El testamento de AMLO
Lo hace a destiempo.
Cuando le quedan por cumplir dos años más de presidencia. Cuando las tribus internas de MORENA, como lo hicieron en el PRD y en el FCRN, proponen a sus candidatos para la máxima posición nacional.
Andrés Manuel, quien elije la agenda nacional, le pega a los ánimos caldeados de sus seguidores. Saben del trámite para la simulación de la consulta nacional. La de revocación de mandato.
Fiel a sus convicciones, de un mesianismo redentor para maleantes desertores del PRI, PAN y unos pocos del PRD, encausa su movimiento por encima del sexenio en curso legal.
En su deleite, las editoriales de cabecera, a la espera del documento final.
No solo para la reproducción por cientos, por miles. Así lo menciona AMLO en sus ingresos, de estar por encima de todos los autores nacionales e internacionales, en el mercado editorial mexicano.
Andrés, quien en el hospital militar se le hizo chequeo de rutina y la colocación de un estents coronarios. Con el testamento, como lo hizo también Chávez con Maduro, con la excepción del pajarito cantor, transmite la estafeta a Marcelo o Claudia.