A días de la elección, el PRI y el PAN aceleran las negociaciones para controlar el Congreso NL
Mientras el resultado de la elección a gobernador de Nuevo León permanece sumergido en la bruma y la incertidumbre, la contienda por el Congreso estatal es más predecible.
Tanto en el PRI como en el PAN, están calculando que se sostendrá el status quo y que entre ambas fuerzas seguirán controlando en el poder legislativo estatal.
Se han reiterado en las últimas horas contactos en ese sentido que involucran a los actores centrales de ambas escuderías: Zeferino Salgado, Francisco Cienfuegos, Víctor Pérez y César Garza.
El mismo cálculo deslizan en el Palacio de Cantera, donde siguen muy de cerca la dimensión legislativa de la elección. Es entendible: Jaime Rodríguez Calderón requiere de un blindaje político elemental para su salida de la gubernatura, que es lo que explica su alianza absoluta con el PAN y su candidato Fernando Larrazabal.
El hecho de que las dos fuerzas estructurales del Estado se queden con el Congreso, anticipa turbulencias en caso de que Samuel García Sepúlveda sea gobernador.
Se encontraría con una cotidianidad similar a la de El Bronco a lo largo de su sexenio: trabas a sus iniciativas, vetos recurrentes, falta de visto bueno para funcionarios y, tal vez lo más amenazante: la posibilidad hostilidades mayores con la intención directa de removerlo ante cualquier eventualidad o traspié.
Se comienza a reiterar el panorama del 2018: García tiene la posibilidad de ser gobernador, pero al igual que cuando fue senador, la estrategia solo favorece a su persona. Hace tres años, MC ganó la elección del Senado pero ninguna alcaldía y apenas unas pocas bancas en el Congreso local que bajo la conducción política de Luis Donaldo Colosio, quedaron sumidas en la intrascendencia.