La novicia rebelde
Vamos a cambiar el país.
Para la abogada Margarita Ríos Farjat su vida repartida como esposa, trabajadora de la UMM, poeta de tiempo completo y feminista.
Incluso el liderazgo de la facultad de derecho en manos del panista Cristian Castaño, el ex diputado federal quien le colocó la banda presidencial espuria a Felipe de Jesús Calderón Hinojosa.
Por eso ya era impresentable para Andrés Manuel.
También no tenía porque enterarse de todos los empleados de Alfonso Romo.
El acuerdo era no acercarlo.
Obedecer incluso por encima de la legalidad.
Por meses, la coordinación de cultura de la UMM organizó distintos coloquios, presentaciones y actos masivos en la torre tres de la calle Escobedo y Ruperto Martínez.
En todos esos eventos el oído de la Dra. Gutierrez Müller apreciaba la afluencia de jóvenes forzados a asistir a eventos anodinos.
De ahí, en las sobremesas en casa de la coordinadora de cultura de la UMM, en su hogar en San Pedro Garza García, las damas impulsaron dos agendas.
Crear un espacio cultural nacional, a la par de la Secretaría de Cultura, para celebrar cada acto nacional importante.
Fechas, nombres y logros.
La segunda agenda, la mayor, impulsar a la abogada Margarita Ríos Farjat como responsable del SAT.
Así le pagaron, además de la oficina en los Pinos, al grupo de Alfonso Romo Garza.
Carente de toda experiencia laboral, política, a diferencia de Cristian Castaño, Margarita fue la ministra propuesta por el ejecutivo federal, para la salida del primer ministro de la corte.
Sin necesidad de cabildeo, Andrés impulsó a la poeta avenida en fiscalista convertida en defensora de la constitución.
En seis años pasó de ser una poeta nada relevante y estrella conservadora.
Novicia rebelde a los dictados presidenciales.
La primera en irse, según la agenda heredada a Claudia Sheinbaum para el 2025.
Así regresará a Monterrey atravesada, la ministra poeta de sociales.
La nuera del finado cronista de la ciudad metropolitana de Don Diego de Montemayor.