Los invisibles

Francisco Sepúlveda Cañamar DETONA: Veo como están reprimiendo en Argentina a los jubilados, porque, prácticamente, los están matando de hambre con las pensiones que perciben.

Y ningún medio del "mainstream" se hace eco de dicha represión a las protestas de los susodichos.

No quiero pensar, que es porque el sistema ya no los ve "útiles", y más bien los percibe como una "carga".

Luego veo que a México no le está yendo nada mal en el medallero paralímpico.

De hecho, ya van varias medallas de oro obtenidas.

Pero, prácticamente no se menciona eso en los medios.

La gente está más al pendiente de un asilo de lunáticos, dizque "famosos", que de lo obtenido por nuestros atletas especiales.

Analizar el motivo por el cual siempre le va mejor a nuestros atletas "especiales", que a los convencionales, sería toda una tesis de posgrado.

Y las razones son múltiples: desde que no van a las justas deportivas los que deben, hasta motivos políticos por detractores del actual gobierno dentro y fuera del país.

Así que, eso será no para otra ocasión.

Será analizarlo en otra vida.

No. Aquí lo que me preocupa, es ver al sistema "desechar" a los que, en apariencia, ya no son "útiles" (o nunca lo podrán ser), para los procesos productivos. Vamos, los que son una "carga", para muchos.

Eso hace que me planteé una pregunta: ¿Qué tan civilizada puede ser una sociedad que se olvida de su población más vulnerable?

Porque dudo que, siquiera, se pueda catalogar de "civilización". Ya que, donde se desprecia al vulnerable y se impone el fuerte, ahí es la jungla donde impera la ley de la selva. Una civilización es todo lo contrario.

Una civilización debe ver por su población más vulnerable, y darle oportunidades de salir adelante.

Una civilización debe ver por sus miembros que no pueden valerse por si mismos, no desecharlos como si fueran una "mercancía inservible".

Hace 2 mil años, un carpintero judío iba a dar consuelo (y alivio), a los enfermos y discapacitados que habían sido desechados por la sociedad.

Mientras, pueblos y culturas que fueron consideradas "bárbaras" (como los aztecas), brindaban respeto y cuidado al enfermo y discapacitado.

Y, a las personas de la 3a edad, se les veneraba.

Sobre todo, por su sabiduría.

Obvio, la visión judeo cristiana es la que predomina en el mundo moderno, donde el enfermo y discapacitado lo fue por "los pecados de los padres" (sic).

Y, si a eso agregamos el utilitarismo del neoliberalismo, cualquiera que no pueda ser parte del engranaje de los medios productivos, es enviado a la más completa ignorancia de su existencia para los demás.

Así que predominan visiones que van desde el mundo antiguo, hasta el siglo XIX.

No hay una visión moderna en muchos, compatible con un humanismo que recuerde que el humano debe de ser nuestra prioridad.

No el sistema productivo.

Muchos grupos que ahora son los "consentidos" del sistema, como algunas minorías, lo son solo por su poder adquisitivo.

No por otra cosa.

Porque, si llegan a tener un padecimiento incapacitante, o alcanzan la 3a edad, hasta entonces muchos se dan cuenta que pasaron de padecer un tipo de discriminación (por su origen y/o preferencias de cualquier tipo); a otra discriminación por ya no serles "útiles" a los dueños del capital.

Y, por ende, no poder ganar dinero para que lo gasten en el medio consumista en el cual estamos inmersos.

Y hacerle entender a esos dueños del capital y los medios de producción, que se requieren entregar apoyos sociales a las personas que ya no pueden producir, para que también se integren al sistema consumista; provoca un rechazo casi generalizado entre ellos.

Porque eso, es "regalar dinero a huevones" (sic).

Lo cual confirma que dichos empresarios no tienen empatía social.

Solo intereses económicos.

Por desgracia, esa percepción, esa falta de empatía, se vuelve extensiva al resto de la sociedad.

Y no. No es que yo sea muy "empático", o que escriba porque tengo una hija con parálisis cerebral.

Aquí, escribo como científico, no como padre.

Porque las estadísticas indican que tengo muchas, muchas probabilidades de terminar siendo una persona de la 3a edad.

Pero, también, que terminé padeciendo una patología discapacitante.

Así que, defender a los vulnerables de hoy, es defender mi persona del futuro.

Así de simple.

Porque no quiero ser un "invisible", en el futuro. Punto.
Francisco Jesús Sepúlveda Cañamar

Médico oftalmólogo. Nacido y criado en Monterrey, N.L (1967). Maestro en ciencias por la UJED. Premio a la productividad científica del IMSS en 2013. Miembro de la Sociedad Mexicana de Oftalmología, y de la Real Sociedad de Medicina de Inglaterra. Miembro fundador de MORENA. Activista político y médico (Movimiento Médico 22 de junio).