El Líder
Lo conocí allá por los años ochenta.
Gobernaba México el presidente Carlos Salinas de Gortari, él era diputado federal y yo un insipiente reportero de la televisión regio montana
Cuando me lo presentó el periodista Armando Zúñiga, de entrada me pareció un hombre bueno, inteligente, cabal, valiente y muy combativo.
Siempre lo vi rodeado de amigos, pues Agustín Serna Servín, me enteré con el tiempo, convertia la amistad en un vinculo sagrado.
En su religión.
Fue un líder ilustrado y buen conversador.
En las largas tertulias que compartimos juntos, lo mismo hablaba de los cambios que estaba experimentando el mundo, amenazado por el virtual derrumbe del socialismo, de la necesidad de adecuar a los sindicatos a la globalización.
Discernia además, de política, y también de béisbol, el deporte que lo apasionaba.
Considerado un "héroe de la solidaridad" en Cuba, durante el embargo norteamericano, Agustín estrechó lazos fraternales con el entonces presidente Fidel Castro Ruz y conoció a Daniel Ortega, mandatario de Nicaragua y al aguerrido nicaragüense Eden Pastora "El Comandante Cero", a su paso por la Universidad "Patricio Lumumba" de Rusia, a donde, siendo joven, el dirigente croquista ingresó becado tras ganar el primer lugar en un Concurso Nacional de Oratoria.
El líder croquista inicio desde abajo en las lides sindicales al lado de dirigentes de la talla de José González Alvarado, Eleazar Ruiz Cerda y de su padre don Agustín Serna Mendoza de quien adquirió la pasión por defender los intereses de los trabajadores y a querer a la CROC, pero sobre todo, a ser leal con la central obrera.
Siendo apenas un adolescente era común verlo bajo la sombra de un árbol redactar en una vieja máquina Remington contratos colectivos y emplazamientos a huelga para los viejos líderes.
“Mis patrones”, solía decir con singular cariño.
"En aquellos tiempos los dirigentes te hacían todo un discurso de un emplazamiento”, me comentó un día de invierno cuando lo visite en su casa donde convalecía del trasplante de hígado al que había sido sometido en enero de hace de hace más de tres lustros.
En el 2005, luego de una larga trayectoria política y sindical arropado por las siglas de la organización, Agustín tomó finalmente las riendas de la FROC de Nuevo León tras la caída estrepitosa de Carlos Míreles Morales entonces diputado federal del PRI.
Su llegada marcó un parteaguas en los destinos de la organización sindical.
Un antes y un después.
Durante su liderazgo erradicó los desfiles del Primero de Mayo Día del Trabajo, por considerarlos arcaicos e injustos para la clase obrera.
"Son actos que no tienen ya razón de ser, el desfile del primero de mayo es obsoleto y es aprovechado por algunos líderes abusivos para venderle a los trabajadores gorras y camisetas”, manifestó a la prensa, al anunciar la suspensión del tradicional evento.
A partir de entonces la marcha obrera se transmutó en una gran fiesta dedicada a la familia de los trabajadores.
Bajo su mando al frente de la FROC nuevoleonesa, floreció un ambiente de armonía y respeto entre empresarios y sindicatos.
Atrás quedaron los viejos tiempos de la anarquía sindical y se abría paso a una relación fraterna entre los factores de la producción.
Convencido de que la educación es el antídoto de la ignorancia y el instrumento para llevar a la plena superación al trabajador, Agustín creó su obra maestra: el Instituto Universitario Tecnológico de los Trabajadores a punto de cumplir el próximo mes de septiembre 18 años de su fundación.
La promoción del IUTT, con estudiantes y campus en diversos municipios fuera de la metrópoli, fue llevada por el líder en un esfuerzo inusitado a los confines del mundo, donde se han firmado convenios académicos en países de Europa y Centroamérica. Vaya labor titánica.
En una ocasión recibí una llamada de las oficinas centrales de la FROC para que me comunicara con Agustín, cuya salud reflejaba ya los embates de un cáncer agresivo, pero aun así estaba al tanto de la central obrera.
El líder acababa de regresar de Houston, Texas.
En esa ciudad lo sometieron a una delicada operación y según la ciencia medica, el padecimiento había abierto un nuevo frente de batalla.
Estaba en su casa recuperándose y le marque a su teléfono.
"¿Que hay compadre, como anda tu agenda para vernos mañana ", me preguntó.
A pesar de que era el jefe siempre respetó el tiempo y los espacios de su gente cercana como todo un caballero.
"Bien compadre a tus ordenes ¿que se te ofrece?", le respondí.
"Te espero a las nueve en la casa para desayunar", me dijo con voz amable.
A las 8:30 arribe a su domicilio y pude charlar con él a solas casi media hora, antes de que llegaran los demás invitados.
Entre ellos se encontraban su hijo, el ex diputado federal Cesar Serna Escalera ahora rector del IUTT y director nacional de los Sindicatos del Transporte que fundó y manejó su padre , el licenciado en asuntos sindicales Salvador Patlax Hernández, Diego López Cruz (+) su brazo derecho y Antonio Mata Lugo "El Pantera" su fiel asistente y amigo leal.
En los minutos que estuvimos platicando a solas Agustín me mostró su cuerpo lacerado y comentó que los médicos estadounidenses le garantizaron cinco años de vida con calidad.
Tiempo suficiente-me dijo estoico-para dejar arreglado todos sus pendientes, personales y sindicales.
Quijote moderno, Agustin Serna Servin luchaba contra sus propios molinos de viento.
Soñaba con la consolidación de una CROC moderna y progresista que se adelantara a los nuevos tiempos y asumiera su rol a la vanguardia del movimiento obrero mexicano.
Desgraciadamente, la muerte, que no tiene sentimientos, lo sorprendió un 19 de enero del 2015.
Curiosamente, en esa fecha, considerada como el "Día más triste del mundo" murió el Lider y esa tristeza silenciosa y amarga continua atrapada en los corazones de quienes lo conocimos y seguimos admirando.
Agustin partió dejando un impresionante legado sindical para nutrir a los nuevos liderazgos y dejó a su hijo Alberto Serna de León, actual dirigente de la central obrera en el Estado, el compromiso de completar su obra interrumpida: seguir construyendo una FROC pujante, moderna y unida.