La subjetividad, el poder y el futuro

Carlos Chavarría DETONA: Todos somos producto de la sociedad y el tiempo que nos tocó vivir.

Estas modestas reflexiones que comparto, son un intento personal por comprender cómo es que a pesar de 30,000 años de evolución desde que desarrollamos el lenguaje, además  de tantos portentos intelectuales, espirituales, científicos y tecnológicos continuamos regresando a lugares comunes del pasado que nos atan e impiden que recuperemos la habilidad para primero distinguir que no vamos en el camino correcto como civilización y segundo, construir visiones trascendentales hacia mejores futuros para todos.

Teníamos hasta el Siglo XX algunas instituciones formales que funcionaban y hoy estamos de nuevo en un mundo donde las reglas y la normalidad son deformadas por el poder de unos cuantos seres humanos.

De la verdad, objetividad y la lógica, ahora estamos en camino a la reversión de los avances como único futuro previsible.

Todos somos producto de la sociedad y el tiempo que nos tocó vivir, pero pareciera que no tenemos  la  plena consciencia de quienes somos al no ser siquiera capaces de reflexionar sobre nosotros mismos en el entramado social.

Afirmarse como sujeto en la contemporaneidad implica una compleja articulación entre lo individual y lo social.

Es reconocerse como un sujeto autónomo, capaz de tomar decisiones y de construir su propio proyecto de vida, al mismo tiempo que se es parte de una red de relaciones sociales y culturales.

Este sujeto no se limita a reaccionar ante las circunstancias, sino que las transforma activamente a través de sus acciones, sus elecciones y sus relaciones.

Desde la participación en movimientos sociales hasta la construcción de proyectos personales, el sujeto contemporáneo es un agente de cambio que co-crea la realidad en la que vive.

La subjetividad individual, conformada por nuestras creencias, valores y percepciones, se encuentra en una relación dialéctica con el poder político.

El Estado, el cuál a través de sus instituciones y narrativas convertidas en discursos, moldea las subjetividades, construyendo ciudadanos leales, consumidores responsables o sujetos revolucionarios.

A su vez, las subjetividades individuales influyen en el ejercicio del poder político, conformando demandas, consensos y conflictos.

Las elecciones políticas, las movilizaciones sociales y las opiniones públicas son expresiones de estas subjetividades en acción.

La relación entre poder y subjetividad es dinámica y compleja, marcada por tensiones y negociaciones constantes. Comprender esta relación es fundamental para analizar los procesos políticos y sociales de cualquier nación.

Quienes detentan el poder tienen la capacidad de modelar las narrativas dominantes y de influir en la forma en que las personas perciben el mundo.

Pero los prejuicios y los sesgos cognitivos pueden afectar las decisiones políticas, pues tanto quienes ejercen el poder como los gobernados están sujetos a las mismas creencias sesgadas que pueden influir en sus juicios y decisiones.

Es importante fomentar el debate, la diversidad y el pluralismo.

Una sociedad más diversa y pluralista puede ayudar a prevenir los excesos del poder y a garantizar que las decisiones políticas reflejan una variedad de perspectivas.

La fragmentación de la subjetividad puede llevar a que las personas se encierren en el individualismo, donde la facultad de pensar es reemplazada por los valores de la cultura dominante.

Cuando la subjetividad se hace con el poder siempre existirá el riesgo de que todo se estudie y juzgue a base de reduccionismos ( “Que chiste tiene sacar petróleo. Se hace un hoyo, se pone una bomba y ya!”) conducen a narrativas explicativas muy estimulantes pero con muy poco contenido de verdad, no obstante, la emotividad de ese momento “eureka”, que busca coincidencias convenientes con los públicos considerados como objetivo, las convierte en verdades instantáneas y alternativas creíbles, hasta capaces de  sustituir  toda ciencia y conocimiento empírico-deductivo previos, por más falsas que sean.

El mundo sería- si no es que ya lo es- una locura narcisista cuando los todos los individuos deseemos convertir lo subjetivo en ley o negar todo conocimiento e historia por una visión particular de la trascendencia, por más atrayente que resulte a las masas electorales. (Drill baby, Drill baby!).

La humanidad estará mas  expuesta, cuando acceda al poder la subjetividad delirante de un solo individuo que anule la normalidad evolucionaria a cambio de la irrupción mesiánica nugatoria de toda prudencia analítica  colectiva que debe siempre ser la guía hacia el futuro.

Vivimos una época de insatisfacciones dispersas en todos los órdenes de la acción humana y eso nos convierte en presa fácil del sesgo y la pérdida de profundidad en el estudio  de los fenómenos que surgen en toda sociedad.

Hasta la democracia ya se encuentra como víctima del discurso populista.

Este es atractivo pues en un lenguaje llano le quita elementos que quizás los electores profanos no podamos interpretar o comprender en toda su dimensión y efectos.

Los enfoques reduccionistas, al fragmentar la realidad en componentes aislados, oscurecen las relaciones de poder que subyacen en los fenómenos sociales.

Esta simplificación excesiva no sólo impide una comprensión profunda de los problemas, sino que también refuerzan representaciones ideológicas que pueden ser perjudiciales.

Por ejemplo, en el ámbito de la salud, un enfoque reduccionista (“las vacunas son una conspiración desde la OMS auspiciada por China”, R. Kennedy, nuevo secretario de salud de los EEUU) que solo considera los factores biológicos puede obviar las desigualdades sociales que influyen en el estado de salud de las personas.

En ese caldo de cultivo ideal se agigantan los beneficios de las narrativas seudo rupturistas que prometen devolver a las sociedades su poder de emancipación y liderazgo triunfalista frente al mundo.

Nada más subjetivo que esto.

Vivimos en un mundo asimétrico y para uniformizar el progreso, el intercambio es la única respuesta.

El libre intercambio de conocimientos, mercancías, materias primas, etc., equilibra e impulsa a todos los agentes actuantes y revaloriza al trabajo del hombre.

El poder en las sociedades produce al hombre y crea criterios de normalidad necesarios para la gestión autónoma de la voluntad colectiva, romper la normalidad imperante no significa por necesidad mejorar la condición del mundo, por ejemplo la implantación unilateral de aranceles bajo la narrativa de la protección de intereses grupales es regresar al Siglo XIX y las batallas de las monarquías por subsidiar sus ineficiencias a base de extensionismos improductivos y  apropiaciones territoriales.

El sentirse orgulloso poseedor de un destino manifiesto ha sido uno de los principales lastres del pasado humano que siempre es la causa de profundos conflictos, atrasos y no poca violencia a lo largo de la historia.

El poeta estadounidense Walt Whitman escribió las siguientes palabras, claro reflejo de las ideas que suponían la predestinación anglosajona:

"Anhelamos que nuestro país y su ley se extiendan lejos solamente en la medida en que ello quitará los grilletes que impiden que los hombres gocen de la justa oportunidad de ser felices y buenos; tal como están constituídos casi todos los gobiernos la tendencia va predominantemente en sentido contrario. No abrigamos ambición por la simple grandeza física de esta república. Esa grandeza es vana y engañosa, O por lo menos no es deseable más que como una ayuda para alcanzar un bien más verdadero, el bien de la masa entera del hombre".

Esta doctrina se encuentra tan incorporada en el pensamiento estadounidense que el nuevo mandatario, Donald Trump, hizo referencia al tema en su discurso de investidura el 20 de Enero de 2025.

"Estados Unidos volverá a considerarse una nación en crecimiento, que aumenta nuestra riqueza, expande nuestro territorio, construye nuestras ciudades, eleva nuestras expectativas y lleva nuestra bandera hacia nuevos y hermosos horizontes", dijo.

"Perseguiremos nuestro destino manifiesto hacia las estrellas, lanzando astronautas estadounidenses para plantar la bandera de las barras y las estrellas en el planeta Marte", agregó en referencia a los planes para que ese país envíe una misión tripulada al planeta rojo. [https://www.bbc.com/mundo/articles/c5y8n369q7go].

¿Así o mas subjetivo?.

 "Casi todas las causas de la guerra nacen de pretextos que nada tienen que ver con el bien del pueblo".

ERASMO DE ROTTERDAM: "Querella de la paz".

Obra de Erasmo de Rotterdam que se considera un fuerte alegato en contra de la guerra, el belicismo y la milicia.

 

Carlos Chavarría

Ingeniero químico e ingeniero industrial, co-autor del libro "Transporte Metropolitano de Monterrey, Análisis y Solución de un Viejo Problema", con maestría en Ingeniería Industrial y diplomado en Administración de Medios de Transporte.