Un México con menos de 25 homicidios diarios
No deja de sorprender que el gobierno siga presentando las cifras de reducción de homicidios como una suerte de éxito, como si una pequeña merma estadística secara la sangre, mitigara el dolor en el país.
Es incuestionable a estas alturas, y plausible, el empeño de la presidenta Sheinbaum, el equipo de Omar García Harfuch y las Fuerzas Armadas para hacer lo que no se hizo en los seis años previos:
Enfrentar a los criminales y tratar de darle un poco de paz y seguridad a millones de mexicanos, en especial a los más pobres.
Pero bajar el promedio de 87 ejecuciones diarias que se tenía en septiembre (sin contar aún los feminicidios) a 76 en marzo es seguir en el mismo país de horror y muerte.
Sí, los 76 homicidios de marzo están lejos de los 100 de algún momento de 2020 lopezobradorista, pero se hallan infinitamente más lejos del promedio de 24 diarios en el 2007 calderonista, primer año de la llamada “guerra contra el narco”.
Ahí podría fijar el gobierno un auténtico parámetro de éxito: poner a México en los números de aquel momento tan demonizado por la 4T.
Eso sí que estaría cambiando el curso de las cosas, de la historia: ir a un país con menos de 25 homicidios cada 24 horas.