La lucha entre la civilización y las contraculturas
Pero, bueno, hay cosas que no son nuevas, y de eso voy a hablar.
Miren, ayer discutí con un grupo de “antivacunas”. E, igual que otros grupos minoritarios y contraculturales, muchos de ellos piensan que su “movimiento” apenas inició ahora con la última pandemia.
Error. El movimiento antivacunas tiene más de 150 años.
Y, en su momento, lanzaron “argumentos” no muy diferentes de los actuales:
Se blandieron pancartas que exigían "Revocar las leyes de vacunación, la maldición de nuestra nación" y aseguraban que era "Mejor celda de prisión que bebé envenenado".” (sic)
[Enlace
URL: https://www.bbc.com/mundo/noticias-50952151]
¿Les suena conocido? Bueno, esa es una descripción de una marcha antivacunas ¡de fines del siglo 19! Pero, no es muy diferente de otros movimientos contraculturales, que, en su momento, parecían “políticamente correctos”.
Pero que resultaron, a la larga, perjudiciales.
Por ejemplo, si yo escribo sobre un movimiento que “plantea reforzar al feminismo, el pacifismo y la igualdad de todos, sin importar raza o preferencia sexuales”
¿De quién estaría hablando?
Muchos pueden pensar que me refiero a los “woke”.
Pero realmente, son prácticamente las mismas consignas que el movimiento contracultural de los 60 y los 70: el movimiento “hippie”.
Es más: si hay un neoliberalismo, es porque hubo un liberalismo.
¿Por qué la gente dejó de lado en su momento el liberalismo?
Porque provoca pobreza. México, acaba de sacar a 9.5 millones de personas de la pobreza.
En Argentina, secundario a las medidas político-económicas neoliberales implementadas por su actual mandatario, el 52.9% de la población se haya en pobreza.
Más de la mitad de la población.
Así que ya entré en consecuencias de los movimientos “contraculturales”, empezando por los más actuales.
Pero como ya había comentado en un artículo previo, ha habido otros movimientos contraculturales, o “contra Ilustración”, que en su momento lucharon contra las propuestas humanistas de la Ilustración.
Como, por ejemplo, el nacionalismo romántico, el militarismo romántico, el nazismo, y el comunismo.
Eso sí, a varios autores que leí, les faltó agregar el liberalismo.
Y es que, los ya referidos son “contra culturales”, o “contra ilustración”, por lo siguiente: una minoría quiere imponerse sobre la mayoría.
Nacionalismo romántico: un país (minoría) se percibe superior a los demás países (mayoría).
Militarismo romántico: una minoría (la milicia) percibe que solo la guerra puede “salvar” a su país de los demás países (mayoría).
Nazismo: una minoría racista, piensa que las demás razas son inferiores.
Comunismo: una minoría (bolchevique, como en el caso de Rusia), se impone para poder tener no una democracia, sino una dictadura, la “dictadura del proletariado”. Aunque se escuden en que el proletariado, es mayoría.
Y, el liberalismo: una minoría (élite económica), se impone sobre la mayoría trabajadora, retirándole derechos laborales, y enviándolos a la pobreza.
¿Podemos decir qué los hippies y los actuales woke son minorías?
Cuestión de preguntar que pasó con ambos movimientos.
En el primer caso, ya están muertos o en los asilos de ancianos.
En el segundo, pongo lo siguiente:
“La realidad es que dentro del movimiento woke, compuesto por un paraguas enorme de minorías, surgen batallas culturales. Surgen subgrupos que no aceptan a otras minorías, conflictos entre sí que dificultan su toma en consideración en la política actual. Batallas culturales como: un grupo de feministas que no aceptan a las mujeres trans; ciertas personas del colectivo LGTB+ apoyando la gestación subrogada; sectores inmigrantes no aceptando a la comunidad LGTB+ y un largo etcétera. Lo woke por ello, hoy en día ha pasado a la historia y su sucesor es la cultura de la cancelación que implementaron en la sociedad.” (sic)
[Enlace URL: https://elgeneracionalpost.com/noticias-internacionales/2023/1001/104484/ideologia-woke-cuando-lo-woke-se-vuelve-sleepy.html]
Sin embargo, que sólo te “cancelen”, es algo menor.
Porque un común denominador es que las corrientes contraculturales o contra Ilustración, provoquen muertes, Muchas muertes. Incluyendo, el liberalismo (y su heredero, el neoliberalismo), al perjudicar las condiciones de vida de las personas, no se diga al perseguirlas o llevarlas a la guerra.
Así que podemos ver como los movimientos realizados por minorías son peligrosos. Muchos pueden pensar: “Es que lo anterior no aplica con los antivacunas”.
Pongo los siguientes datos:
- Un estudio global de Facebook y la Universidad de Maryland concluyó que el 11.4% de los mexicanos no se vacunaría.
- La difusión de información falsa sobre las inyecciones contra el Covid-19 en Twitter, Instagram, Telegram y Facebook hace mella, junto con una sensación de invencibilidad entre los jóvenes.
- "La mayoría de las personas que están hospitalizadas por Covid en este momento (Nota: 16 de agosto de 2021) son menores a 52 años y la enorme mayoría son personas que no fueron vacunadas, esto es más del 97%", aseguró en julio el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell.
- "Sin duda, aquí (los antivacunas) han tenido más influencia sobre los grupos de menor edad. La gente (joven) ha estado más en contacto y, por alguna razón, cree más y siguen más a estos grupos", dijo a Reuters Laurie Ann Ximénez-Fyvie, profesora e investigadora principal del laboratorio de genética molecular de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). "Los grupos de antivacunas son muy nocivos", agregó. (sic)
[Enlace URL: https://www.eleconomista.com.mx/politica/Antivacunas-influyen-mas-en-jovenes-en-Mexico-el-reto-es-convencerlos-de-vacunarse-20210816-0047.html]
Dale clic al siguiente video:
Así que, en síntesis: los movimientos contraculturales pueden esgrimir tener las “mejores intenciones”.
Pero, normalmente, suelen ser iniciados y manejados por minorías, que perjudican a las mayorías, ya sea a nivel nacional y/o internacional.
Y la mayoría de dichos movimientos, suelen ser hasta mortales para el grueso de la población.
Porque una característica de los movimientos contraculturales es que nunca aceptarán cuestionamientos, críticas o sugerencias.
Solo ellos “pueden salvar a la humanidad” (sic).
Y, si ese mesianismo no fuera tan trágico a largo plazo, sería hasta cómico.
Solo al ver las consecuencias, a todos se les borra la sonrisa de la boca.
Y el único remedio contra dichos movimientos contraculturales, es, precisamente, extender la cultura.
Pero, al final, no hay nada nuevo bajo el sol.
Cada vez que llega un nuevo movimiento “salvador” de la humanidad, político, económico, religioso o del tipo que sea; yo solo me sonrío, y solo me quedo pensando: