Los cuatro impuestos a las gasolinas y al diesel
Pero en la práctica, lo que tenemos es que el petróleo, en realidad, es del Gobierno Federal y de Pemex, que no conformes con usufructuar y apropiarse de la totalidad de la renta petrolera, sin reportar beneficio alguno a la población, todavía le imponen cuatro diferentes impuestos a la venta al público de las gasolinas y el diesel.
En materia del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) la Ley de la materia establece tres diferentes impuestos, el principal, es un IEPS Federal que a partir de este año es de $6.4555 pesos por litro de gasolina magna, $5.4513 pesos por litro para la gasolina premium, y de $7.0946 pesos por litro para el diesel.
Adicionalmente, se carga otro IEPS, cuya recaudación se distribuye entre las entidades federativas donde se expende el combustible, que se le conoce como IEPS Estatal, y para este año es de $0.569795 pesos por litro de gasolina magna, $0.695255 pesos por litro de gasolina premium, y de $0.472895 pesos por litro de diesel.
Un tercer IEPS que contempla la Ley de la materia, es del tipo “ecológico” y se aplica a combustibles fósiles, y para este año es de $0.171107 pesos por litro para cualquier tipo de gasolina, y de $0.207623 pesos por litro para el diesel.
Finalmente, el Impuesto al Valor Agregado (IVA) se carga al IEPS Federal y al IEPS Ecológico, ya que por Ley, el IEPS Estatal no causa IVA, sin que haya una buena razón o explicación para este tratamiento diferenciado, y se completa así la carga fiscal de cuatro tributos a la venta de gasolinas y diesel.
En el caso de la gasolina de bajo octanaje, la carga fiscal total, por litro, alcanza los $8.2567 pesos, un 35% del precio bomba promedio en el País, mientras que en la gasolina de alto octanaje los impuestos suman $7.2172 pesos por litro, un 27% del precio bomba promedio, y finalmente, en el caso del diesel, los impuestos suman $8.9435 pesos por litro, un 34% del precio bomba promedio en el País.
De tal suerte, si el Gobierno Federal piensa que los precios que actualmente pagamos los mexicanos por cada litro de gasolina y de diesel, son muy elevados, si los comparamos, por ejemplo, con lo que pagan los consumidores de Texas, ya que en frontera se vende el litro de gasolina, impuestos incluidos, en un promedio de $14 pesos por litro, como $10 pesos menos en el caso de la gasolina magna, una opción sería que cobrara menos impuestos, como en Estados Unidos, donde la carga fiscal es como 30% inferior a la que se paga en México, y le diera un pequeño beneficio a los dueños del petróleo.
Sin embargo, la recaudación del IEPS federal a las gasolinas está dando mucho dinero al Gobierno, ahora que se ha reducido el estímulo fiscal a las gasolina y al diesel, ya que se cerró el año 2024 con cero estímulo, recaudando el 100% del IEPS federal, aunque iniciando este año, volvió a aparecer este estímulo, aplicado solo a la gasolina magna y al diesel, en un porcentaje cercano al 15%, reduciendo el IEPS federal en alrededor de un peso por litro, lo que de mantenerse, mermaría la recaudación proyectada para este año, la cual es ya de por sí optimista, pues supone que aumentará en 11% nominal.
Si consideramos que el IEPS aumentó como un 4% por inflación este año, para que la recaudación crezca 11%, el volumen vendido debe aumentar como un 7%, lo cual simplemente es muy difícil que ocurra, con una economía estancada.
Por otro lado, si consideramos que el costo para Pemex, de extraer un barril de petróleo es actualmente inferior a los $10 dólares, cuando el precio internacional del crudo está sobre los $70 dólares por barril, esto le proporciona a Pemex un margen bruto de extracción de $60 dólares por barril, pero al “costear” el precio de las gasolinas y el diesel que producen, aplicando el precio internacional del crudo, eleva sustancialmente el costo de la “molécula” y eso encarece mucho el precio de las gasolinas.
Es decir, si Pemex calcula el costo de refinar gasolinas y diesel, aplicando el costo de extracción del crudo, y no el precio internacional, el costo de producción bajaría considerablemente, y se podría vender la gasolina mucho más barata, en beneficio de los “dueños” del petróleo.
El problema, es que la ineficiencia de Pemex es tal, que pierde dinero al refinar el crudo, y si vendiera la gasolina a un precio menor, las pérdidas aumentarían.
La pasada administración de Pemex, a cargo de un Ingeniero Agrónomo, fue totalmente desastrosa, con pésimos números en todas las áreas, y hasta con importantes impagos a proveedores, que la tienen al borde del cierre, a pesar de las cuantiosas transferencias que le ha proporcionado el Gobierno.
Si se cierra Pemex, y se importa toda la gasolina, entraría al País a $10 pesos por litro, ya que en los $14 que pagan en Texas, se incluyen los impuestos y la ganancia del gasolinero, y habría buen margen para que el precio bomba se redujera, incluso manteniendo la actual carga fiscal.
De aquí, quizás la idea del Gobierno Federal, de que hay margen para controlar el precio de las gasolinas, sin embargo, al ser un mercado libre no regulado, cada oferente vende su producto al precio que el mismo determina.
Y todavía la PROFECO hace gala de arbitrariedad y exceso de facultades, amedrentando a las estaciones de servicio que venden mas caro el producto, cuando los precios están a la vista, y a nadie engañan, y cada consumidor decide libremente si les compra o no, mientras que su verdadero ámbito, de vigilar que se surtan litros completos y gasolina sin agua, no lo revisan ni lo sancionan, cuando eso si es delito y se engaña a los consumidores.
Cerrando Pemex, ya no habría necesidad de transferirle los cuantiosos recursos que año con año demanda, que incluso superan el pago de derechos, y se dejarían de reportar pérdidas, y aunque duela y sea un duro golpe al orgullo gubernamental, es la opción menos costosa.