¡Grotesco!
Es grotesco contemplar a los representantes de la sociedad degradando su investidura, no sólo por sus malos resultados, sino porque han llegado hasta el ridículo justificando sus malas decisiones.
Desde luego, el primero en hacerlo es el jefe de la mafia en el poder, quien insulta a sus oponentes, miente en sus informes, niega hasta los datos que vienen del mismo gobierno, no duda en calumniar para disfrazar sus fracasos, y ahora hasta promueve su propia revocación de mandato, con la evidente intención de convertirlo en una ratificación que le permita convertirse en el poder tras el trono el próximo sexenio.
FLOREROS
Le siguen como en desfile carnavalesco la mayoría de sus secretarios, desde los floreros hasta los que resultan objeto de burla en reuniones internacionales por su evidente incapacidad.
Pero no sucede eso solamente en el Ejecutivo, también tenemos un presidente de la Suprema Corte que, tras ayudar a realizar una absurda consulta, fue incapaz de rechazar una extensión de mandato evidentemente inconstitucional, hasta que no le quedó otra, pese a la absurda defensa del mandatario que ordenó ese intento de violación a la ley.
Y también tenemos al responsable de la Auditoría Superior de la Federación, quien prefirió agacharse ante el poder que defender los resultados que sus competentes subordinados presentaron, lo cual sirvió para hacer un circo que cubrió el desastre de la administración de la 4T.