Aquí murió Hernán Cortés
Sevilla.-
Aquí, cerca de la capital andaluza, en Castilleja de la Cuesta, se encuentra el palacio donde falleció Hernán Cortés, hoy sede del Colegio Irlandesas.
En la fachada, en el centro del balcón central, se observa un busto en bronce del marqués del Valle de Oaxaca; debajo, su escudo de armas esculpido en piedra; y más abajo, la inscripción en mármol:
La placa fue colocada por el propietario del palacio en el siglo XIX, el duque de Montpensier, quien donó al Archivo de Indias de Sevilla su colección de antiguos objetos mexicanos, los cuales pudimos observar en una vitrina de roble que formó parte del mobiliario de la “Sala Hernán Cortés” de su residencia, en el que se exhiben antiguas figuras de cera de tipos mexicanos populares, lacas de Michoacán y espuelas de plata.
Por ser una escuela privada (aquí fue internada la condesa de Barcelona, María de las Mercedes de Borbón y Orleans, madre del rey Juan Carlos I), el recinto no está abierto al público, pero la madre directora del Colegio, Isabel Gortázar, gentilmente nos abrió las puertas del sobrio lugar donde murió el capitán extremeño.
ECHEVERRÍA ESTUVO AHÍ.
Descubrimos en el libro de visitas dedicado a Hernán Cortés el siguiente testimonio manuscrito del expresidente Luis Echeverría Álvarez, fechado el 24 de mayo de 1988:
"Los viejos pueblos indígena y español que nos dieron vida", como bien lo expresó el exmandatario mexicano.
Acompañó a Echeverría su cercano amigo, un periodista español, colaborador de la Revista Siempre! , quien a su vez escribió:
En la sala, un atril plateado sostiene un ejemplar del Testamento de Hernán Cortés, edición publicada por el padre jesuita Mariano Cuevas en México en 1925, testamento que el conquistador dictó días antes de morir en este preciso lugar.
Aquí dispuso que sus restos reposaran en Coyoacán, deseo que no se ha cumplido pues siguen resguardados en la iglesia de Jesús Nazareno del Hospital de Jesús, en el centro histórico de la Ciudad de México.
Al respecto, el 3 de marzo de 1990, el exministro de la Embajada de México en España, hoy autor de esta columna, redactó en el libro de visitas:
Afuera del recinto, el jardinero de la escuela, Antonio Montaño, nos mostró la lápida inscrita con el nombre “Cordobés”, donde supuestamente estuvo enterrado el caballo que montó el capitán español durante la conquista.
La exótica flora de México está climatizada en el jardín del antiguo palacio: cicas y yucas, magueyes (aquí llamados pitas) y un frondoso zapote, conviven en armonía con los naranjos sevillanos y los claveles españoles...
...aquí, donde murió Hernán Cortés...
DETONAMOS este artículo publicado en Milenio, con autorización de su autor.