18 AÑOS DESPUÉS

Francisco Sepúlveda Cañanar DETONA: En una democracia se gana por un voto, no debemos permitir quedar sometidos por la tiranía de la mayoría.
“Haiga sido como haiga sido”

Estoy tomando mi café, y escribiendo esto, con calma, mucha calma.

Porque esperé 18 años, desde el 2006, para poder escribirlo.

En 2006, con un más que evidente fraude en contra, a los obradoristas nos restregaron en la cara: “En una democracia, se gana hasta con un voto de diferencia”.

Nuestra respuesta fue: “¡Va! Vamos a seguir sus reglas”.

Y los vencimos.

“¿Cuál es la reacción de los vencidos?” Un delirante “no debemos permitir quedar sometidos por la tiranía de la mayoría”.

Lo anterior, por no mencionar que, en lugar de “pueblo”, han preferido usar epítetos tales como “masa ignorante y manipulable” (sic).

Solo que ayer, se destrabó el último dique para poder tener una verdadera transformación en nuestro país: una reforma para poder corregir al poder judicial.

Algo que todos los obradoristas sabíamos que era necesario, para poder concretar los cambios que hubo en el país.

La oposición ayer se vio patética, desbordada.

No salieron de sus “mantras”, sus dogmas de fe, tales como que “no hay servicio de salud para los mexicanos”, “no hay guarderías para los niños mexicanos”, “la violencia está incontrolable”, y “tenemos la mayor deuda externa en la Historia”.

Dichos mantras, los conozco de sobra muy bien.

Lo anterior, porque suelo discutir con un grupo de opositores, la mayor parte de ellos, sampetrinos, que no salen de dicha perorata.

Lo peor, es que, aunque les muestres los “otros datos”, lo que es la realidad, siguen sin aceptarlos.

Así como siguen sin aceptar su derrota.

Ayer, en un movimiento más que previsible, realizaron una intentona golpista en el recinto del Senado.

El oficialismo lo esperaba, pero solo les dio oportunidad de un intento, ahora, se quejan de que “estudiantes fueron gaseados” (sic), en lugar de aceptar que eran porros golpistas los que fueron rechazados de su intentona, también golpista.

Y salen con un lastimoso “la izquierda presumía no gasear, menos reprimir”.

La izquierda, sí. Este gobierno, también.

Y no: no es lo mismo gasear, reprimir, y hasta balacear a verdaderos estudiantes, como en 1968; que rechazar una intentona golpista de una minoría, que no acepta el mandato de la mayoría.

Así que no fue “la izquierda”, opositores.

Fue el pueblo uniformado, la policía, defendiendo la decisión de la mayoría.

Lo peor para ustedes: la gente ahora va a comparar un plantón, pacífico, buscando un conteo de votos; contra la toma violenta de un recinto legislativo, por una minoría que buscaba seguir siendo una “casta dorada”.

Así que, ahí también, le hicieron un gran favor a la figura de Andrés Manuel López Obrador.

En fin, la oposición, de nuevo fue patética.

Como lo fueron cuando defendieron un más que evidente fraude cibernético en el 2006, descubierto por varios científicos nacionales y extranjeros.

Es que: ¿Cuándo se había visto que, faltando el 3% de votos para ser contados, el candidato que iba perdiendo por una diferencia de un millón de votos, no solo alcanzará, sino que sobrepasará al candidato ganador? Algo matemáticamente imposible, porque atenta contra un principio estadístico llamado “tendencia”.

¿Cuándo se había visto que, si el tope de campaña presidencial era de solo 328 millones de pesos, gastarán 4,200 millones de pesos, y las “autoridades” electorales no les pidieran cuentas?
  • Y ahora, dicen que la actual mayoría, es “ilegítima” (sic).
  • Olvidan, que el TEPJF validó dicha mayoría.
  • Una instancia, que forma parte del poder judicial.
  • Ese poder que, afirman, “no requiere una reforma”.

Pues, si piensan que dicho tribunal cometió una “injusticia” ¿acaso no tiene que reformarse?

Lo peor fue ver a las senadoras del MCPRIAN.

Porque, en lugar de representantes de un poder de gobierno, parecían tránsfugas de un aquelarre, requiriendo ser sometidas, inmediatamente, a un “auto de fe”.

De hecho, si Torquemada hubiese visto el espectáculo que dieron, estoy seguro de que se hubiera reído de nosotros, a carcajadas; y nos hubiese recriminado: “¿Y qué tenían en la cabeza cuando les dieron plenos derechos a estas criaturas abismales?”

Lo peor, es que dudo que cualquiera hubiera hallado argumentos para debatirle a Torquemada.

En fin, oposición, “haiga sido como haiga sido”, si quieren con el voto de un “delincuente”, vamos a reforma al poder judicial.

Un poder que actúa en forma criminal por sí mismo.

Así que, el que se pueda reformar gracias a la “redención” de un “delincuente”, para mí gusto, no es un dilema.

Es simple justicia poética. Porque, como bien nos lo restregaron un sinfín de veces: “En la democracia se gana, así sea por un solo voto”.

Y ayer, lo vimos y lo comprobamos.

No fue con el “0.56% de votos”.

Fue con un solo voto.

Solo recuerden: no hay “tiranía de mayoría”.

Hay democracia.

Y no, no hay “riesgo” de que regresemos al pasado.

Porque en los 70, no teníamos suscritos tratados de libre comercio que nos obligan a tener una democracia, con instancias que la defiendan, así como instancias protectoras de los DDHH.

Así que, si querían comerciar con el mundo, la oligarquía mexicana tuvo que hacer una “pantomima” de democracia, buscando un bipartidismo como el estadounidense.

Solo que no tomaron en cuenta que pudiera surgir un movimiento que realmente implementará la tan cacareada por ustedes, democracia.

Así que, oposición: van a seguir existiendo.

Solo que, se los hemos dicho un sinfín de veces: los insultos, no acarrean votos a su favor.

Y decirle al pueblo que es “ignorante”, es una pésima promoción.

Pero, son tan monolíticos, que no piensan cambiar en un futuro.

Ayer, oposición, les recordaron que solo 4 de sus senadores habían alcanzado su puesto por voto popular directo. solo cuatro.

Así que ¿qué van a hacer cuando desaparezcan las candidaturas plurinominales?

  • Porque, ya pasó una reforma.
  • Pero todavía faltan otras.
  • Porque son casi una veintena.
  • La mayoría, para dar apoyos sociales.

¿Se van a atrever a votar en contra?

Son capaces de hacerlo, y seguir sin entender.

Y sí, van a salir a buscar apoyo en el extranjero.

¿Saben lo qué van a lograr? Que mostremos al mundo el proyecto.

Un proyecto que busca que haya más democracia en un pueblo.

Sinceramente ¿esperan qué alguien se pronuncie en el extranjero en contra de que el pueblo tenga más participación política? Ni las cortes internacionales, ni la ONU, vamos, ni la OEA, conociendo a fondo el proyecto, se van a pronunciar en contra.

Pero, vamos: adelante, háganlo.

Así como ayer no nos fallaron, e hicieron una intentona golpista, que les restó toda autoridad moral.

Porque siguen creyendo que son más listos que nosotros.

Y tuvieron éxito, mientras nos mantuvieron desunidos.

Pero llegó un momento en que la mayoría ya estaba empobrecida, sometida, humillada, perseguida.

En ese momento, firmaron su sentencia.

Porque la mayoría aprendió a unirse, bajo la sombra de un movimiento que buscaba el bien común, empezando por los pobres.

Y los pobres, ya eran mayoría.

Hoy, se niegan a aceptar la realidad.

Una realidad que indica que todos, todos sus vaticinios, fueron mentiras.

Hoy, se niegan a aceptar que ustedes mismos fueron los artífices de su destino, ese por el cual son despreciados por la mayoría, por lo cual no les queda más que decir que, por lo mismo, dicha mayoría es una “tiranía”.

Hoy, se niegan a aceptar que el país exigió dar una vuelta a la página, dejándoles a ustedes en el pasado, y buscando un futuro más promisorio, que, se confirmó, sí es posible.

Porque no faltaba dinero, sobraban ladrones.

Mientras, yo esperé 18 años para hacer este escrito, padeciendo de todo: persecución y ostracismo laboral, académico y social.

Perdí oportunidades de trabajo, me fueron negados no uno, dos doctorados, por mi pensamiento.

Pero la Historia me dio la razón.

Sé, que viviendo donde vivo, seguiré padeciendo ostracismo de todo tipo.

Pero me queda el consuelo del clásico: “Y, sin embargo, se mueve”.

Algo que también aplica, por semántica, a un movimiento político.

Lo peor, oposición, es que continuarán sin entender la realidad que los rodea, y culpando a todos de su fortuna.

Menos, a los directamente responsables: ustedes.

Pero viví para ver cómo, literalmente, los hados, el destino, la diosa Fortuna; los obligaron a ser sometidos a una votación trascendental que, fue ganada por un voto, un solo voto, como una democracia, lo dicta.

Francisco Jesús Sepúlveda Cañamar

Médico oftalmólogo. Nacido y criado en Monterrey, N.L (1967). Maestro en ciencias por la UJED. Premio a la productividad científica del IMSS en 2013. Miembro de la Sociedad Mexicana de Oftalmología, y de la Real Sociedad de Medicina de Inglaterra. Miembro fundador de MORENA. Activista político y médico (Movimiento Médico 22 de junio).