Sepulcros blanqueados
La lista negra la encabeza Raúl Salinas de Gortari, hermano del expresidente Carlos Salinas de Gortari.
Entre los abusos de poder se habla de que compró leche contaminada a bajo costo y luego la vendió más cara a Conasupo para que los más desposeídos se la tomarán una vez que se distribuyó por todo el país a través de las tiendas Conasupo, afectando a muchos niños con cáncer.
Se le relaciona con la muerte de José Francisco Ruiz Massieu, la venta de un canal de televisión a Raúl Salinas Pliego y una larga lista de negocios.
Tenía una amante española y una bruja llamada "la Paca", les solía acompañar en sus paseos. Para su mala fortuna, terminaron en la cárcel junto con él durante el gobierno del presidente Ernesto Zedillo, años después fueron liberados.
Otros parientes incómodos son los hermanos Manuel y Jorge Alberto Bribiesca, hijos de Marthita Sahagún, esposa del expresidente Vicente Fox, quienes fueron señalados por delitos de tráfico de influencias, información privilegiada y delitos fiscales, entre otros. Además se les relaciona con un jugosos contratos de Pemex a Oceanografía, naviera con la que estaban ligados.
También se vinculó a Manuel Bribiesca Sahagún con la importación de mercancía de contrabando introducida al país mediante el apoyo de amigos y colaboradores del director general de Aduanas, José Guzmán Montalvo.
En cuanto al gobierno de Enrique Peña Nieto, su ex Angélica Rivera, además de gastona, resultó presumida, y eso le costó caro, pues por andar mostrando su casa blanca a una revista, se descubrió que dicha vivienda ubicada en Las Lomas, en CDMX, tenía un valor de siete millones de dólares y que fue construida por “Grupo Higa”, la empresa que ganó la licitación del tren México-Querétaro y que ya era la favorita del mandatario, desde que era gobernador del Estado de México.
También se dio a conocer que La Gaviota aprovechaba su influencia para que empresas cercanas a su familia ofrecieran servicios en eventos especiales de la presidencia de la República.
Ahora nos enteramos de que en el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien suele decir: “no somos iguales”, también se dio un caso de tráfico de influencias.
Resulta que José Ramón López Beltrán, quien vivía en una lujosa casona en Houston, Texas, propiedad de un alto directivo de la petrolera Baker Hugh, ahora vive en una casa en Coyoacán, propiedad de la asistente de la directora del periódico La Jornada, Guillermina Álvarez Cadena y que un grupo de empresas de amigos de Andrés López Beltrán ha obtenido contratos del Gobierno federal por más de 100 millones de pesos.
Y el presidente Andrés Manuel López Obrador, al ser cuestionado, se limitó a afirmar que su familia no es corrupta y que 100 millones de pesos "no es nada".
La historia nos habla de que siempre ha habido impunidad, Raúl está libre, los hermanos Bribiesca también, Angélica Rivera no pasó del escándalo noticioso y los hermanos López Beltrán seguramente corran con la misma suerte.