¿Qué quieren las mujeres?

Ricardo Ruiz DETONA: Creo que sí sabemos lo que quieren las mujeres, pero les hemos fallado.
“La gran pregunta… la cual no he podido responder... es ¿qué quiere una mujer”

En la parte íntima y sentimental de la mujer, yo estaría de acuerdo con el Dr. Freud en que sigue siendo la gran pregunta por responder para los hombres (y tal vez para las mismas mujeres). 

Sin embargo, en la parte social, creo que tenemos más datos y evidencia para tratar de saber que es lo que quiere una mujer de la sociedad hoy en día.

La idea de conmemorar  el "Día Internacional de la Mujer”, formalizado por la ONU desde 1975, proviene de la lucha desde el siglo XIX y XX por la igualdad de las mujeres con los hombres: en mejorar sus condiciones laborales, su derecho al voto y respeto de género.

Para entender este día, la idea de un Día Internacional de la Mujer surgió a finales del siglo XIX, pero fueron distintos eventos en el siglo XX los que han derivado en la conmemoración que se conoce hoy.

Uno de ellos, quizá el más simbólico, pero no el único, se produjo el 25 de marzo de 1911, cuando unas 149 personas, la mayoría mujeres, murieron en el incendio de la fábrica Triangle Shirtwaist de Nueva York.

(Nota: Otra versión menciona que este hecho ocurrió el 8 de marzo de 1857, muriendo 129 mujeres: fuente Internet).

Desgraciadamente, a pesar de que las condiciones para las mujeres en el trabajo y en el voto han ido paulatinamente mejorando en los países desarrollados y en algunos en vías de desarrollo, las demandas o peleas de la mujer se ha ido ampliando conforme la sociedad cambia.

Se presentan nuevos problemas para ellas.

Así que, ¿por qué derechos pelean las mujeres?

En general las mujeres pelean (o desean pelear) por su derecho a poder vivir tranquilas económicamente, a ser respetadas en su dignidad como personas, a dejar de ser consideradas personas de segunda categoría, a que sean respetados sus derechos cívicos.

Estos no habían sido reconocidos por siglos; es más, desde que la historia es historia, en donde en casi todas las culturas del mundo las mujeres estaban destinadas a servir en todas las formas posibles a los hombres, y en donde muchos hombres las consideraban un objeto de servicio, de ornato y sexual.

Esta cita de Colette, novelista francesa (1873-1954) refleja la posición de las mujeres en general hasta mediados del siglo pasado: 

“Una mujer que cree que es inteligente demanda los mismos derechos que el hombre. Una mujer inteligente se resigna”.

Hoy día, gracias a la educación en la clase media, y su nueva filosofía de vida, muchas mujeres han obtenido por esfuerzo propio su autonomía y aprovechan mejor sus derechos.

Pero, para las que no han podido hacerlo, es impostergable analizar por separado dichos problemas, sus posibles causas y de ahí las posibles soluciones.

(Nota: La información mencionada abajo se basa en publicaciones de organismos nacionales e internacionales de defensa de la mujer. Una parte de las causas y propuestas de solución son opinión del que escribe).

Cuando hablamos de los derechos de la mujer, o más bien de la violación de los derechos de la mujer, debemos referirnos a dos diferentes situaciones: 

La inequidad de género y la violencia de género, cosas que se han mezclado en los últimos años por la creciente ola de violencia, sobre todo en México, el país más violento del mundo en la actualidad.

Aquí cabe aclarar que tal vez por presiones de grupos feministas y de programas internacionales de opaco objetivo.

Las demandas y protestas en marchas y desplegados de las mujeres se enfocan más (sobre todo en México) en expresiones anti-hombres, en la violencia de género, y en la demanda pública de libertad de escoger género, cosa que no tiene nada que ver con los derechos de la mujer como tal.

Los gobiernos, evitando su responsabilidad en apoyar en la “equidad de género” original, enfocan sus promesas (no acciones) en ofrecer disminuir la violencia de género.

LA INEQUIDAD DE GÉNERO

En la mayoría de los casos en la historia, las mujeres de escasos recursos participaron al por igual con los hombres en los agotadores trabajos del campo y de las granjas, más tarde en las fábricas.

Encima de eso, en servirle al hombre en la casa, y tener que cuidar y educar a los hijos.

Todo esto sin reconocimiento ni paga igual.

Así que la Inequidad de género se refiere a la desigualdad de oportunidades de las mujeres de acceso a la educación, empleo con justa compensación, participación en política y otros indicadores que constatan que la inequidad de género aún persiste en la región y desde luego en México. 

Las mujeres son el 51.5% de las 666.2 millones de personas que viven en América Latina.

Algunas alternativas necesarias para que tengan igualdad de oportunidades son:

  • Motivación y acceso igual a la educación a las mujeres para que tengan la capacitación suficiente para competir en resultados con los hombres.
  • Definición y pago y reconocimiento por igual, sí y solo sí, lo aportado al valor es igual por un hombre o una mujer.
  • Obligación a los empleadores a dar trabajo a hombres y mujeres por igual, no en número, sino en capacidad para ejecutar los trabajos.
  • Apoyos de gobierno y de empleadores a mujeres que sean madres para que puedan trabajar y a la vez cumplir sus labores normales de madres, y darles apoyos para emprendedoras.
  • Educación y legislación para obligar a los hombres para aportar esfuerzo en el hogar y con los hijos, cuando las mujeres trabajan. 

El crecimiento de un país requiere del esfuerzo de hombres y mujeres por igual.

LA VIOLENCIA DE GÉNERO

Se ha definido como la violencia física o sicológica ejercida hacia el género opuesto.

En México, generalmente, por la superioridad física del hombre, la violencia es contra la mujer.

Los casos de violencia de género en México en todas sus modalidades, se han incrementado en los últimos años en 131%, al pasar de 1,645 carpetas de investigación en 2015 a 3,802 en 2023, cifra que podría ser mucho mayor, considerándose que solo una pequeña parte de estos casos se denuncia.

Hay que considerar también que la mayoría de las desapariciones derivadas de la trata de blancas, asesinatos, etc., no están cuantificadas por la INEGI como violencia hasta no aclararlos.

Más a fondo, para encontrar alternativas de solución, hay que distinguir dos principales clases de violencia contra la mujer:

1. Violencia doméstica, verbal, sicológica o física

  • En este caso, la mujer violentada generalmente está atrapada por la necesidad de ser sostenida económicamente por un hombre y no lo denuncia.
  • Tampoco denuncia por la displicencia o negligencia de estas autoridades en aplicar la ley severamente contra los agresores y el temor de la mujer a las represalias del hombre ya en el hogar.
  • Y por último, por esa dependencia económica de la mujer e hijos que, si encarcelan al hombre, la mujer no tendría como mantener a sí misma ni a los hijos si los hubiera. 

Las principales causas, y concuerdo con la declaración de hace un año del Papa Francisco, son por “el machismo tradicional que no se ha erradicado en el mundo, la inmadurez y por falta de educación y de compromiso de los hombres y los gobiernos”.

Las soluciones a este gran problema son de largo plazo, así que entre más pronto empecemos será mejor: 

  1. Educación a los hombres para el respeto de género y erradicar el machismo desde la casa y la primera escuela.
  2. Educar a las mujeres desde la casa y la escuela, a no permitir la violencia en su contra, sea hogar paternal, o matrimonial.
  3. Culturizar y empoderar  a las mujeres para que no dependan del sustento del hombre, y así puedan delatar los abusos en su casa, sin temor a quedar sin recursos.
  4.  Endurecer las penas corporales y materiales contra los hombres que tengan violencia doméstica contra las mujeres, asegurando que el hombre siga manteniendo la casa, si es expulsado de la casa o si es detenido.

2. Violencia física cometidos en la calle, trabajos o por bandas delincuenciales

Este tipo de violencia, que es la que más protestas ha desencadenado en la sociedad en México, incluye acoso sexual, violación, crímenes de muerte pasionales, secuestro principalmente para trata de blancas, asesinatos por bandas, etc.

Todas son atroces por la pérdida de vidas, y en caso de sobrevivir, el daño sicológico y moral a las mujeres.

Las causas de fondo son de nuevo el exacerbado machismo, la cobardía al usar la superioridad física contra las mujeres, la impunidad de los criminales, y en el caso de bandas criminales organizadas, la protección de los gobiernos de los tres niveles.

Alternativas de solución

Sabemos que no puede haber un policía por cada mujer para cuidarlas y evitar que sean acosadas, violadas, raptadas, golpeadas o muertas, pero los gobiernos de los tres niveles (nacional, estatal y municipal) tienen responsabilidad y la obligación de investigar inmediatamente las denuncias o investigar cada caso, y aplicar la ley severamente.

Los secuestros y muertes efectuados por las bandas criminales requieren una acción represiva hacia dichas bandas, cosa hasta ahora imposible con nuestros gobiernos, indiferentes para desterrar la corrupción, la complicidad y la impunidad que protege a dichas bandas.

CONCLUSIONES
  • Desgraciadamente, la lucha de las mujeres por sus derechos en el mundo es similar a la lucha racial, que han ganado terreno en las últimas décadas, pero aún falta mucho, seguramente permitido por la hipocresía de los gobiernos y las personas que hablan de integración y derechos, pero no toman las acciones sinceras para que ocurra.  
  • En México, por mucho que hablen de igualdad de derechos y de respeto a las mujeres, no hay acciones contundentes para atacar las razones de fondo. Tal vez haga falta una mujer de convicciones para empezar el cambio.
  • Creo que sí sabemos lo que quieren las mujeres, pero les hemos fallado.
No podemos permanecer callados ante esta lacra de nuestro tiempo. No dejemos sin voz a las mujeres víctimas de abusos, explotación, marginación y presiones indebidas
Ricardo Ruiz

Hijo, hermano, padre en una buena familia mexicana de clase media con valores sólidos y espíritu de crecimiento. Ciudadano y profesional continuamente preocupado y ocupado por mejorar nuestro País. Regiomontano, orgullosamente egresado de la UANL, ITESM e IPADE. Con cursos de especialización en importantes instituciones en USA y América Latina. Conferencista en algunas ciudades de EEUU y Sudamérica sobre temas de prevención de fraudes y lavado de dinero. Deportista dignamente representando a mi Alma Mater y a mi estado en mi juventud. Ejecutivo con larga carrera en administración y finanzas en empresas nacionales y extranjeras de primer nivel, con experiencia en varios países. Opinante, proponente y apoyador de acciones y de ideas que exhiban cosas que afecten positiva o negativamente a nuestro país y busquen mejorar los procesos para lograr una auténtica democracia y buen gobierno en México.