¡Dantesco!
El día anterior a la embestida de Otis contra Acapulco había llegado a Monterrey a visitar a mi familia.
Tuve suerte de no sufrir lo que otros familiares, amigos y vecinos de la zona donde vivo, califican esta experiencia metereológica como la peor que recuerden.
La persona que cuidaba mi departamento y a mis dos mascotas de la raza Pomeranian, me narró que sintieron como si estuvieran dentro de una licuadora.
Los vientos de más de 300 kilómetros que azotaron a Acapulco levantaron en vilo incluso el mobiliario más pesado.
Me contó cómo el refrigerador se desplazaba en violentos movimientos circulares, como si un tornado hubiera entrado a la propiedad.
En el lobby del edificio vecino, La Palapa, quedaron volcados llantas para arriba varios vehículos.
Todos los ventanales rotos, las paredes cortadas de cuajo y los muebles volando por lo aires.
Otis se llevó a mi perrita Luna y su pareja -Buly- sobrevivió de milagro, quizá porque es más robusto y de un poco de más edad.
La pérdida de mi departamento es total
Los huracanados vientos se llevaron también una caja fuerte que al no estar empotrada en la pared fue levantada del piso como pluma, a pesar de su gran peso.
La persona que cuidaba mi departamento logró salir de Acapulco con Buly y demoró 14 horas para llegar a la Ciudad de México.
Las calles y las carreteras estaban tan llenas de escombros y obstáculos que muy apenas lograron ponerse a salvo.
Atestiguó de primera mano la inhumana rapiña que algunos descastados cometieron en contra de las pertenencias de quienes por el huracán perdieron todo.
Alguien que vio a una persona salir de una tienda con una pantalla muy grande de televisión le preguntó que para qué se la llevaba, si en todo Acapulco no había electricidad.
Mucha gente no solo robaba comida y agua.
También enseres domésticos y otros objetos de las tiendas que fueron saqueadas ante la impavidez de policías y militares que -azorados- solo veían sin intervenir para poner orden.
Por testimonios de gente muy cercana a mí que sigue en Acapulco puedo decir aquí que es palpable la falta de coordinación de autoridades municipales, estatales, federales y militares.
El puerto es tierra de nadie y se van a necesitar por lo menos cinco años para que la ciudad vuelva a su normalidad.
Muchísima gente perdió su empleo porque los lugares donde trabajaban están derrumbados o sin posibilidad alguna de abrir de nuevo.
Datos que obtuve de la Concanaco revelan que el 80% de los establecimientos afiliados a esa Cámara de comercio están severamente dañados y no se ve forma de que puedan reabrir en el corto plazo. Muchos no volverán a operar.
Con los hoteles sucede lo mismo y ante todo esto, las compañías de seguros están demorando más de la cuenta los trámites para reponer los montos de las pólizas de vehículos y de viviendas.
El abastecimiento de gasolina se reduce cuando mucho a cinco estaciones de servicio.
También se resiente la falta de insumos básicos para emprender la reconstrucción del puerto.
La primera zona donde el fluido eléctrico fue restablecido es Las Brisas, quién sabe por qué será...
La mayoría de los cajeros automáticos no funcionan y para paliar la situación, se han instalado unos cuantos equipos de ese tipo en instalaciones de Banjercito en la base de Icacos.
A esto le llaman "operación billete" porque hasta ahora, no hay forma de que los acapulqueños cuenten con efectivo para salir adelante.
La ayuda fluye pero con incomprensibles estorbos que Ricardo Pascoe Pierce, analista político, ex embajador y ex diputado, narra a continuación:
Fuerza de ocupación autorizada por AMLO
"Evidentemente, AMLO ha autorizado que el Ejército, la Guardia Nacional y la Marina actúen como una fuerza militar de ocupación en Acapulco, expropiando bienes y servicios a particulares.
Desde Chilpancingo los bloqueos carreteros son el símbolo de un ejército de ocupación.
La conducta de los militares se asemeja a la de un Golpe de Estado.
La estrategia de AMLO es la de imponer un Estado marcial en Guerrero y después inundar la zona con los Servidores de la Nación para hacer propaganda a favor de Morena.
¿Golpe de Estado?
Lo que reina en Acapulco es un ensayo de cómo podría funcionar un Golpe de Estado ahí en Guerrero y, después, en el resto del país.
¿Está AMLO ensayando cómo sería un Golpe de Estado ante la eventualidad de una derrota electoral el próximo año? ¿Se prestarán las Fuerzas Armadas para tan funesto proyecto? En Acapulco así se percibe.