Libertad de expresión: ¿Derecho a blasfemar?

El Padre Paco DETONA: Un performance en las olimpiadas de París, en el que se presentaba algo semejante a la Última Cena, fue considerado blasfemo.
1.
  • Han iniciado los juegos olímpicos de París, con un universo de expresiones lúdicas cargadas de belleza, armonía y colorido.
  • Desde la misma inauguración, pasando por disciplinas como la natación, el tiro con arco y la gimnasia rítimica, asistimos al elogio de la raza humana, capaz de sacralizar su cuerpo, forjado a base de arduos entrenamientos, y de alcanzar las máximas alturas del desempeño deportivo y artístico.
  • Pero como nunca falta un prietito en el arroz, un performance, en el que se presentaba algo semejante a la Última Cena, fue considerado blasfemo.
2. 
  • Y es que el dramaturgo francés, Thomas Jolly, dirigió un espectáculo con el que intentaba celebrar la tolerancia comunitaria, pues aparecían, alrededor de una mesa, un grupo de drag queens, una modelo transexual y un cantante desnudo, disfrazado del dios griego Dionisio.
  • Aunque la organizadora del magno evento, Anne Descamps, defendió al autor, terminó por ofrecer disculpas, después de un amplio rechazo en redes sociales no sólo de la Iglesia Católica -los obispos franceses reaccionaron indignados-, sino de musulmanes suníes, inclusive.
3. 
  • Jolly afirmó que no quería ser subversivo, ni escandalizar, ni, mucho menos, faltar al respeto a ningún grupo religioso.
  • Otros defensores de la escenificación argumentan que no se trata de una parodia sobre la obra de Leonardo da Vinci, sino un remedo de Le Festin des Dieux (El festín de los dioses), obra de Jan Hermansz van Bijlert, realizada en 1635, y en donde aparecen los dioses del Olimpo, celebrando las bodas de Tetis y Peleo.
  • Ya sea que sí se buscó ridiculizar la Última Cena, o presentar una caricatura del Festín, lo cierto es que abrió de nuevo un añejo debate.
4.
  • ¿Puede o no la libertad de expresión agredir los sentimientos religiosos de algún credo?
  • Quienes lo profesamos: ¿debemos tolerar esas expresiones como signo de apertura inclusiva al arte contemporáneo, aún y que ofendan elementos iconográficos que nos evocan trascendencia y espiritualidad?
  • Si nos sentimos agraviados, por lo que calificamos como una falta de respeto: ¿necesitamos cambiar nuestros criterios, y aceptar que acotar cualquier manifestación artística, con el argumento de la deferencia a lo religioso, es una forma de censura?
5. 
  • No estoy de acuerdo.
  • En desarrollo humano, por ejemplo, se nos invita a ser asertivos, es decir, a manifestar con claridad lo que pensamos y sentimos en el momento oportuno, a no andar con rodeos y circunloquios.
  • Ello no significa, sin embargo, que seamos agresivos, y amparados en una supuesta personalidad sincera, que podamos herir a los demás. Igual con la libertad de expresión.
  • Ella, como todas las libertades, tiene sus limitaciones. Yo no puedo, por ejemplo, en aras de exigir que se respete mi derecho a fumar, hacerlo en lugares cerrados.
6. 
  • Optimista irredento como soy, me quedo con dos aspectos de la inauguración olímpica: la creatividad y las disculpas.
  • En primer lugar, la ceremonia se realizó fuera del estadio, a orillas del y dentro del río Sena, con entrada gratuita para muchos espectadores y con los atletas montados en pintorescas embarcaciones.
  • Por otra parte, tanto la organización general, como el autor de la polémica actuación se disculparon por herir, dicen que de manera involuntaria, la sensibilidad cristiana.
  • Disculpas aceptadas y a disfrutar de los juegos olímpicos.
7. Cierre icónico.
  • Si la Virgen de Guadalupe es el símbolo paradigmático de la devoción popular, San Judas Tadeo juega ese papel en su versión masculina.
  • Así como a ella cariñosamente se le llama la “Lupita”, él recibe el calificativo de “San Juditas”.
  • Pero una diferencia es que la mayoría de quienes acuden al santo -patrono de lo imposible- son jóvenes, en especial “ninis”.
  • Alguien ha escrito que es su patrono.
  • San Judas, San Juditas, representa para ellos la esperanza en un futuro que no ofrece ni la 4T. Sus reliquias estarán en nuestro país hasta el próximo 29 de agosto.
Padre Paco

El sacerdote José Francisco Gómez Hinojosa (Monterrey, México, 1952) es el actual Vicario General de la Arquidiócesis de Monterrey. Es diplomado en Teología y Ciencias Sociales por el Departamento Ecuménico de Investigaciones de San José, Costa Rica, y doctor en Filosofía por la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma. Ha sido profesor en el Seminario de Monterrey, en la UDEM, el ITESM, la Universidad Pontificia de México, el Teologado Franciscano, el EGAP (Monterrey) y la Universidad Iberoamericana (Centro de Extensión Monterrey).