Aprender a informarnos
Hace unos días veía y escuchaba un video, donde el Papa Francisco exponía lo que en su opinión y visión eran 4 las actitudes malas o pecados periodísticos en que podían caer los comunicadores. Yo le agregaría también, dueños de medios:
1.- Desinformación
Pueden dar la noticia pero solo dan la mitad, la otra mitad no la dan. Ahí van contra el derecho que tenemos los individuos de estar informados, si informas la mitad informas mal. Eso es una desviación.
2.- Calumnia
Los medios de comunicación, dice el Papa, tienen tanto poder frente a las masas que pueden calumniar impunemente, mientras se aclara ya se le hizo daño a la persona.
3.- DIFAMACIÓN
Esto es algo más sutil todavía, sigue diciendo el Papa, toda persona tiene derecho a la reputación, no puede un medio de comunicación sacarle a una persona un hecho o historia del pasado por el cual ya pago “la cuenta” o la pena esa persona. Una mancha de antes te la traen al presente.
4.- ESCÁNDALO
Hay medios que viven de publicarlos, sean o no verdaderos o sean la mitad verdaderos y la mitad no.
Para terminar, dijo, “superando estos 4 limites, la comunicación sería algo maravilloso. Un comunicador que este siempre examinando en no caer en estos 4 defectos es una flor de comunicador”.
Les expongo mi reflexión de lo anterior: lo dicho por el Papa nos debe servir para que pensemos en cómo mejorar o plantearnos de mejor manera nuestro propio algoritmo para informarnos, esto, debido a las múltiples formas de allegarnos información.
¿QUÉ LEEMOS?
Lo primero es hacernos consientes de algo que parece elemental, ¿qué estamos leyendo?, una nota informativa, una opinión de un tercero o una combinación de ambas.
Lo anterior nos permitirá formar nuestra opinión de manera responsable y no estaremos ante la posibilidad de que manipulen nuestra propia visión de las cosas, que es lo que resulta de acceder a lo que leemos o escuchamos en los distintos medios de comunicación.
Hay que considerar acceder también a lo que leen los que piensan distinto a nosotros, les doy un ejemplo, no dejo, en las oportunidades que tengo, de “asomarme” a La Jornada, sus notas y a los columnistas, así como a la revista Proceso.
De la forma de ver un mismo suceso, se puede escribir la nota de distinta manera
La importancia de abrir el abanico en la forma de informarnos, me quedó claro, cuando en el ya lejano 1981, cuando por cuestiones de trabajo y personales, estaba en la CDMX y en Monterrey.
Me resultaba muy notorio, y se los decía a mis amigos regiomontanos, que notaba en su plática, que su única ventana para informarse era El Norte y que si no salía publicado ahí, no sucedía para ellos.
Yo por mi estancia en CDMX, leía El Excélsior, notas y columnistas.
La diversidad en las opiniones que teníamos, respecto del acontecer nacional, era debido a que nos informábamos de distintos periódicos.
Otro punto que debemos tomar en cuenta, es que tenemos que aprender a leer los distintos medios.
NOTAS PERIODÍSTICAS NO SON PASTILLAS
No podemos leer una nota y “pasárnola” como si fuera una pastilla; debemos analizar lo que recién leímos y compararlo con lo que hemos leído en días anteriores o bien en otros medios y ya entonces, hacer nuestra esa información u opinión.
Observe como en muchas ocasiones sus interlocutores en una mesa de café, hacen aseveraciones respecto a lo que recién leyeron en la columna de trascendidos de algún periódico, y las dicen ya como opinión de ellos, dándolas por buenas y ciertas.
Debemos tener cuidado de lo que aseveramos porque generalmente no nos consta.
NO HAY OPINIONES BUENAS O MALAS, SINO INFORMADAS O NO INFORMADAS
Desde la puerta grande de la Huasteca Potosina, ¡un gran saludo!