López abre las puertas a una invasión
López Obrador no fue a Cuba a traer médicos.
Viajó a la isla para conseguir algo más importante: el apoyo de La Habana para que Morena gane las elecciones presidenciales en el 24.
El presidente mexicano quiere recibir de la isla el mismo apoyo que tuvo el presidente de Venezuela Hugo Chávez para preservarse en el poder.
En ese entonces, Cuba envió a Caracas asesores militares disfrazados de médicos para penetrar y controlar las fuerzas armadas venezolanas.
Cuba inició con el consentimiento del gobierno bolivariano toda una cruzada de ideologización, entrenamiento y espionaje para infundir miedo y paranoia entre los elementos del ejército e impedir el derrocamiento del presidente.
López inventó un viaje a Centroamérica para ocultar que su verdadero objetivo era Cuba.
Ahí debió firmar varios convenios con el presidente Miguel Díaz-Canel y Raúl Castro para entregar petróleo y alimentos a cambio de recibir a pseudo médicos cubanos que vienen con propósitos ocultos.
Los 500 médicos cubanos son parte de una gran mentira y de una estrategia desconocida.
AMLO ya logró distraer a la opinión pública con un tema de salud que no tiene interés en resolver. El verdadero fondo, está en que México abre las puertas a un ejército de colonizadores que trabajarán de la mano de Morena y del crimen organizado para impedir la transición.
El presidente nos está engañando al decir que contrató especialistas en el extranjero porque los mexicanos no quieren atender enfermos en las zonas más pobres.
Miente –y él lo sabe– cuando culpa a la UNAM de haber impedido que los egresados de medicina atendieran a enfermos de COVID-19.
Miente al decir que no hay especialistas suficientes.
Miente, siempre miente para crear confusión, manipular a la sociedad y ocultar sus verdaderas intenciones.
Detrás de las “batas blancas” hay un eje Cuba-México-Venezuela-Nicaragua que se esta fortaleciendo y que López está utilizando para chantajear y crear un contrapeso frente a Estados Unidos.
“Si no invitas a mis amigos los dictadores no voy a la Cumbre de las Américas”. Con esa postura pretende colocarse a la cabeza de un bloque latinoamericano de izquierda para presionar a Washington y coquetear al mismo tiempo con Rusia.
El presidente está echando mano de la geopolítica para darle larga vida a su régimen.
Quiere que el obradorismo perdure tanto como el castrismo en Cuba, el sandinismo en Nicaragua o el bolivarianismo en Venezuela.
López Obrador cree ser –en su locura–, un profeta cuyo pensamiento político merece sobrevivir.
Y para eso necesita que los expertos en ideologización y guerrilla vengan a preparar el terreno. Hoy son 500 cubanos y mañana habrá mil, luego 5 mil hasta que en México –como en Venezuela– hayan adoctrinadores cubanos “hasta en la sopa”.
Adoctrinadores cuyo objetivo será ir carcomiendo la libertad de pensamiento.
INEGI señaló que en México hay médicos suficientes.
Eso demuestra que el convenio con Cuba es un subterfugio para ocultar que López Obrador está dispuesto a entregar la soberanía nacional a cambio de recibir asesoría del castrismo para sobrevivir en el poder.
En Cuba, los médicos, además de médicos, también son militares, también son espías, también hacen guerrilla.