1.- Ifigenia pudo ser más cruel. 2.- Nuevos libros de texto: Ideología y uniformidad en un país diverso
Les platico:
1.- Ifigenia Cruel, de Alfonso Reyes, 100 años después.
Fuimos a la función del sábado 26 de la puesta en escena “Ifigenia Cruel”, a cargo del legendario director de teatro, Luis Martín, y una variopinta compañía de talentos jóvenes y de otros con las canas de los tiempos bien visibles, a pesar del vestuario y los afiches.
Detoné una primera crónica de esa producción de la UANL, pero creo que me quedé corto.
De la 1ª escribí que aunque podría referirme a cualquiera de las mantis, Claudia, Xóchitl y Beatriz -que siguen peleando por ser candidatas a la presidencia de México- platiqué sobre Ifigenia, la hija de Agamenón y Clitemnestra, destinada al sacrificio para conseguir el favor de los dioses en el inicio de la guerra de Troya.
Alfonso Reyes, el Regiomontano Universal, escribió su poema dramático “Ifigenia Cruel” en 1924, inspirado en la tragedia griega.
Su obra parte del momento en que Orestes, el hermano de Ifigenia, llega a Táuride para expiar su culpa por haber matado a su madre, quien a su vez había asesinado a Agamenón.
La memoria perdida.
Don Alfonso -como diría Pedro Páramo que hay que referirse a Reyes- introdujo un cambio fundamental en la narración de Eurípides: perdió la memoria desde el momento en que Ifigenia fue salvada del sacrificio por la diosa Artemisa.
Después de 20 años de estar recluida en un santuario y sin saber su origen, llegan a Táuride su hermano Orestes y su primo Pílades.
Ifigenia debe sacrificarlos, pero tras un largo diálogo, los reconoce; recuerda quién realmente es y se niega a aceptar tal carga.
El drama alfonsino termina cuando ella renuncia a sus lazos familiares y a su memoria.
Entonces, regresa a la oscuridad del templo de Artemisa, donde vivía.
Puesta en escena de la UANL.
La obra de Reyes se mantiene tan actual como cuando fue escrita hace 100 años.
Incluye un relato muy íntimo de la historia de México: La Decena Trágica.
La puesta en escena hizo muy breve ese momento, pues de haber abundado en ese pasaje que protagonizaron Madero y Pino Suárez, hubiéramos confirmado que los mexicanos -igual que Ifigenia- también hemos perdido la memoria.
Reyes llenó su poema de sentimiento y talento y la puesta en escena de Luis Martín respeta la erudición y el tamaño del autor.
La “no memoria” de Ifigenia nos habla de un México que también pareciera no tener memoria y que cuando le recuerdan el linaje del cual viene, desemboca en venganza tras venganza, sangre tras sangre y muerte tras muerte.
Lo mismo que está ocurriendo HOY. ¿A poco no?
Pero de eso, la escenificación que tuvo lugar en el Colegio Civil, no se acordó.
La obra de Reyes está considerada como de las más complejas y perfectas en la poesía moderna.
La adaptación por parte de Luis Martín y Eloy Garza pudo haber incluido la falta de memoria de los mexicanos respecto a la lucha contra los nuevos libros de texto, pero… la obra se hubiera extendido a dos horas o más.
Y si la gente no lee, menos aguanta más de una hora en una obra de teatro…
2.- Nuevos libros de texto: Ideología y uniformidad en un país diverso.
En este tema también hemos perdido la memoria.
Este domingo 27 tuvo lugar frente al palacio de gobierno de NL, una manifestación de protesta contra los nuevos libros de texto.
A quienes ahí estuvimos se nos olvidó que en febrero de 1962 hubo -también en Monterrey- nutridas protestas contra los libros de texto que fueron implantados por el gobierno de Adolfo López Mateos.
Ambos hechos, el de 1962 y el de este 2023, fueron comandados por la Unión Neoleonesa de Padres de Familia, a la que se sumaron ahora más de 60 organizaciones civiles de todo tipo.
Las tendencias hacia el adoctrinamiento por parte de Marx Arriaga y su compinche venezolano, son más que evidentes.
Los errores ortográficos a los que se refirió el presidente son lo de menos.
Existe una intención de uniformar la ideología e imponer un conocimiento oficial en las mentes más prometedoras para el futuro de México.
Esos dos factores enlazan la lucha de 1962 con la de este 2023.
Hace 61 años, uno de los ejes de las protestas era la obligatoriedad y la gratuidad de los libros de texto.
Por ese motivo hubo las manifestaciones más numerosas registradas hasta entonces en Monterrey.
La que narro en la Explanada de los Héroes fue de apenas unos cuantos cientos.
¿Qué sucedió con la lucha de los padres de familia en 1962? Los libros se impusieron.
¿Qué va a ocurrir con la del 2023?
Están en curso varios amparos promovidos por padres de familia, mentores y maestros, y por lo pronto, varios jueces han impedido la distribución de los nuevos textos, hasta que se resuelvan los fondos del asunto.
Cajón de sastre:
“Es sorprendente la similitud entre la historia de Eurípides, la ambientación original del poema dramático de Reyes y la ´La Decena Trágica´, pero quizá faltó incluir en esta puesta en escena, el momento que vive México. De cualquiera forma, es arrolladora la actualidad del pensamiento del Regiomontano Universal”, detona la irreverente de mi Gaby.
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