Erotismo en Jueves Santo
La conclusión es que, el mensaje respuesta fue una enorme luz verde y un escueto, usted escríbale, nosotros lo publicamos.
Habíamos descrito el escenario de una noche de placentero descanso, interrumpido por una llamada de auxilio por teléfono, de un antiguo amigo de la infancia más temprana, kínder, con la consecuente relación intra e interfamiliar y la cercanía cálida qué proporcionaban las reuniones con la Maestra Rebeca Acosta del kínder Independencia y los padres de los alumnos, quien cultivo y orientó a un grupo grande de madres y niños de la colonia independencia en aquellos aciagos años de crecimiento y desarrollo de los 1950's, acompañados también durante la primaria (durante 4to, 5to y 6to) en la escuela primaria José Alvarado Santos (Prócer Lampacense), festivales, asambleas, desfiles, cuadros gimnásticos, graduación y después en la secundaria Jesús M. Montemayor, donde topa la calle San Luis Potosí, abajito del Tanque, lugar de vida y Salud en toda la historia de nuestro noreste querido.
Acompañando siempre a Toñito la Lombriz, delgado, empero garrudo y bueno para el pleito, solo que en algunas ocasiones se metía en líos de los que había que ayudar a sacarlo, como en aquella ocasión en que intento abrazar y besar a una niña (decía la niña), quien resultó ser novia de Pablote, la Lombriz decía que la niña había accedido y que no había sido nada más intento.
Pablote estaba muy enojado de que le hubieran pedaleado su bicicleta y quería llevarse a la lombriz al tanque (sitio geográfico ya señalado) donde, para que mediante una buena golpiza a la lombriz, pudiera ser quebrantado aquel coraje de saber a su novia pichoniada por la Lombriz.
Pablote había sido monaguillo y era un niño problema en su familia muy inquieto y precoz sexualmente, manoseaba a hermanitas y primitas, su papá era de la secreta (policía secreta, despues policía judicial, hoy ministerial creo, siguen siendo igual y lo mismo) y buscó un consejo del padre Ochoa, quien le recomendó lo metieran de monaguillo y ahí nos conocimos, congeniamos, platicábamos mucho de películas y libros.
Cuando Pablote andaba muy enojado con la Lombriz hubo necesidad de atravesarnos para que la sangre no llegara al rio, le recordé a Pablote qué una vez que entré a la sacristía a ponerme la sotana y el roquete, estaba el muy entretenido masturbándose, yo esperé a que terminara mientras yo salía a ponerme mi sotana (negra) y mi roquete blanco encima de la sotana y volví al vestidor donde estaba ya con los ojos en blanco y limpiándose su semen.
"Buen provecho" Le dije seriamente.
"No le vayas a decir a nadie" me contestó. "No te preocupes, para eso somos los amigos" así quedó.
Regresando al desacuerdo con la Lombriz quien señalaba qué no era el único que le había escrito al cuaderno de Pablote (disculpen lo aparentemente misógino), que la niña también tenía lo suyo.
En una plática formal con Pablote, y mostrándole el panorama (su hipersexualidad) se calmó, ante la posibilidad de que por andarnos balconeando salieran algunos trapitos al sol y se calmó la cosa.
Ya durante la adultez temprana algo había de distanciamiento, lo había con casi todos los antiguos compañeros escolares y por las características del entrenamiento propio de cada actividad casi no había reuniones o pláticas entré nosotros.
La lombriz se convirtió en sobresaliente abogado y su ingreso a la política fue obligado, sin embargo su proclividad hacia las muchachitas qué ejercían o ejercen la actividad laboral más antigua de los seres humanos era muy explícita y notable al solicitar apoyo para calmar la agresividad de una de sus "novias" al saberse excluida de una relación aunque fuera por un fin de semana
Toñito solía salir de su casa el viernes por la noche y regresaba a su casa (o lo regresaban cargado) el domingo por la noche.
"Es muy natural, es su tipo de trabajo, su papá es igual", su papá era músico, falleció por descompensación de una cirrosis hepática alcoholo- nutricional a los 48 años de edad.
"Haiga sido como haiga sido"
Toñito la lombriz le daba vuelo a la hilacha acompañado de abundantes féminas de no malos bigotes.
Dejamos a nuestro Doctor acompañado por una atractiva señorita de Reynosa, agradecida por las atenciones brindadas a su mejor amiga y ya casi la media noche, el doctor no acostumbraba desvelarse, la congruencia con el juramento de Hipócrates y las enseñanzas de su maestro se lo impedían, sin embargo aquella señorita calificada seguramente con 23 en la corte del Khan Kublai en el reino mongol de los años mil, no presagiaba nada bueno (o quizá algo muy bueno).
La breve plática se enfocó rápidamente hacia las habilidades de cada quien, ni tarda ni perezosa, la mujercita señaló, yo cobro habitualmente 10,000 pesos por evento qué por lo general no dura más de 10 minutos, yo me imaginé (o sea, pues, el doctor de marras) seguramente los camaradas llegaban muy urgidos y nomás de verla y sentir su prolongación lingual a nivel del surco balano prepucial, pues, tenían su eyaculación y ni modo, pa'tras los fielders, el que sigue, y a juntar para el siguiente evento, lástima Margarito, no vemos el siguiente fin de semana.
Preguntó tímidamente la Señorita ¿Podría yo mostrarle mis habilidades amatorias? Usted no tendría que hacer nada, solamente yacer, no le cobraría nada y cada vez que quiera puede venir y estoy a su disposición y órdenes.
Al galeno le parecía estar en el más increíble de los sueños y estaba a punto de solicitar qué la joven meretriz repitiera tan increíble propuesta, solo que la coca cola se le agolpó sobre la laringe y la señorita cortesana al observar la cara del doctor, solamente atinó a decir, voy a separar lugar ahorita regreso. Ya me dió hambre mañana le sigo.