Relatos chapulinezcos
1. Chapulines, el viagra oaxaqueño
¿Sabías que los chapulines son considerados el viagra oaxaqueño?
En los últimos años, todos hemos oído hablar de la pastillita azul y las ventajas que tiene en problemas relacionados con la disfunción eréctil. Es una pastillita que se toma antes de entrar en acción y de la que no se puede abusar en su consumo, si es que se desea conservar una buena salud sexual.
Sin embargo, existe otro producto natural que, según la sabiduría popular, produce los mismos resultados. Se trata de un alimento que se ha consumido desde hace cientos de años por algunas culturas prehispánicas (principalmente mexicas, zapotecas, mixtecos). Hablamos del chapulín.
¿Pero en verdad el chapulín tiene esas propiedades eróticas?
Por el momento no lo podemos aseverar de manera enfática, pero de lo que sí podemos estar seguros es que el chapulín es un producto que (según Julieta Ramos, investigadora de la UNAM) tiene un mayor valor nutritivo que el de las proteínas animales; además de contener fibra, vitaminas y minerales.
Por lo anterior, podemos decir que en definitiva los chapulines son un alimento de un alto valor nutritivo que vale la pena probar. En fin, si los chapulines no funcionan exactamente como la pastillita azul, al menos ayudarán a tener un día delicioso y quizá, en una de esas, a hacer feliz a su pareja.
2. La victoria del chapulín sobre la vaca
Desde hace siglos, infinidad de culturas han tenido a los insectos como base de su alimentación. Actualmente varios países de América, Asia y África los consumen de manera cotidiana. En México encontramos también una larga tradición de su consumo como es en el estado de Oaxaca con los chapulines.
De acuerdo con la profesora e investigadora Julieta Ramos del Instituto de Biología de la Universidad Autónoma de México, el valor nutritivo de los insectos es mayor que el resto de proteínas animales porque los insectos tienen ciclos de vida mucho más cortos que los que tienen por ejemplo las reses.
Además su contenido en proteínas es comparable al de la carne y su cantidad de fibra es mayor.
Asimismo, son ricos en ácidos grasos poliinsaturados de cadena corta como hierro, calcio, vitaminas del grupo B y minerales, por lo que podrían ser una alternativa conveniente para la desnutrición del país.
Y si esto fuera poco, la investigadora indica que los insectos se reproducen geométricamente, es decir, siempre habrá más generaciones de insectos que de vacas, aunque el tamaño sea diferente. Añade para rematar que a la vaca se le tiene que dar de comer ocho gramos de comida para ganar uno de peso, y los chapulines necesitan menos de dos gramos para una engorda similar.
Y por si fuera poco, las reses apisonan las tierras y no las dejan ser productivas y el vaho de su respiración genera una gran cantidad de CO2 que provoca cambios en la atmósfera. Por todo lo anterior, es posible indicar que hay una “victoria” del chapulín sobre la vaca.