Sinaloa y Guerrero, dos estados fallidos

José Luis Elizondo Treviño DETONA: Gobernadores morenistas de esas entidades son totalmente copados y cooptados por las bandas criminales.

Sinaloa y Guerrero, dos estados fallidos.

La absurda e irracional política de abrazos, no balazos, implantada por el régimen lopezobradorista está dando como resultado el surgimiento de estados fallidos.

En tales entidades, lejos de trabajar por el bienestar de su gente, han cedido a las bandas criminales el control de importantes áreas de gobierno.

El atroz asesinato del Alcalde electo de la ciudad de Chilpancingo, Alejandro Arcos y dos de sus principales funcionarios municipales, han generado un impacto significativo en la gobernabilidad estatal.

La gobernadora se ha visto superada por la inseguridad que reina en esa entidad

Las bandas criminales ya no solo controlan el trasiego y venta de drogas a través del narcomenudeo, o a la extorsión también conocida como cobro de piso, o el secuestro.

Ahora han infiltrado a los gobiernos municipales y el estatal, donde el botín más anhelado por estos grupos criminales es el presupuesto.

Controlan, además de las áreas de seguridad pública municipal o estatal, las áreas de obras públicas, desarrollo urbano y las áreas de inspección, tanto estatal como municipales.

La gobernadora Evelyn Salgado enfrenta la creciente y peligrosa presencia de las bandas criminales en todo Guerrero, al mismo tiempo que lidia con las tragedias ocasionadas por fenómenos naturales como el huracán Otis el año pasado, y recientemente por el huracán John, que han dejado a su paso miles de damnificados, enormes daños materiales y la siempre lamentable pérdida de vidas humanas.

En Sinaloa, el gobernador Rubén Rocha ni siquiera se atreve a vivir en Culiacán, la capital

Los “culichis” comentan que pasa más tiempo fuera del estado que gobernando a su entidad.

Culiacán y otras localidades del estado se han convertido en verdaderos escenarios de guerra por la sangrienta pugna interna que existe en el cártel de Sinaloa, tras la escisión entre “los chapos” y “los mayos”.

Esta cruenta lucha ha provocado un notable ausentismo laboral y escolar.

Nadie quiere arriesgarse a estar en la calle en medio de una batalla campal entre ambos bandos.

También le temen, especialmente los hombres, a ser levantados para llevarlos, con todo y vehículo, para ser usados como carne de cañón a los frentes de batalla.

Es urgente que la estrategia de seguridad anunciada por la Presidenta Sheinbaum abandone la política de los abrazos y se enfoque, con inteligencia y con estrategias verdaderamente probadas, a erradicar la ingobernabilidad, el crimen organizado y los estados fallidos que empezarán a florecer en otras entidades si no actúan con rapidez y eficiencia.

Ese empeño que ha puesto en la destrucción del Poder Judicial, debiera ser redirigido para ofrecer más y mejor seguridad para las y los mexicanos.

José Luis Elizondo Treviño

Profesor y abogado con más de 30 años en el servicio público estatal y municipal. Articulista en diversos medios digitales.