Gastronomía

El Pueblito. Restaurante

Monterrey tiene innumerables sitios bien ricos para desayunar, pero si se les antoja irse un domingo a un restaurante con buena sazón y aire de pueblo, visiten El Pueblito, un mesón típico norestense ubicado en Santiago, Nuevo León.

El Pueblito está frente a la plaza principal, a 20 metros de la Iglesia, en la mera esquina.

Es una casa de comidas sin pretensiones, económica, familiar, limpia, con buen servicio y un menú tradicional norteño. Su propietario, don Luis Rodríguez Saucedo, te da la bienvenida.

Si piden un par de huevos estrellados, te preguntan por el término y te los preparan al gusto, acompañados de frijolitos refritos y tortillas de maíz hechas a mano.

A los glotones, les aconsejo el taco de barbacoa para rematar, está sabrosísimo.

Ahora sí...

panza llena, corazón contento.

Como grinch que soy, el único “pero” que le veo es que, eventualmente, entran cantantes a vender su canto y su guitarra.

No son ni las 10 de la mañana y ya estás escuchando boleros del tipo “Sin ti, no podré vivir jamás”, y así por el estilo. Y uno sin pareja.

El otro domingo llegaron dos chavos de una estudiantina, ataviados con la vestimenta del siglo de oro español.

Ellos muy en su papel, bien peinados y con la sonrisa de oreja a oreja.

A mí eso de las estudiantinas, las panderetas y sus capas negras siempre me han parecido muy teatrales y melosas, pero bueno, en gustos se rompen géneros.

Reconozco que, aunque no sea música de mi agrado, es ese folclor, precisamente, lo que le inyecta un ambiente pueblerino al restaurante de don Luis. Y de ahí su atinado nombre: El Pueblito.

Santiago, el primer Pueblo Mágico de Nuevo León, es un destino bienquisto por los regiomontanos, trotamundos y demás paseantes.

Salvo por la fatídica sequedad de la presa...

...El centro de Santiago se pone cada vez más bonito, es limpio, ordenado, con sus casas coloridas, bien pintadas, y lo mejor de todo, su gente, siempre hospitalaria.

VisitenSantiago.

Alrededor de la plaza principal y más allá está colmado de comedores para todos los gustos, como el legendario y famosísimo restaurante Las Palomas o, La Casa de la Abuela, donde hacen el pan de elote más rico de toda la comarca, en serio...

ese pan no tiene abuela.