Política

La 4T no logra frenar la tendencia al alza de la pobreza, que ya alcanza al 44%

Por la pandemia creció más la pobreza urbana, pero no es el único factor que explica la pobreza general en el país, según Coneval.
Para 2020, la pobreza en México continúa en aumento y actualmente 55.7 millones de personas se encuentran en esta situación.

Un efecto de la doble crisis por la pandemia, pero también revela los retos que sigue enfrentando el gobierno de Andrés Manuel López Obrador para cumplir una de sus principales ambiciones.

El estudio presentado este jueves por el instituto abarca el periodo de 2018 a 2020, aplicando una metodología modernizada al estudio anterior y revelando que en ese periodo el incremento en la pobreza fue de 3.8 millones de personas, con una incidencia mayor en ciudades, consecuencia de la pandemia.

De esta manera, el instituto reporta que la pobreza dio un brinco del 41.9% al 43.9% de la población de 2018 a 2020. En lo que refiere a la pobreza extrema se presentó un incremento de 7.0% a 8.5%, es decir, existen 10.8 millones de personas en esta situación.

En su informe, José Nabor Cruz, titular de Coneval, resaltó que, a pesar de la pandemia, la tendencia de otros años realmente no se impactó: "En todos estos años habíamos mantenido estos niveles de pobreza en más del 40% de la población, se habían tenido algunos picos, pero con este dato de un porcentaje de 43.9% de la población que está en pobreza observamos que se mantiene esa tendencia". 

Respecto a los efectos de la pandemia, para este reporte se observó un fuerte incremento en la pobreza en Quintana Roo y Baja California Sur, entidades con una fuerte dependencia al sector económico de los servicios, en particular al turismo, una de las actividades económicas que más padeció el freno económico impuesto el año pasado.

Los comisionados de Coneval explicaron que en el caso de la entidad sureña ahora más de la mitad de su población se encuentra en situación de pobreza laboral -el 52%-; por su parte, la entidad bajacaliforniana dejó de ser uno de los estados con menores niveles de pobreza laboral, al pasar del 18% a un 30% de su población en esta situación tras la pandemia.

Por el contrario, las entidades que usualmente suelen reportar los incrementos más fuerza de pobreza como son Guerrero, Chiapas o Oaxaca, esta vez mostraron una ligera reducción de la pobreza en poco menos de un punto porcentual, lo cual se relaciona con que la agricultura fue una de las actividades que no tuvo ninguna afectación por la pandemia y, además, gozó de los beneficios de un buen clima el año pasado.

En ese contexto, los expertos concluyeron que la pandemia provocó un aumento de pobreza en la población urbana más que en la rural, principalmente por la caída de los ingresos laborales -aunque esto no implica que la pobreza rural siga siendo la más alta en el país-.

"La pobreza urbana se incrementó significativamente, pero no así la rural. Estos nuevos pobres son pobres urbanos. No quiere decir que haya más pobres urbanos que rurales. La pobreza rural siempre es mayor. Lo que se destaca es que no hubo un retroceso para lo rural, pero sí para la ciudad. Es una aproximación a qué tipo de pobreza nueva tenemos", enfatizó el comisionado Armando Bartra Vergés.

Bartra Vergés agregó también que no se debe observar esta situación como una reducción en la brecha regional y, por otro lado, enfatizó que deben intensificarse los esfuerzos gubernamentales en las zonas rurales independientemente de que no hayan resultado tan afectadas como las urbanas.

En este contexto, el consejero Guillermo Cejudo hizo una precisión: "No solo la pandemia es culpable. Hay trayectorias de largo plazo, tendencias demográficas, nueva composición de la situación de pobreza. Y también es cierto que esos niveles de pobreza corresponden a decisiones y acciones que toman los gobiernos que se ven reflejados en ingresos, en el acceso a la salud, las trayectorias educativas, la vivienda, entre otras".

"La emergencia sanitaria ha profundizado los desafíos", señaló por su parte Nabor.

En su exposición también ofreció algunas recomendaciones:

  1. Procurar la creación de empleos formales o transitar hacia un sistema de seguridad social no contributivo, integral y universal
  2. Fortalecer la atención de la población en situación de pobreza urbana
  3. Mejorar la progresividad de las transferencias públicas
  4. Fortalecer los programas que buscan disminuir el abandono escolar
  5. Garantizar que la transición del INSABI no descuide la atención a la población