Fotograma para comunicar el futuro.

Gerson Gómez DETONA: La revolución no se televisará, en todo caso será cubierto por las redes sociales, existirá solo si lo permiten los metabuscadores, la inteligencia artificial tomará conciencia, guardabarreras y cortafuegos rebasados por el uso de VPN.

Adiós a la censura en China, Corea del Norte, Venezuela, Cuba y los Estados Unidos de América.

En el mundo distópico, altermundistas, globalifóbicos e indignados lanzarán la primera ofensiva #noatodo.

Skynet, los exterminadores y los rebeldes, a la calle, enfrentamiento en código binario, Aldux Huxley, H.G. Wells y Julio Verne al poder.

Vamos para atrás, en Nuevo León y en todo México los sistemas de seguridad y de justicia están apagados, hogar dulce hogar.

En el principio fue el verbo, luego los objetantes de conciencia, el contrato social, castigar a los opositores, la fuerza pública instrumenta la anarquía.

Los colectivos de minorías sexuales apoderados de la interlocución.

Debajo de ellos los pueblos originarios, la escalera social excluye los diez mandamientos, hedonista con grado de pureza del 99%

Ya pasamos la frontera, cruzamos la línea amarilla, ya salimos de las sombras.

Patente de corso en cada urna y sufragio, cada elección justifica la traición, los dictadores usan personal shopper y comunitiy manager.

Santidad no es problema de sanidad, la plegaria del justo corresponde colgarse antes de la crucifixión.

Fabulistas del horario estelar, arrepiéntase aun antes de cometer el pecado.

Prenda el porro, borre la memoria chat de las citas ocasionales, salga sin abandonar su casa, testifique en contra de sí mismo.

La revolución es un fotograma del futuro sin el rostro del Che Guevara, vista Balenciaga y coma Soylent Green.
Gerson Gómez

Morelense de cepa Regiomontana. LCC con especialidad periodismo (UANL). Doctor en Artes y Humanidades (I.C.A.H.M.). Tránsfuga de la mesa de redacción en diferentes periódicos como El Diario de Monterrey, Tribuna de Monterrey, y del grupo Reforma en el matutino Metro y vespertino El Sol. Escort de rockeros, cumbiamberos, vallenatos y aprendices al mundo de la farándula. Asiste o asistía regularmente a conciertos, salas de baile, lupanares, premieres, partidos de fútbol y hasta al culto dominical. Le teme al cosmos, al SAT, a la vejez y a la escasez de bebidas etílicas. Practica con regularidad el ghosting. Autor de varios libros de crónica como Hemisferio de las Estaciones, Crónicas Perdidas, Montehell, Turista del Apocalipsis, Monterrey Pop y Prêt-à-porter: crónicas a la medida.