas, mis correcciones, y mi “cruzada” personal, que consiste en dos puntos básicos:

  1. No olvidar que la izquierda debe defender todos los derechos humanos, no solo unos cuantos, y, menos, si dichos DDHH son tomados por las empresas para mostrarse “empáticos”, cuando realmente es solo para “lavar su cara”. Cuando las empresas reconozcan los derechos laborales sin que se los imponga un gobierno o un organismo de DDHH, ahí apoyaré cualquier otro movimiento “dizque de izquierda”.
  2. Y sigo pensando que es una soberana tontería pedir disculpas por un “genocidio” del pasado, con paradigmas diferentes a los actuales; mientras decenas de miles de personas son masacradas en un genocidio moderno, donde, ahora sí, sabemos (o se supone), lo que está ocurriendo.

Así que, yo voy a seguir teniendo un diálogo civilizado.

Pero, si no quieren tener dicho diálogo, sobre todo en mis redes sociales, les recuerdo que a nadie obligo a leerme.

Pero tampoco voy a aceptar que me estén “troleando”.

Hay dar argumentos, no insultos.
Francisco Jesús Sepúlveda Cañamar

Médico oftalmólogo. Nacido y criado en Monterrey, N.L (1967). Maestro en ciencias por la UJED. Premio a la productividad científica del IMSS en 2013. Miembro de la Sociedad Mexicana de Oftalmología, y de la Real Sociedad de Medicina de Inglaterra. Miembro fundador de MORENA. Activista político y médico (Movimiento Médico 22 de junio).