La muerte como espectáculo

La verdad no sé si con tantas luces, tanto ruido y tanta loa desmedida alguien puede realmente descansar en paz. 
A veces la muerte es un espectáculo más.

En vez de despedida de quien parte los funerales se convierten en “grandes eventos”. Y en parteaguas de la historia. La verdad no sé si con tantas luces, tanto ruido y tanta loa desmedida alguien puede realmente descansar en paz. 

Funeral hecho canto, lo llamen tristeza, júbilo o último adiós.

En el adiós a Vicente Fernández los adjetivos se quedan cortos: titán, rey, charro de oro, héroe nacional.

La pandemia puede esperar. Los sucesos del mundo se congelan para dar paso a lo simultáneo, el instante único en el que la eternidad coincide con el día de la virgen de Guadalupe. Doble motivo para el adjetivo: madre de México. 

El domingo es largo, la noche más. Las letras del ídolo convocadas una y otra vez. La patria se llama ahora ley del monte, amor apasionado, amorcito santo, caballo blanco. El éxito lo mide la fama.

El machismo se viste de charro, canto y macho bravío. Lo femenino en la marcha fúnebre del espectáculo de la muerte, entre Jesucristo y la virgen de Guadalupe, se llama sumisión.

Familia y valores a partir de la mirada patriarcal. ¿Cuál misoginia? El macho cabrío se debe a su público, lo demás son habladurías de la gente. “Si tienes hambre y se te atraviesa un bistec ¿a poco lo vas a despreciar?” O algo así dijo alguna vez don Chente.

Fábrica de pensamientos de superación. De tal forma que, cómo dijo un conductor: “no todo de aprende de los libros”, y se soltó un choro mareador de frases letalmente exitosas salidas de boca del domador, en sus buenos tiempos. También fue posible apreciar a una alelada Verónica Castro mientras Chente se desgañitaba a moco tendido con los versos de El brindis del bohemio.

Me quedo con la voz y unascuantas rolas. Y deseo que descanse en paz, a pesar del ruido.
Margarito Cuéllar

Ganador de galardones de poesía en México, Ecuador, Francia, España y China. El más reciente fue la edición 2020 del Premio Hispanoamericano de Poesía Juan Ramón Jiménez en Huelva, España. Miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte en el área de letras.  Maestro en Artes por la UANL. Ha publicado crónicas, entrevistas y artículos para medios locales y nacionales. Autor de una veintena de libros de poesía. Maestro universitario, promotor cultural y editor. Autor del libro de cuentos Los riesgos del placer y compilador de la obra José Alvarado (Cal y Arena/ UANL, 2018).