Terquedad, obstinación y tenacidad
La frase de Napoleón Bonaparte, acuñada bajo los palcos del estadio de tenis Philippe Chatrier, donde se jugó el torneo olímpico, en Roland Garros de París: “La victoire appartient au plus opiniâtre”, podría ser traducida como “La victoria pertenece a los más obstinados”.
Bajo los palcos de enfrente se puede leer una traducción al inglés “Victory belongs to the most tenancious”.
La traducción a nuestro idioma sería, “La victoria pertenece a los más tenaces”.
Estas frases, en apariencia iguales, me llevan a la reflexión y la diferencia que existen entre los términos “opiniâtre” -obstinado en español- y “tenacious” -tenaz.
De forma equivocada pensamos que terquedad, obstinación y tenacidad son sinónimos, aunque aparezcan con esa calidad en los buscadores de internet.
La terquedad tiene un componente muy negativo.
Es la posición de no entender razones bajo ningún motivo, con tal de obtener lo deseado, así sea mediante trampas, artilugios, engaños. Sobre todo y sobre todos.
En política podemos encontrar muchos ejemplos.
La obstinación, por el contrario, tiene un significado menos negativo.
El ser obstinado es el que insiste en conseguir un fin.
Podría tomar un camino donde exista la manipulación, el chantaje, pero tratando de hacerlo con el consentimiento del otro.
Un ser obstinado no ceja con facilidad en el logro de su meta, busca nuevos caminos para solucionar, si el obstáculo parece infranqueable.
La tenacidad es una cualidad sin fallas.
El ser tenaz busca el éxito, echando mano de sus conocimientos, de sus habilidades y con una gran capacidad de aprendizaje.
La inteligencia es el ingrediente principal de la tenacidad.
Entiende el obstáculo, lo analiza y planea un camino para resolverlo.
El ser tenaz es resiliente, va más allá, es longánime, no sólo se levanta del fracaso, revisa las consecuencias que lo llevaron al borde del precipicio para no volver a repetirlas.
Las caídas son oportunidades de aprendizaje, que sirven para encontrar otra vía de solución, hasta lograr la victoria.
El pueblo chino nos ha dado muchas lecciones de este valor humano, por eso casi siempre llegan a la perfección no sólo en los deportes, sino en lo que emprendan.
A propósito de Napoleón Bonaparte, personaje que murió desterrado de Francia.