Cónclave (Conclave/ Inglaterra, EUA/ 2024)
La película Cónclave es sobre ese extraño rito llevado a cabo tras bambalinas en Ciudad del Vaticano cuando por la muerte del papa en turno, los cardenales de todo el mundo se reúnen para escoger al nuevo pontífice.
Y la película dirigida por Edward Berger (realizador de la impresionante Sin Novedad en el Frente) dedica su drama en movimiento a las intrigas que se van revelando durante el proceso con el cardenal decano Lawrence (Ralph Fiennes) en medio de la tempestad que se desata.
Bastante fiel adaptación del libro del mismo nombre de Robert Harris, salvo una que otra licencia para recortar tiempos, nombres y ajustes de los personajes que toman parte, no deja de ser Cónclave una serie de eventos que van formando al elegido que va a ocupar el trono de San Pedro.
Pero para bien o para mal las personalidades presentes comienzan a destapar su ambición, su deseo de poder, su real cara dentro de la religión católica y muchos de la peor forma.
Reuniones secretas para ofrecer apoyo de votos, ataques directos al carácter de cardenales y revelaciones secretas que ponen en tela de duda si de verdad hay cristianismo entre todos los personajes enclaustrados en la Capilla Sixtina.
Ya medio se había visto esto del cónclave y sus participantes en películas como Las Sandalias del Pescador (1968), Habeums Papa (2011) y Los Dos Papa (2019) y la grilla y conveniencias tras el deseo de lograr elegir a un digno representante entre tanto cardenal.
Berger toma todos los elementos del cónclave y presenta este diluvio de información, acciones, actos y si hay un orden en todo el caos es gracias a la presencia del veterano actor que es Fiennes y su personaje, que aún con el dilema que vive y las dudas que han surgido dentro de su fe, sabe que de alguna forma u otra la iglesia católica continuará.
Los opuestos son el cardenal Trembaly (John Lithgow), el cardenal Bellini (Stanley Tucci) y Tedesco (Sergio Castellitto), cada uno ofreciendo ideas de qué sucederá si llegan a convertirse en papa, los cambios que se sobrevendrán.
Todo normal, pero para ellos, al considerar a cada persona y religioso y como se han desarrollado dentro de la doctrina y han acaparado poder dentro de la misma iglesia.
Pero precisamente la película exhibe todo lo bueno, pero por igual lo oscuro que nunca se considera que puede pasar en el Vaticano pero sabemos que pasa y se niega o acepta a medias.
Crédito a todos los histriones que manejan a perfección sus roles, incluyendo, aunque sea en un mini mini rol a la veterana Isabella Rossellini como la monja que de pronto aparece para poner orden.
Ya de suma sabremos si se cimbra o no la iglesia como institución, si los secretos ya han sido demasiados como para esconderlos o si se puede despertar en un nuevo día donde la iglesia continuará hacia adelante.
Aquí sí me decepcionó el final de la película, la presencia en el fondo del cardenal Benítez (Carlos Diehz) que no tiene tanta presencia en la historia, pero es parte de la resolución final de todo de lo que somos testigos.
Volvemos a que de todas formas la iglesia está acostumbrada a esconder cosas y secretos bajo llave, un detalle mas… no pasa nada.
Tantos giros y revelaciones al por mayor con mucho paseo por el interior del Vaticano para sorprendernos con tanto secreto expuesto que este secreto de mas fue la gota que derramó el vaso.
El mensaje es bien intencionado, pero le pega duro a todo el montaje y el clímax de la película.
Me quedo con las increíbles actuaciones y hasta volvería a ver la película por los actores que son parte del drama.