Comienzan a repartirse las medallas
Como es tradición en el calendario olímpico y unas horas después de las emociones, mensajes, imágenes y comentarios sobre la inauguración, comenzamos con la repartición de medallas; triunfos de algunos pocos que son invitados al pódium, triunfos de los que saben que esto es una competencia y que aunque lo importante es ganar, logran entender que el triunfo puede manifestarse de diferentes maneras y que el no estar en el pódium, no forzosamente es sinónimo de derrota.
De la misma manera hay una lista larga de derrotas, malos ratos, accidentes lamentables, decisiones polémicas que alimentan la larga lista de atletas y deportistas que regresan a sus casas con el sentimiento de derrota o de no haber cumplido con las expectativas.
Para nuestros compatriotas, ninguna de las descripciones anteriores es la excepción y aunque quisiéramos en primera instancia más pódiums, la realidad es que serán más las veces que nos quedemos cerca o no tan cerca, y que deberá haber objetividad y autocrítica para analizar lo ocurrido y tomar las directrices necesarias para un mejorar para el próximo ciclo.
Sin entrar en mucho detalle de si tenemos capacidad en el medio deportivo nacional de logran esta autoevaluación, ya que ese es otro tema, sí es importante revisar qué hacemos, en qué cambiamos, qué ajustamos para obtener un resultado diferente, etc.
Hasta el momento, México ha logrado dos medallas de bronce como delegación: una en tiro con arco mixto y una en clavados sincronizados en plataforma de 10 metros femenil. Ambas medallas, si no garantizadas (porque en verdad no tenemos ninguna garantizadas), estaban dentro de las victorias esperadas.
En el mismo deporte de los clavados, en la modalidad de sincronizados, llevamos dos cuartos lugares y, aunque varios comentarios apuntan que se contendió, desde mi personal punto de vista en ambos casos (de clavados libres, que se comenzaron en octavo lugar de 8), hasta el cierre se acercaron al cuarto lugar.
A diferencia de Gabriela Agundez y Alejandra Orozco en la plataforma de 10 metros, que iniciaron en cuarto lugar muy cerca de las de primer lugar y en la ronda final estaban en cuarto lugar a solo 1 punto del bronce y 4 de la plata, eso es contender. La constante en los casos donde se quedó en cuarto lugar fue que los clavados obligatorios no fueron buenos y en los libres era tal la distancia con los punteros que había poca opción de remontar.
En el caso de sóftbol, donde también se terminó en cuarto lugar, hubo un mal comienzo con 3 derrotas y después de 2 triunfos se calificó a la lucha por el bronce, el cual se perdió en un cerrado partido. Una buena actuación sin duda, no cualquiera es cuarto lugar, pero en una olimpiada quedarse ahí es quedarse en la orilla de las medallas, del reconocimiento que pinta por sí solo y no de tener que hacer un análisis posterior de qué tan bien o mal se compitió o de si se tuvo suerte o no, etc.
La lucha por el pódium es tan dura, tan cerrada que no se puede dejar de recorrer un metro, de anotar un punto, de lanzar 10 centímetros de más porque esa puede ser la diferencia.
Los grandes sobrellevan esos momentos y los grandes que quedan un paso atrás, se les complica. Tal vez ya se debe trabajar en el aspecto mental tanto como en el aspecto técnico o deportivo. No pensemos que es casualidad o dejemos a la suerte o destino el hecho de que quedemos tantas veces tan cerca, sobre todo si se tienen posibilidades reales.
Chian Yang Qian con 251.80 puntos ganó la primera medalla de esta olimpiada y no es una medalla especial, simplemente es la primera prueba que por el orden de las competencias y, por la duración de la competencia, se entrega en el calendario de cada olimpiada: Tiro con rifle de aire a 10 metros. La competidora soportó una última ronda de disparos donde la competidora de segundo lugar estaba a unas décimas de ella, en un deporte donde la calma y concentración es de suma importancia al momento de disparar y lo sacó adelante. Para ella, esa fue la diferencia entre el primer y el segundo lugar.
Esta olimpiada que tiene muchas cosas nuevas, unas por avances y otras por la necesidad ante una situación externa, donde uno de los mensajes es la cultura del reciclaje: las medallas están hechas de material reciclado, así como las camas y algunos muebles de la Villa Olímpica; de la misma manera tenemos que saber diferenciar dónde reciclar y qué dejar a un lado para mejorar.
Lo que pase de aquí a que terminen estos juegos será resultado del trabajo ya hecho, no hay mucho por hacer más que esforzarse por hacer lo mejor posible con lo que se logró antes de competir, pero sí es responsabilidad de todos los que compiten, entrenan y dirigen hacer una revisión real y buscar, por ejemplo, la manera de no quedar a un paso del pódium.