Tres preguntas para resucitar
“En verdad les digo: el que cree en Mí, las obras que Yo hago, él las hará también; y aún mayores que estas hará, porque Yo voy al Padre”. – Juan 14:12
Adquirir una discapacidad durante la vida es como morir. Sea que el duelo te acompañe por algún tiempo o esté contigo toda la vida, perder alguna de tus capacidades es como si te arrancaran un gran pedazo de vida.
Mi discapacidad llegó cuando perdí la vista a los 6 años, pero morí realmente durante mi adolescencia, cuando uno necesita de todos sus recursos para consolidarse como persona.
Sin embargo, vivir con una discapacidad, también es una oportunidad de resucitar.
Los días de pascua pueden resultar una gran práctica de crecimiento interior, al margen de que seamos creyentes religiosos o no.
La pascua cristiana es la pasión, muerte y resurrección de Jesús, un proceso simbólico por el cual todos podemos pasar para resucitar, es decir, para suceder una y otra vez.
Pregunta 1: ¿De qué forma acepto incondicionalmente el flujo de la vida o la voluntad de Dios?
El significado de la palabra pascua es “salto” o “ir más allá”, y tiene sus raíces en pueblos antiquísimos de pastores nómadas.
Era la celebración que seguía al periodo del invierno, época infértil durante la cual no había cosechas y el clima era sumamente hostil.
El rito simbólico era sacrificar a un cordero, dando ese salto de fe, confiando en que el siclo de cosecha y buen clima sucedería otra vez.
La pascua o pésaj para los judíos es ese milagro que obra Dios abriendo el mar rojo para que el pueblo judío pueda escapar del ejército egipcio.
Los milagros ocurren para los que confían o para los que tienen fe.
NO existe ni fe ni confianza si para que confíes o para que tengas fe primero tienen que ocurrir los milagros.
La aceptación incondicional es soltarnos al flujo de la vida o a la voluntad de Dios. Aceptar que no conocemos el plan completo. La aceptación es trabajar con la esperanza de que el milagro ocurrirá.
Mi aceptación es vivir con mi ceguera, trabajando bajo el convencimiento de que alcanzaré a vivir con dignidad y plenitud, confiando en que las condiciones serán propicias.
Pregunta 2: ¿qué debe morir hoy en ti?
Para confiar o para dar el salto de fe tenemos que morir irremediablemente, aunque sea en parte.
En la tradición cristiana, Jesús muere a la vida terrenal. En la tradición judía el pueblo que escapa de Egipto se adentra al mar confiando en el milagro.
Y los pastores nómadas sacrifican la poca comida que tienen después del invierno, confiando en el reinicio del ciclo de cosecha.
Morir a cierta parte de nosotros es sumamente complicado
Solemos estar apegados incluso a aquellos aspectos de nosotros que nos causan sufrimiento o malestar.
Para identificar a qué queremos morir tenemos que contemplar nuestras profundidades más oscuras y ver de frente nuestros odios, miedos, rencores, ataduras, vicios y adicciones… Y decidir conscientemente morir a eso que es nuestro mundo confiando en que vendrá algo mejor.
Recuerdo hace algunos años, en un curso, el facilitador se me acercó y me dijo: “quiero que participes también, no te escondas en tu ceguera”.
En mi caso, como persona ciega he tenido que morir, y sigo muriendo, a partes de mí que temen no ser suficiente o no dar el ancho igual que una persona que sí ve; muero al rencor que genero cuando soy rechazado o discriminado.
Tengo que morir también a los vicios del conformismo, la auto piedad y la auto complacencia, entre otros.
Pregunta 3: ¿cómo quiero resucitar?
Resucitar significa re –que implica una repetición– y suceder, que significa ocurrir. Es decir, resucitar significa volver a suceder o volver a ser. Y lo que muere solo muere para que algo renazca.
¿Quién muere y quién resucita? En la tradición cristiana el viernes muere Jesús, un humano, y el domingo resucita el Cristo.
Echa mano de la visualización, esa gran herramienta creadora y prospectiva con la que contamos los humanos.
Visualiza detalladamente cómo eres una vez resucitado
Prospecta lo más hermoso que puedas lograr, ese ser que logra trascender todo lo que está muriendo en ti.
Qué nuevas virtudes surgieron en ti y cómo benefician a los que te rodean.
Y la resurrección no ocurrirá de inmediato, pero visualizar es el camino, pues...
...el drama de nuestra vida ocurre mayormente en nuestra mente
Igual que mi discapacidad, que el primer lugar donde se manifiesta es en mis creencias y en mi mentalidad.