¿Medios vendidos o comprados?
Cuando Plácido Garza me dijo: “Detona” y escribe lo que se te pegue la gana, con total libertad y sin tener que escuchar que tal o cual personaje de la clase política mexicana es intocable, mi espíritu rebelde o también irreverente como el de él me sedujo de inmediato.
Abrí de nuevo mi computadora guardada desde que terminé “El Gran Corruptor” y sonreí, debo confesarlo, con cierta malicia, pues no hay nada más disfrutable que enfrentar al poder con el arma que tenemos los periodistas:
La verdad de los hechos, aunque moleste, duela e incomode al sistema.
Periodistas Vs. dueños de medios
Así que en mi primera entrega voy a detonar un tema que, precisamente, involucra a los periodistas con los dueños de medios de comunicación nacionales que, ¡imagínense!, se alinean a lo que ordena el inquilino que, sin permiso de los mexicanos, se metió a vivir en lo más lujoso que tenemos: Palacio Nacional, y censuran no a quienes nos dedicamos al periodismo, sino a la verdad.
Ustedes, estimados lectores, dirán a qué me refiero con censurar a la verdad.
Simple y llanamente a que el presidente, mejor conocido como “El Rey de la Cash”, les regresó el efectivo, ese que ama profundamente, para que nadie de sus conductores estrellas osara entrevistar a una frágil mujer como yo que solo pretendía y pretendo decirles a los mexicanos que el abrazador de narcos es bien corrupto y corruptor de los que les gusta el dinero fácil.
Y luego porque la sociedad, y con toda razón, acusa de prensa vendida o comprada a los medios, lo malo es que el reclamo es a los reporteros, que son el hilo más vulnerable en esta relación corrupta y perversa entre los propietarios y el gobierno.
La danza de los miles de millones de cash que les quitó a los pobres dueños de periódicos, revistas y noticieros de radio y televisión cuando se sentó en la silla presidencial embrujada, él mismo lo dijo, ya se los devolvió para que digan que su candidata, a la que le dio un bastón sin mando, es desde ya la ganadora en la elección presidencial del 2024 para generar desánimo entre los mexicanos que los quieren fuera del poder.
La hija pródiga del tabasqueño
Esa que duerme y se levanta peinada con cola de caballo, creo se llama Claudia Sheinbaum, también hace su propia tarea con los dueños y conductores de los medios de comunicación, anda prometiendo, nada más y nada menos que en cuanto saque a su padre político de Palacio Nacional, que algunos famosos en eso de dar noticias serán sus preferidos.
O sea que entre el cash y los besitos de la Sheinbaum, el sentido patriótico de los comunicadores valió “madres”, como dice un gran pintor Eduardo Urbano todos los días desde su cuenta de X.
En cuanto arranquen las campañas de manera oficial se duplicaran los Epigmenios Ibarra, los Lord Moléculas y para colmo de males los Arturos Zaldívar para gritar: “es un honor estar con Obrador”...
¡Ternuritas!
Les tengo una mala noticia tanto a “El Rey del Cash” o “El Gran Corruptor”, ustedes elijan el nombre, como a la señora del bastón sin mando, ni el dinero ni los besitos, les van a funcionar en lo que el presidente llamó cuando era candidato: ¡Benditas redes sociales!
Ahí ya perdieron la encuesta.
Ahí y en medios independientes, la verdad siempre triunfará sobre la mentira.