¿Inevitable?
Estuve en la presentación del libro de Denise Dresser "¿Qué sigue?", y me causó sorpresa que, a la hora de las preguntas, varias personas desanimadas daban por hecho que iba a ganar Claudia, solo porque así lo dicen las encuestas.
Encuestas sesgadas en su mayoría que paga el propio gobierno para luego difundir en sus redes y en los medios de comunicación.
Incluso los analistas de oposición y los mexicanos que no están con Morena sirven de difusores gratuitos de esas encuestas a modo, que, por cierto, son un gran negocio para los periódicos y las casas encuestadoras que las hacen.
Eso significa que está teniendo mucho éxito la campaña paralela para lelos que está implementando el gobierno, al margen de la campaña oficial de su candidata.
Se trata de una estrategia psicológica que busca sembrar en toda la población, tanto afín como crítica a este gobierno, la percepción de la "INEVITABILIDAD".
Esto es, hacer creer que es inevitable que gane Claudia Sheinbaum por las razones que sean.
El despropósito es claro: el desánimo que provoca el asumir como inevitable la derrota de Xóchitl, fomenta el abstencionismo.
Un abstencionismo que solo beneficia a Morena, que depende del voto acarreado y comprado, pues su voto duro ya no le es suficiente.
A los abstencionistas no pueden acarrearlos y no saben cómo convencerlos.
Se trata de una masa crítica que no se deja comprar con dádivas ni espejitos.
Es tan numerosa que si fuera a votar sepultaría inmisericordemente a Morena, ya que en su mayoría lo haría por la oposición.
Esta estrategia de “inevitabilidad” reafirma en su posición de abstenerse de votar a los que consideran inútil hacerlo, en especial a los jóvenes, que conforman el grueso de este grupo.
Ya se vivió esa campaña de "inevitabilidad" en el Estado de México, donde, a pesar de que más del 50% del padrón electoral no le vio sentido a molestarse en acudir a votar, Delfina Gómez ganó la gubernatura por solo ocho puntos, siendo que las encuestas la ponían más de 25 arriba de su rival, Alejandra del Moral.
El otro despropósito de esta percepción de inevitabilidad provocada por las encuestas a modo es que, en caso de perder, el gobierno las utilizará como argumento para desconocer los resultados y alegar un fraude electoral, sobre todo si Xóchitl gana por un margen muy estrecho, como sucedió cuando en 2006 Calderón le ganó la Presidencia a López Obrador.
El problema es que ahora el instigador del mito del fraude está en el poder y se valdrá de lo que sea para evitar soltarlo, no solo por su perfil psiquiátrico, también porque empezaría a supurar la corrupción y el saqueo de su gobierno.
Dos puntos para reflexionar:
- ¿Ustedes creen que si fuera Claudia tan arriba como dicen algunas encuestas, estarían tan desesperados y exasperados, tanto López como su candidata y sus cercanos, al punto de que el presidente se esté exasperando y radicalizando más cada día, llegando a cometer tantos y tan graves errores tácticos?
- Para medir la intención de voto, el Gobierno cuenta con herramientas de mucho mayor alcance y menor margen de error que las encuestas que presume.
¿Por qué no comparte sus resultados?
Desde el año pasado, la SEDENA contrató HiWire, un subproducto del programa Geomatrix, a la misma empresa israelí NSO Group que le provee el software Pegasus.
Como ya sabemos, gracias a la filtración de Guacamaya Leaks, Pegasus es utilizado por gobiernos para el espionaje telefónico, mientras que HiWire permite conocer todo lo que los usuarios opinan, comparten, dicen y buscan en Internet, en especial en las redes sociales.
Esto acaba de salir a la luz también gracias a Guacamaya Leaks.
Debemos hacernos varias preguntas antes de concluir que es inevitable el triunfo de Scheinbaum:
- ¿Por qué se mantiene en secreto que el Ejército está usando HiWire para monitorear lo que expresamos los mexicanos en Internet?
- ¿Por qué no declaran cuántos miles de millones de pesos les (nos) está costando?
- Y lo más importante, ¿por qué no dan a conocer esa data al público si, como presumen sus encuestas, les son tan favorables a Morena?
El INAI debe exigir que se dé a conocer toda esa información y el INE debe frenar el uso ilegal de esas herramientas para fines electorales.