¿Claudia contra los yanquis imperialistas?

Rogelio Ríos Herrán DETONA: La próxima presidenta de México no da las señales y palabras esperadas por la nación entera.

Corren los días, pasa la primera semana de septiembre, avanza la nefasta reforma al Poder Judicial, se acerca el día 1 de octubre y Claudia Sheinbaum no da las señales y palabras esperadas por la nación entera:

  • ¿Se va a diferenciar o no de Andrés Manuel López Obrador?
  • ¿Va a gobernar ella o será la simple fachada de AMLO? 

Además, sigue pendiente una cuestión esencial para la viabilidad de su gobierno:

  • ¿Cuál será su postura frente a Estados Unidos?
  • ¿Claudia y Kamala reconstruirán la arruinada relación bilateral?
  • ¿O será, como quiere Andrés Manuel, Claudia contra los yanquis imperialistas? 

Sobre el escenario “Claudia y Kamala” (si, por el contrario, ganara Trump la elección presidencial, no habría más escenario que la confrontación cruda y violenta con México), encontré una luz de esperanza en las palabras de Roberta Jacobson (ex embajadora de Estados Unidos en México entre 2016 y 2018).

Fue en una entrevista reciente que concedió a AQ Podcast (Americas Quarterly Podcast:

“What Kamala Harris Would Mean for Latin American Policy”, 29/08/2024), sobre la eventualidad de la coincidencia de dos mujeres en las presidencias de los dos países vecinos. 

A la pregunta sobre qué esperaría ella de una relación política entre Kamala Harris y Claudia Scheinbaum, Roberta respondió: 

  • “Creo en verdad que estas son dos mujeres rudas, lo digo sin que suene misógino el comentario.
  • Ellas han abordado temas difíciles, ya sea como Fiscal General de California, un estado más grande que muchos países, o como Jefa de Gobierno de la Ciudad de México con sus millones y millones de personas y prioridades totalmente distintas en sitios diferentes.” 
  • “Creo que ellas serán menos transaccionales que López Obrador, quien fue un presidente muy transaccional.
  • Esta es una de las razones por las que se llevó bien con el Presidente Trump: tú me das esto, yo te doy aquello.” 
  • “Tengo la esperanza de que estas dos mujeres crearán una asociación real.
  • El enfoque sobre el cambio climático es un área en la que pueden trabajar juntas productivamente, Sheinbaum estuvo en el panel de Naciones Unidas que ganó el Premio Nobel.
  • Su predecesor, sin embargo, el presidente actual, está totalmente por las energías fósiles. Yo no espero que eso necesariamente continúe.”

La labor diplomática de Roberta Jacobson en México se recuerda todavía con respeto, como una embajadora rigurosa, profesional, pero a la vez empática con los mexicanos.

Sus sucesores Christopher Landau y Ken Salazar, aunque experimentados y profesionales, no lograron sembrar las amistades y afectos que cosechó Roberta. 

Digo lo anterior para ubicar en la perspectiva correcta las opiniones de Jacobson sobre el gran potencial de Claudia Scheinbaum (en el caso de un triunfo de Kamala Harris en la elección presidencial) para reconstruir la relación bilateral sobre dos ejes:

  1. La plataforma del TMEC (sujeto a revisión en 2026).
  2. Y el desarrollo de las energías limpias. 

Se le acaba el tiempo a Claudia para aprovechar la ventana de oportunidad que se le abrirá en noviembre frente al vecino del norte: superar, de una vez por todas, el nacionalismo obsoleto de López Obrador e impulsar la visión mexicana de una nación integrada a la América del Norte como la vía al desarrollo y al combate a la desigualdad. 

En lugar de eso, Claudia se encuentra en septiembre atrapada y con las manos atadas por el presidente saliente que intenta colocarse como el gobernante en las sombras, el poder real detrás de la nueva presidenta, a quien quiere ver arremetiendo los molinos de viento del imperialismo yanqui.

No hay, al momento, ninguna señal, palabra o gesto que distinga a Claudia de la postura rígida y agresiva de Andrés Manuel frente a Washington. 

Como muchos mexicanos, Roberta Jacobson debe estar mordiéndose las uñas. 

@rogeliux

Rogelio Ríos Herrán

Egresado de la Licenciatura en Relaciones Internacionales por El Colegio de México (1981)  y desde 1994 se ligó a los medios de comunicación como comentarista y productor en Radio Nuevo León y la televisión pública y colaborador y columnista en periódicos en Nuevo León y Arizona y Georgia, en Estados Unidos. Durante más de 18 años se desempeñó como editor de opinión en el periódico El Norte (Grupo Reforma), en donde además durante 15 años fue un editorialista regular con análisis sobre coyuntura de política internacional, Estados Unidos y asuntos mexicanos. Desde 2019 y hasta 2021 colaboró en Grupo Visión de Atlanta, Georgia, y condujo el programa radial Un Café Con Atlanta.