Monterrey y su visión planetaria: el paseo de celebridades, que honra la saga del ser humano
Capital moral y económica del Norte México, cuna de líderes empresariales, referente industrial en América Latina y sede de universidades de prestigio internacional, esta ciudad ha sido, por décadas, el epicentro del empuje, la innovación y el orgullo regio ferozmente independiente, con una sociedad civil fuerte y creativa, Monterrey representa la fuerza histórica de México rumbo del siglo XXII.
Por eso resulta natural —casi inevitable— que haya surgido aquí una iniciativa noble, generosa y con visión global:
El Paseo de Celebridades en Monterrey, un proyecto que, a diferencia de otros que exaltan la fama, propone algo mucho más profundo y necesario: reconocer a quienes han hecho una aportación singular y valiosa a la humanidad.
Ya no se trata únicamente de premiar a los famosos.
Aquí se busca honrar el valor, la inteligencia, la entrega y el legado humano en todos sus matices: ciencia, arte, filosofía, política, educación, valentía moral o actos nobles de humanidad.
El Paseo sería un altar cívico a la grandeza silenciosa, al talento genuino y al impacto verdadero, sin importar si el nombre es conocido o ignorado por las grandes audiencias.
Una pléyade de especialistas de primer nivel —expertos en diversos campos del conocimiento y la acción humana— actúan como jueces, deliberando con rigor y sensibilidad sobre cada posible homenajeado.
Esa es otra diferencia notable: la seriedad y el criterio colectivo y multidisciplinario con que se otorga cada estrella.
Otras ciudades tienen sus paseos.
Hollywood, por ejemplo, reconoce a estrellas del cine y del entretenimiento.
Y existen premios de enorme prestigio como el Premio Nobel, que distingue contribuciones excepcionales a la paz, la medicina, la física, la literatura y la economía.
En Estados Unidos, la Fundación MacArthur otorga el llamado “Genius Grant”, becas multimillonarias a individuos extraordinarios que transforman la realidad desde el anonimato.
Pero El Paseo de Monterrey no busca rivalizar con ellos: aspira a algo único.
A ser un escaparate donde se visibilicen también a los héroes anónimos, los desconocidos, los que han salvado vidas, enseñado con pasión, luchado por la justicia, desarrollado ideas útiles o inspirado a generaciones enteras sin esperar recompensa alguna.
Una idea con historia, valores y oportunidad
El Consejo Consultivo Ciudadano lo integran, figuras como el ex marchista Daniel Bautista Rocha, Vivianne Clariond, líder ciudadana, el periodista Félix Cortés Camarillo, los Empresarios Ubaldo Ortíz, Roberto Macías, Pancho Ochoa, creador de la Receta del Pollo Loco, promotoras culturales Sonya Garza Rapport y Barbara Herrera, el cantante Alberto Bennita, los promotores de la democracia Jorge Padilla Olvera, Veronica Sada, Jorge Covarrubias, Susana Burgos y el Físico Cristóbal Miguel El Chico Partículas, entre muchos más, algunos ya fallecidos como Don Roberto González Barrera, Don Lorenzo Zambrano, Doña Irma Salinas Rocha, los cantantes Celso Piña, Mundo Miranda, Dr. Mario Molina, El artista plástico Francisco Toledo y recientemente La estilista Sylvia Galván, QEPD.
Lo que distingue a este Paseo no es sólo su alcance internacional, sino también su anclaje en valores profundamente humanos: libertad, empatía, gratitud, disciplina, aprendizaje, amabilidad, generosidad, mérito, convivencia, lealtad.
La estrella no es un trofeo, es un reconocimiento al espíritu.
El propósito final es que Monterrey no solo reconozca, sino que también inspire.
Que se convierta en una ciudad referente donde el turismo, la cultura y el homenaje a la grandeza humana converjan. Se quiere posicionar a Monterrey como la Ciudad de las Montañas y de las Celebridades, en una plataforma única a nivel mundial, en vísperas de un evento tan significativo como la sede que ocupará la ciudad en el Mundial de Fútbol de 2026.
El alcalde Adrián de la Garza ha mostrado interés, y ha encargado al secretario del ayuntamiento, César Garza, darle seguimiento, junto con los aliados como Toño Chávez y Liliana Tijerina.
Ojalá que esta vez se entienda que no es un proyecto ornamental, sino una oportunidad histórica.