¿Por qué el peso mexicano no llegará a los $20 por dólar?

Eloy Garza DETONA: Que no cunda el pánico. Te garantizo que el peso no llegará a los $20 por dólar de aquí a fin de año, como aseguran algunos expertos en tipos de cambio.
Y ya sé lo que estarás pensando. Si en unos días ha llegado a cotizar en $18.65 unidades por dólar, lo obvio es que siga al alza.

Pues no. Un comportamiento errático no es sinónimo de aumento, sino de inestabilidad.

En economía la inestabilidad se conoce cómo nerviosismo de mercados.

¿Por qué están nerviosos los mercados? Por varias razones.

Por lo pronto te doy las tres principales:
  1. Porque teniendo manga ancha (36 millones de votos) Claudia Sheinbaum podría hacer lo que se le antoje con el aparato público. Eso se corrige revelando quién estará en la Secretaría de Hacienda. Ya lo hizo y anunció que Rogelio Ramírez de la O seguirá despachando en ese ministerio.
  2. Porque se corrió la especie de que Sheinbaum y AMLO tuvieron un conato de rencillas en el manejo del timing para aprobar la reforma judicial, con el que se someterán a votación los cargos de ministros, magistrados y jueces. Esto se subsanó con el encuentro ayer de Sheinbaum y AMLO en Palacio Nacional. 
  3. Después de una elección con la sorprendente y abrumadora victoria de una candidata, tal como sucedió en México el pasado 2 de junio, o como sucedió (sin afán de comparar obviamente) en la reciente elección para la Eurocámara donde la extrema derecha amplió su poderío, la moneda mexicana, así como el euro, se depreciaron notoriamente.

Ciertos procesos comiciales suelen poner nerviosos a los mercados por unos cuantos días. Luego las aguas vuelven a su cauce.

Por eso el peso retrocedió ante un avance global del dólar en razón de que los inversionistas tratan de ser cautelosos y permanecen a la expectativa.

El peso mexicano se bajará de la montaña rusa esta semana y acabará por disminuir sus pérdidas 
ante el billete verde.

Así que termino esta parte con una advertencia que espero te la grabes de aquí a fin de año:

Si el peso mexicano llega a $20 por dólar dejo de escribir para siempre está columna. De ese tamaño es mi seguridad.
¿Tiene ventajas para Nuevo León este ajuste del peso mexicano frente al dólar?

Contexto: la semana pasada los mercados de divisas y los bursátiles le dieron una desconocida a la 4T.

El presidente López Obrador anunció que antes de irse de Palacio Nacional el próximo 30 de septiembre, el Congreso de la Unión aprobaría el paquete de 18 reformas (muchas de ellas constitucionales), entre las cuales está la del Poder Judicial.

Ministros, magistrados y jueces serán electos mediante voto popular. ¿Se puede?

Sí, porque en la pasada elección del 2 de junio, Morena ha conseguido la mayoría calificada en la Cámara de Diputados y en la de Senadores se ha quedado a dos escaños de conseguirla (es decir, también la tiene en la bolsa). 

Yo no le llamaría a esto un cheque en blanco, pero sí carta blanca para que la presidenta virtual (todavía no electa) Claudia Sheinbaum pueda hacer las reformas que guste y mande.

Cuando creció el nerviosismo entre inversores, el Presidente, fiel a su estilo, atizó el fuego con gasolina el pasado viernes:

“La justicia está por encima de los mercados”.

Esto provocó que en un solo día cayera más de 4% el peso mexicano, siendo la moneda más depreciada entre sus pares en ese ínter.

Lo malo: el aún diputado federal, que ya es prácticamente senador de la próxima legislatura, Ignacio Mier, convocó a rueda de prensa para anunciar que la bancada morenista de ambas cámaras cumplirían a cabalidad lo que prometió AMLO y que la reforma judicial va porque va. 

¿Se lo pidió AMLO? No sé.

Presiento que más bien Nacho se fue por la libre como suele hacerlo (acuérdense de su patético y frustrado anuncio de la reforma del Banco de México) porque es medio lambiscón.

O al menos, no se lo avisó a Claudia Sheinbaum. De manera que si los mercados estaban inquietos, después de esta rueda de prensa, se quedaron en la angustia total.

Lo bueno: Claudia Sheinbaum tuvo que entrarle al quite y esa misma tarde mandó un mensaje por redes sociales donde garantizaba la consolidación fiscal.

Luego, acompañada por su ya ratificado secretario de Hacienda, el siempre moderado Rogelio Ramírez de la O (el mayor especialista que conozco en predicción de PIB y tipos de cambio).

Habló con el Fondo Monetario Internacional, con el Banco Mundial, con la OCDE y con los más altos directivos de la sociedad de inversión multinacional BlackRock (si estos señores del dinero no le tuvieran confianza a Claudia y a Rogelio nos tomarían la molestia ni de levantarle el teléfono, de ese tamaño es su poder). 

Les prometió que a pesar de la mayoría calificada en el Poder Legislativo no usará la “aplanadora guinda”.

Y con esto quiso decir que no todos los magistrados y ministros pasarán por el voto popular, así que este desplome del peso en 8 puntos (la peor semana en cuatro años del “superpeso”) no pasará a mayores y apuesto mi vida (que no es poca cosa) de que no llegaremos al 1 de octubre, cuando toma protesta Sheinbaum, con el dólar rebasando los $20 pesos, como auguran algunos economistas de mala leche.

¿Por qué lo aseguro?

Simple: tenemos un tipo de cambio flotante, que depende de la oferta y la demanda de nuestra moneda, y tanto nerviosismo de los mercados ya se apaciguó por la Presidenta entrante.

Lo que sigue es cerrarle la boca a “Nacho” Mier y poner a otro coordinador de Morena en su borregada senatorial.

Lo feo: parece ser que en este sainete quedó friccionada la relación entre AMLO y Claudia Sheinbaum, aunque el primero ya señaló con todas sus letras que la llegada a Palacio Nacional de Claudia es lo mejor que le ha pasado al país (mejor calmantes montes como dicen los rancheros), y que por ende “México está bendito” (otra vez calmantes montes y ya veremos, dijo el ciego).

Conclusión: este supuesto desplome del peso mexicano valió la pena especialmente para Nuevo León.

Y te diré por qué: que el tipo de cambio esté arriba de los $18.30 pesos por dólar, beneficia las exportaciones de Nuevo León.

Fortalecer y diversificar nuestras exportaciones nos generará ingresos en dólares, lo que a su vez puede contribuir a una mayor oferta de divisas en el país, reduciendo la presión sobre el peso en sectores clave como:

  • Manufactura avanzada.
  • Tecnología.
  • Industria automotriz.

Con el ajuste hacia arriba del peso mexicano mejora la conversión de las remesas y, sobre todo, controlará la inflación (porque andábamos ya con un déficit fiscal en México de 3% y este último año se disparó a 6%, por lo que ya están a un paso de dar señales de alerta firmas de riesgo crediticio como Fitch Ratings y S&P Global). 

Y no se te olvide que la inflación es el impuesto de los pobres (que aquí en México rondan los 36 millones de personas, pese a que en Nuevo León somos el estado que más ha reducido la pobreza frente a las demás entidades federativas).

Un buen ajuste del peso mexicano no sólo fortalecería a Nuevo León, sino que también podría tener efectos positivos en la economía mexicana en su conjunto, ayudando a promover una mayor estabilidad para el peso frente al dólar.

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Eloy Garza

Es abogado, maestro en Letras por la UNAM y máster en Tecnologías de la Información por la Universidad Oberta de Cataluña. Escribe para diversos medios de comunicación.