Sheinbaum, presidenta con “A”
Esa “A” también es la primera letra de la palabra “Atreverse”.
Sheinbaum se atrevió a desafiar mitos, prejuicios, atavismos milenarios y logró sentarse en una silla monopolizada por los varones.
Ahora a la Presidenta con “A” le toca dar un paso más hacia adelante.
Sustituir el estilo autoritario, violento y amenazante de su antecesor por un estilo democrático y republicano que recupere el valor de la política.
Atrévase, Presidenta, a extender la mano a la oposición, a quienes no votaron por usted y a quienes piensan distinto.
Atrévase a ser cabeza de la reconciliación nacional.
Si bien México es un país majaderamente desigual en los económico y en lo social, ese divorcio se agudiza y profundiza cuando el gobierno lo encabeza un sembrador de odio y resentimiento.
Atrévase a utilizar la Historia como un instrumento de paz y reencuentro entre pueblos y naciones.
No para profundizar o atizar complejos y disputas estériles.
Así como pidió –con toda razón– que la llamaran Presidenta y no “la Presidente”, así también es imprescindible eliminar del discurso político palabras y conceptos maniqueos que sólo logran abrir heridas, dividir, intoxicar la convivencia y democracia.
Atrévase –como lo hizo en su primera mañanera– a impedir que se sigan levantando piras inquisitoriales contra personajes del pasado, que, efectivamente, serán enjuiciados por la historia, la condena social o por un tribunal.
Atrévase a corregir la reforma al Poder Judicial.
La elección de jueces, ministros y magistrados nada tiene que ver con la democracia.
Es resultado de una venganza.
Es el mazazo de un todopoderoso contra ministros y jueces que actuaron para defender la constitucionalidad.
Atrévase a no heredar pleitos ajenos, calenturas que va a poner en riesgo la confianza en su gobierno.
Usted será una de las primeras víctimas de una reforma inconstitucional que socava la autonomía del Poder Judicial, la separación de poderes y los más importante, que pone en duda la vocación democrática y no autoritaria de su gobierno.
Atrévase a dialogar con los ministros y ministras de la Corte cuyos nombres fueron escritos por el gobernador Cuitláhuac García sobre un ataúd.
- Restablezca la colaboración y relación institucionalidad entre poderes.
- Atrévase a ser tolerante con la crítica.
- A sentarse con esa prensa estigmatizada, marginada y perseguida desde las “mañaneras”.
- Con intelectuales disidentes.
No para repartir “sobres”, “chayotes”, contratos publicitarios o complicidades, sino para construir una sociedad más consciente, participativa, informada y tolerante.
- Usted será una mandataria con poderes absolutos.
- Una especie de super presidenta.
- Su partido tiene el control del Congreso, gobierna en 24 de 32 estados y domina las legislaturas locales.
- Atrévase a vacunarse contra la autocracia y el mesianismo, la soberbia y la prepotencia, prohíba el culto a la personalidad.
Señora Presidenta:
Su primera “mañanera” la inició con la conmemoración del 2 de Octubre, fecha fatídica en el calendario nacional.
Se interpretó no sólo como un repudio al autoritarismo del pasado, sino como la promesa de que usted ha decidido renunciar a encabezar una presidencia totalitaria.
Atrévase, entonces, a sanar heridas y a tejer la reconciliación, a hablar no solo para los casi 36 millones de mexicanos que votaron por usted, sino también para esos 64 millones de electores que lo hicieron por partidos distintos o que simplemente no votaron.