Irreverente

El poder del aspiracionismo

El aspiracionismo es connatural al ser humano, en consecuencia, es altamente censurable satanizar dicha tendencia y más cuando quien lo hace es presidente de un país.

Panamá.-

Les platico: Su segunda lengua es el castellano. Su primera, el guna yala.

No son muchos -apenas 40,000 de los casi 5 millones que habitan en Panamá- pero los gunas son poseedores de uno de los archipiélagos más bellos del continente americano:

Las 365 islas de San Blas, que son frontera entre Panamá y Colombia.

Para llegar a cualquier de ellas hay que moverse desde la ciudad de Panamá en un vehículo 4x4, pues el último tramo de la carretera que conduce a los embarcaderos es sinuoso, angosto y empinado.

Aunque está dentro del territorio panameño, todos los visitantes debemos mostrar nuestros pasaportes para que se nos permita entrar a las tierras de los gunas.

Su máxima autoridad es el Shaila, un cacique para cada región de este pueblo originario de Centroamérica.

LAS MOLAS.

Dejo para otra ocasión mi relato de una de las muchas veces que hemos pasado semanas enteras en San Blas, la comunidad con autoridad autónomo de los gunas yala que convive con el gobierno establecido de Panamá.

La irreverente de mi Gaby fue seducida como sucede con muchas personas, por el arte de las molas.

Son verdaderas obras de arte que las mujeres bordan sobre lienzos de una tela a la que llaman poplin.

Luego los cosen en bolsas de una especie de yute color café claro. Usan hilos multicolores de poliéster y agujas número 12.

Se llaman molas cuando ya están terminadas pero antes y durante el proceso reciben el nombre de moras.

Los diseños son dibujados con precisión milimétrica utilizando tijeras.

Cada bolsa como las que ilustran este artículo les lleva hacerla un día.

LA HISTORIA DE MARTINA Y BRAULIO.

Solo las mujeres hacen estas bellas artesanías.

Las llevan a vender a varios puntos de la ciudad y principalmente al Casco Viejo, pletórico de turistas. 

Braulio fue el único guna hombre que vimos acompañando a varias mujeres en su vendimia de molas en la minúscula plaza Carlos V, en pleno Casco Viejo.

Una de esas mujeres es Martina su esposa y cuando me acerqué para platicar con él me saludó en español y en seguida en perfecto inglés, su tercera lengua.

Su nombre completo es Braulio Henry Tapia, tiene 66 años y con Martina tiene una hija y cinco nietos.

Le costeó estudios profesionales de turismo a su hija y sus cinco nietos van por el mismo camino.

En los años 80 emigró a Estados Unidos sin hablar una gota de inglés y llegó a ser conserje de un College en Orange County, California, durante diez años.

En sus tiempos libres estudiaba inglés y llegó a dominarlo. Legalizó su situación migratoria por su propia cuenta, sin ayuda de abogados.

No conforme con eso, se inscribió en una escuela de la Marina y perfeccionó sus habilidades en la construcción de veleros. Ahí fue contratado por un norteamericano, Roy Wayman, quien le encargó la re construcción de un viejo y destartalado velero.

El primero y único viaje que emprendieron fue a San Blas, donde Roy vendió a muy buen precio la nave y se quedó a vivir en Panamá. Braulio también se quedó en su comunidad guna yala.

A los 21 años se casó con Martina, formó una familia y debido a sus logros en Estados Unidos, fue propuesto para ser uno de los Shailas. Pero no aceptó porque “es un trabajo que aleja mucho de la familia y yo quería estar cerca de Martina, de mi hija y luego de mis nietos”.

La alegría con que me contó su vida es contagiosa. Además, abraza con mucha facilidad.

Es que los gunas hombres tienen fama de ser muy enamorados y Braulio hace honor a su raza, pero confiesa que se porta bien, aunque termina la frase con una sonrisa pícara.

Martina atestigua la escena y también se sonríe, aunque la suya es una sonrisa levemente diferente…

CAJÓN DEL SASTRE DE PANAMÁ.

“El aspiracionismo es connatural al ser humano, en consecuencia, es altamente censurable satanizar dicha tendencia y más cuando quien lo hace es presidente de un país”, remata la irreverente de mi Gaby, preparando su vendimia, porque resulta que le compró a Martina tantas molas que Copa nos cobró exceso de equipaje.

PD Para mi amigo Salvador Borrego, por una generación en retirada.
Plácido Garza

Presidente y fundador de la plataforma noticiosa www.detona.com que cuenta con un periódico digital y canales de TV en YouTube y TikTok. Ganador del Premio Nacional de Comunicación para Medios Digitales 2023, otorgado por la “Fundación José Pagés Llergo”. Ganador del Trofeo Regio 2024 en la categoría de Comunicación. Nominado a los Premios de Periodismo “Maria Moors Cabot", de la Universidad de Columbia en NYC; "Sociedad Interamericana de Prensa", en Miami; “Nacional de Periodismo” en México y Premio Nuevo León de Periodismo “Francisco Cerda Muñoz” 2024. Miembro de los Consejos de Administración de diversas corporaciones globales.  Creador de la primera plataforma BigData en América Latina.  Exporta información a empresas y gobiernos de varios países.
Es uno de los periodistas más influyentes en el ámbito socio-político de México. Escribe todos los días su columna "Irreverente" para medios nacionales y extranjeros. Maestro de distinguidos comunicadores en el ITESM, la U-ERRE y universidades de EEUU. El 29 de septiembre de 2022, Plácido Garza es incluido en la Enciclopedia de la Literatura en México por su libro “Irreverente”, donde se le destaca en la reseña como “un disparador incansable de ideas, algunas provocadoras, otras, lapidarias”. Es reconocido por su tono fresco y mordaz de crítica política y social, así como una viva expresión de la lengua y la cultura mexicana; una mezcla antagónica generada por la proximidad con Estados Unidos. Como montañista, ha conquistado las cumbres más altas de América y algunas de Asia y Europa.