Un PAN con discapacidad
Anoche me costó conciliar el sueño pensando en que el PAN se presentará a las elecciones para gobernador del Estado, con discapacidades evidentes, y que Larrazábal tampoco es una opción alentadora para la población con discapacidad en NL.
Fui empleado de la administración de Larrazábal en Monterrey.
Originalmente mi empleador fue la administración de Adalberto Madero, cuando la alcaldía de Monterrey contaba con una dirección de personas con discapacidad y adultos mayores.
A los pocos días de asumir su nuevo puesto Larrazábal, nuestra dirección desapareció, con el argumento de que la nueva administración no tendría su enfoque ni en discapacidad ni en adultos mayores.
EL FLORERO
Fui absorbido por la secretaría de participación ciudadana, donde viví unos de los días más difíciles de mi corta carrera laboral; pasé a ser un florero en dicha área, pues no tenía ni un rol ni una función definida.
Al tratar el tema con mi jefa inmediata, reconoció que no sabía cómo incluir a una persona ciega en su oficina y que tampoco contaba con el tiempo para ello; me pidió que tuviera paciencia y que aprovechara mi tiempo en el palacio municipal en otras cosas, pues
difícilmente me iban a despedir.
Unos cuantos días después llegó una mujer ciega más o menos de mi edad a la secretaría.
Se me dio la encomienda de capacitarla en el uso de tecnología adaptativa para que pudiera utilizar una computadora.
Al indagar con ella, me contó que estaba ahí debido a que el entonces candidato Larrazábal, durante su campaña, le prometió empleo, y cuando éste ganó la alcaldía, la mujer lo visitó en una de esas jornadas de atención ciudadana que solía hacer la administración en los bajos del palacio, y le recordó su promesa.
Los días corrían lentos y tediosos en la secretaría; me resultaba bastante penoso escuchar que mi compañera se pasaba su jornada ya fuera hablando por teléfono con sus amigos o simplemente sentada, en silencio, “viendo” las horas pasar.
Por mi parte, obedecí a mi jefa y aproveché el tiempo; me puse a estudiar una maestría en la UANL.
No fue la forma adecuada de incluir a las personas con discapacidad. Ambos recibíamos un pago, lo cual era estimulante, y oficialmente los dos teníamos empleo, uno por herencia de Maderito y la otra por una promesa de campaña, y si bien se nos depositaba en nómina, se
nos rebajaba en dignidad al ser floreros sin funciones.
En lo personal no creo que el PAN vaya con sus capacidades íntegras a las elecciones con un candidato que después de haberse visto envuelto en el escándalo de los quesos, desapareció por tantos años.
Los ciudadanos estamos lastimados después de una administración (la del Bronco) que se aprovechó de nuestras vulnerabilidades y descontentos, por lo que estamos deseosos (aunque parece que nos quedaremos con las ganas) de candidatos serios e íntegros.
Como persona con discapacidad y en base a la anécdota que le conté, tampoco creo que Larrazábal sea la opción que cuente con el enfoque que el colectivo con discapacidad esperamos desde hace muchos años.
Así que, mis estimados panistas, bienvenidos al club de las personitas con capacidades especiales, de cierta forma admirados, pero casi nunca, parte del elenco principal.