Irreverente

Acción sin precisión es un estorbo

Les platico que estoy en una cruzada contra la imprecisión.

Lo siento, pero a quien se me ponga en frente, lo cruzo, como hicieron los cruzados de los siglos XI al XIII en su afán de "liberar" a la Tierra Santa del dominio musulmán.

Por favor, no me lo tomen como una amenaza, es una promesa y si me lo permiten mis sufridos lectores, me voy a explicar. ¡Arre!

BOTONES DE MUESTRA
  1. ¿Qué dice un reporte del clima cuando indica que se pronostican lluvias de moderadas a intensas? NADA.
  2. ¿Y qué sucede cuando alguien espeta que “al parecer” o “se supone” que sí o qué no? CONFUNDE.
  3. ¿Y si te dicen “yo creo” que sí o que no?
  4. ¿Qué tal esta otra perla de la imprecisión?: “en breve” lo hago.
  5. Y esta más: “aquí cerca” o “allá lejos”.

Como decía el grafiti pintado en uno de los vagones del tren cuando el presidente dio el banderazo de arranque al ferrocarril maya: “NO MMES”.

PARA REMATAR, UNA ANÉCDOTA

En mi trabajo consuetudinario con israelíes -no judíos, conste, porque judíos los hay de diversas religiones- aprendí que para controlar, primero hay que medir.

¿Se te salió algo de control? Es que no lo estás midiendo o si lo mediste, lo hiciste mal.

La medición es el primer paso para controlar cualquier cosa.

Cierto día, al escuchar el reporte de uno de los ingenieros en la planta de Clemente Jacques de SLP, Ron Ziv, el israelí de toda cepa que me acompañaba en esa visita de trabajo a la citada fábrica de chile enlatado, me preguntó con auténtico interés:

“¿Cómo le hacen en México para medir los ´ratos´? Es que he escuchado por todos lados esa expresión”.

 Y sin que la pregunta fuera para para él, el ingeniero de la fábrica de chile enlatado le respondió en un semi tono de voz: “Mmmm, pues también hay ratitos y ratititos”.

MÉXICO, CREO EN TI…. O ¿SUPONGO QUE CREO EN TI?

Estamos atascados de imprecisiones:

  1. “Esa persona es buena... o mala”. ¿Qué es buena o mala?
  2. “Falta poco para acabar”. ¿Qué es poco... o mucho?
  3. “Más o menos”. ¿A qué equivale más o menos?
  4. "No está lejos, es cerquita".
  5. "Casi".
  6. "Se supone".
  7. "Se dice". 
  8. “Te veo entre 1 y 2 de la tarde”. ¿Y qué pasa si llego a la 1 y tú no has llegado? ¿Y qué si tal si yo llego a las 2 y tú llegaste a la 1 y media? ¡NO MMES!
EL COLMO

“Califica el servicio que recibiste”, y las opciones que nos dan en esa ramplona encuesta para emitir nuestra respuesta, son emoticones con caritas sonrientes, semi sonrientes, serias, enojadas y encabronadas. Otra vez el grafiti del tren maya: ¡NO MMES!

¿Cómo le van a hacer los encuestadores para tabular o saber qué quisimos decir en cualquiera de esas alternativas de una encuesta tan p3nd3ja? Se la van a fumar todita, porque tendrán que in-ter-pre-tar.

Y en la INTERPRETACIÓN está la EQUIVOCACIÓN. De nuevo: ¡NO MMES!

Al respecto, pocas cosas me encabronan más que escucharle a alguien: “no era mi intención”.

Por eso, grandísimo p3nd3jo, no era tu intención, pero lo que cuenta en la vida son los resultados, no las intenciones y la acabas de defecar gacho.

No me digas "más o menos", dame una medida objetiva, precisa, indubitable.

En otras palabras, dame parámetros precisos y objetivos, no conceptos imprecisos y subjetivos.

Y solo existen tres tipos de parámetros en el Universo para medir -y controlar- las cosas:

  1. Números.
  2. Tiempos.
  3. Caracterizaciones.

No me digas que hay "escasas, pocas, medianas o muchas posibilidades de lluvia".

Mejor dame el % de tales posibilidades.

UN BOTÓN MÁS, SOLO UNO MÁS:

El hijo de 18 años le dice a su papá cuando va saliendo:

  1. Ahorita vengo.
  2. No me tardo.
  3. Voy aquí cerquita.
  4. Con unos amigos.

¿Qué está diciéndole el hijo a su padre? ¡NADA!

Con ese “reporte”, el chavo puede hacer lo que se le pegue la regalada gana.

Y ¿cómo reaccionaría el hijo si el papá le preguntara en cada una de esas aseveraciones?

  1. ¿A qué horas regresas?
  2. Dame la dirección con calle y número o nombre del lugar a donde vas.
  3. ¿Nombres de los amigos con que vas?

Seguramente denunciará los hechos ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos.

BUENO, DOS MÁS, LOS ÚLTIMOS:

“Cómprelo, marchante, está barato”. ¡NO MMES! Mejor dame el precio y deja que yo decida si es barato o caro.

El mismo día del incidente con mi amigo el israelí, la instrucción de trabajo que escuchamos más frecuentemente de los jefes a sus subordinados en la fábrica de chile enlatado fue esta:

“Échale ganas, no le aflojes y ahí te encargo”. ¡NO MMES! Con tal indicación de trabajo, la fábrica esa de Clemente Jacques vale para puro ____ enlatado.

CAJÓN DE SASTRE

“¿Quieren más o les guisamos un huevo?... con chile de Clemente Jacques”, remata la irreverente de mi Gaby.

Plácido Garza

Presidente y fundador de la plataforma noticiosa www.detona.com que cuenta con un periódico digital y canales de TV en YouTube y TikTok. Ganador del Premio Nacional de Comunicación para Medios Digitales 2023, otorgado por la “Fundación José Pagés Llergo”. Ganador del Trofeo Regio 2024 en la categoría de Comunicación. Nominado a los Premios de Periodismo “Maria Moors Cabot", de la Universidad de Columbia en NYC; "Sociedad Interamericana de Prensa", en Miami; “Nacional de Periodismo” en México y Premio Nuevo León de Periodismo “Francisco Cerda Muñoz” 2024. Miembro de los Consejos de Administración de diversas corporaciones globales.  Creador de la primera plataforma BigData en América Latina. Exporta información a empresas y gobiernos de varios países.
Es uno de los periodistas más influyentes en el ámbito socio-político de México. Escribe todos los días su columna "Irreverente" para medios nacionales y extranjeros. Maestro de distinguidos comunicadores en el ITESM, la U-ERRE y universidades de EEUU. El 29 de septiembre de 2022, Plácido Garza es incluido en la Enciclopedia de la Literatura en México por su libro “Irreverente”, donde se le destaca en la reseña como “un disparador incansable de ideas, algunas provocadoras, otras, lapidarias”. Es reconocido por su tono fresco y mordaz de crítica política y social, así como una viva expresión de la lengua y la cultura mexicana; una mezcla antagónica generada por la proximidad con Estados Unidos. Como montañista, ha conquistado las cumbres más altas de América y algunas de Asia y Europa.