Adiós, señor presidente

Francisco Sepúlveda Cañamar DETONA: Mi viaje con AMLO comenzó desde el 2000-2001. Voy a hacer una confesión: lloré cuando vi que AMLO le había ganado la jefatura del entonces Distrito Federal a Santiago Creel. Yo era entonces un convencido panista. Aunque no era militante formal, ya que había jurado nunca ser miembro de un partido político. Obvio, el tiempo me puso en mi lugar.

Pero en 2005, un compañero regresó de hacer la residencia en la CDMX. Así que, por interés si quieren hasta científico, le pregunté sobre cómo era vivir bajo un gobierno de un “porro que quema campos petrolíferos” (sic), como AMLO. Su respuesta fue breve, concisa y precisa: “Todo lo que dicen aquí en Monterrey es falso. Te sugiero que leas periódicos de la CDMX”. En ese momento, no teníamos celulares inteligentes, así que empecé a comprar el diario “La Jornada” en un puesto que lo ofrecía aquí en la Sultana del Norte.

Y sí: vi que lo que aquí decían o escribían de él, no era lo que se registraba en la realidad. Cuando vi su programa de gobierno, en caso de ser electo en 2006, me convenció. Después de todo, yo no estaba “casado” con ningún partido. Así que, cuando vi el intento de desafuero, me acabé de convencer. Y luego, cuando vi que hasta violaban leyes matemáticas para hacerle un fraude, lo único que pude pensar fue: “¿Qué otras leyes no violarán los de la oligarquía?”

Cuando todos lo daban por “muerto”, políticamente hablando, me inscribí para ser parte del “Gobierno legítimo”. Sí, fui, y lo digo con mucho orgullo, uno de “esos loquitos de AMLO”. Y empecé a cuidar elecciones, y a aprender sobre la resistencia civil pacífica. Con el tiempo, al ver los intentos de privatización de la salud, lo aprendido en el movimiento con AMLO lo apliqué para el movimiento médico. Muchos pensaron que iba a aprovecharme de mi posición en el movimiento médico para hacer proselitismo para AMLO. Nunca lo hice. Si me expulsaron, es porque “leí” la mente del presidente, el cual requería de una protesta nacional para poder intervenir en los dos últimos casos de prepotencia por parte de miembros del PRIAN en contra de personal de salud. Eso, provocó que me expulsarán del movimiento médico por parte de miembros infiltrados del ya mencionado PRIAN. Pero, por si muchos no se han dado cuenta, ya no ha habido marchas nacionales, NACIONALES, del personal de salud en este sexenio. Creo que no tengo más que agregar al respecto.

Volviendo con AMLO, lo acompañé varias veces. Por lo menos dos en el Zócalo, en una de las cuales votamos a mano alzada para que fuera el candidato de la izquierda para la presidencia, ya que se volvió una asamblea en toda la extensión de la palabra. La otra, fue cuando apoyamos a los maestros que eran perseguidos por EPN. De hecho, la asamblea la tuvo que dar en el paseo de la Reforma, si mal no me equivoco, porque el Zócalo estaba tomado por el magisterio. La última fue en noviembre de 2022, cuando pidió mostrar el “músculo” de MORENA a nivel nacional. No pude moverme prácticamente del sitio donde bajé del vehículo que me transportó, que era a la altura de la puerta de los leones de Chapultepec. La cantidad de gente que acudimos debe de haber roto todos los récords.

Sí, tuve que bloquear a muchos “amigos”, “compañeros” de trabajo, y hasta familiares, que no dejaban de insultar al movimiento y/o a mi persona, por mi preferencia política. Me costó el apoyo que brindé, todo tipo de ostracismo: social, laboral, académico. En esto último, no tengo dudas de que mi activismo político fue el motivo por el cual me negaron no uno, sino dos doctorados. Antes, me acabaron reconociendo en el extranjero. Lo peor es que recibí ofertas de hacer estudios posdoctorales en el extranjero, porque estaban seguros de que ya tenía el grado. ¿Cómo les decía que me lo habían rechazado por mi pensamiento político?

Sí, la 4T me ofreció un puesto al llegar al poder, en la seguridad social. Pero creo que aquí, es la única queja que tengo del movimiento: repitieron el mismo error que los neoliberales que los precedieron. Yo nunca quise “administrar” en el sector salud. Quise INVESTIGAR. Pero nunca me ofrecieron la oportunidad. No pude dejar de hallar un símil, toda proporción guardada, con el compañero Fernández Noroña. Él empezó su activismo político al volverse un “deudor” de la banca, prácticamente de la noche a la mañana, gracias al “error de diciembre”. Y élsolo quería una vivienda.

Creo que eso puede sintetizar todo lo que fue el movimiento: un parteaguas que permitió a millones de mexicanos ALCANZAR SUS SUEÑOS. Sueños que fueron truncados por la pesadilla neoliberal. Si los neoliberales no hubieran truncado dichos sueños, de millones, tal vez seguirían en el poder. Pero subestimaron mucho a un pueblo al cual le quitaron la esperanza de alcanzar sus más caros anhelos. Y ahora, tienen que pagar ese precio.

Don Andrés Manuel López Obrador: no voy a negar que algunas veces no entendí lo que hacía. Otras veces, leí tan bien sus intenciones, que, al escribirlas y resultar que se hacían tal y como yo lo había plasmado; muchos llegaron a pensar que usted y yo teníamos “comunicación directa”. Pero no: simplemente, fue pensar: “¿Qué haría yo si fuera el presidente?” En algunas partes, a eso se le llama sentido común. En otros, tener un sentido humanista.

Puedo decir con orgullo que sé que detuve bulos que quisieron manchar al movimiento. Recuerdo sobre todo tres, aunque estoy seguro de que fueron más:

  1.  El “hijo de Barlettgate”. La oposición no sabía que un tribunal le había dado la oportunidad de continuar haciendo negocios con el gobierno, por lo cual no se había violado ningún impedimento legal.
  2. . El “Cubagate”. Mostré cómo había sido la oposición, específicamente con Calderón, quienes habían firmado el convenio para contratar médicos cubanos.
  3.  El primer “Culiacanazo”. De hecho, la situación se volvió tan crítica, que los que dirigían el periódico REGENERACIÓN, se contactaron conmigo para poder revertir el daño mediático que se estaba produciendo. Primero, pensé que era una broma. Pero, al ver que era cierto, hice un escrito que sé que usted terminó leyendo. Porque repitió lo básico de lo que había escrito: “La derecha es muy valiente, pero con la sangre de los demás”.

Así que me despido. Espero haber sido un buen militante. Porque, por mi parte, no me puedo quejar: cumplió con lo que yo esperaba que cumpliera en sus promesas electorales. Así que, por lo menos yo, no me siento defraudado.

Y entiendo el mensaje que da: hay que dar oportunidad a las nuevas generaciones. Tenemos que hacernos a un lado, obvio, esperando que nuestras enseñanzas hayan caído en terreno fértil. Pero eso, solo el tiempo lo podrá confirmar.

Por lo pronto, solo puedo expresar “¡GRACIAS POR TODO!”. Lo digo, desde el fondo de mi corazón.

Francisco Jesús Sepúlveda Cañamar

Médico oftalmólogo. Nacido y criado en Monterrey, N.L (1967). Maestro en ciencias por la UJED. Premio a la productividad científica del IMSS en 2013. Miembro de la Sociedad Mexicana de Oftalmología, y de la Real Sociedad de Medicina de Inglaterra. Miembro fundador de MORENA. Activista político y médico (Movimiento Médico 22 de junio).