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Hablemos de nuestro Valle de Guadalupe

Por: Móny Somm Sommelier.
Valle de Guadalupe es el espacio vitivinícola principal del país.

Hablar de Valle de Guadalupe es hablar de un paraíso enclavado entre el mar y la montaña, localizado entre los municipios de Tecate y Ensenada, al norte del estado de Baja California, y conformándose por los otros municipios: Ojos negros, Santo Tomas, San Vicente.

El Valle tiene un clima similar al mediterráneo, teniendo las condiciones ideales para el cultivo de la vid. 8 mil 431 hectáreas se destinan a la elaboración de vino y 50 variedades de uva se tienen registradas aproximadamente.

PRODUCCIÓN Y CONSUMO DEL VINO DEL VALLE DE GUADALUPE

Para comprender la relevancia que tiene el Valle de Guadalupe, debemos saber que es el responsable del 90% de la producción del vino mexicano. Se producen 36 millones de litros de vino al año y 73 mil toneladas de uva. El Valle crea 500 mil empleos y produce 4 millones de cajas anuales. De cada 10 botellas de vino que se consumen 3 son de vino mexicano.

Esto ha hecho que importantes países productores de vino volteen a vernos.

Además de la participación de etiquetas de distintas bodegas en concursos internacionales donde se consiguen medallas, en noviembre 2022 fuimos anfitriones del 43 Congreso Mundial de la Viña y el Vino.

Actualmente existen 400 marcas de vino registradas que se exportan principalmente a Estados Unidos y Canadá y de estas marcas algunas son exportadas a 30 ciudades de otras partes del mundo.

CONOCIENDO LA HISTORIA DE VALLE DE GUADALUPE

La historia de Valle está enmarcada por dos Países: España y Rusia. Durante el siglo XIX arribaron los monjes españoles de la orden dominica. Tras la expulsión de los misioneros jesuitas, se asentaron en el valle y fundaron en 1984 La Misión de Nuestra Señora de Guadalupe, a cargo del Padre Félix Caballero. Si bien tenían como principal misión evangelizar a los indígenas, también les enseñaron a cultivar trigo, cebada y de manera simultánea el cultivo de la vid para producir vino, evidentemente de una manera aún silvestre, que se utilizaba con fines litúrgicos.

LA UVA MISIÓN

Es una variedad de uva conocida internacionalmente con otros nombres y que su arribo al nuevo mundo fue por los misioneros católicos. Datos históricos arrojan que sus primeras plantaciones fueron en Valle de Guadalupe, extendiéndola a California al igual que otras variedades como moscatel y palomino.

En Argentina la conocen como torrentes riojano, en España como Liston Negro, en California la llaman uva de California. Se dice que este era un vino con características similares en sabor a los vinos de Borgoña.

LA LLEGADA DE LAS FAMILIAS RUSAS

Al hablar del Valle no se puede negar la relevancia histórica de las primeras familias rusas. Estas, que tras venir huyendo de una persecución por conflictos políticos y sociales derivados de la caída del último zar alrededor de 1905, se establecen en Valle de Guadalupe y California. Serían alrededor de 104 familias donde sus líderes hablan con el presidente Porfirio Díaz para que se les otorgue un permiso de establecer una colonia. Diaz otorga el permiso donde se establecen una de las familias más importantes rusas: Samarin y Bibayoff.

Ellos de inmediato vieron el potencial comercial del vino mexicano y comenzaron a plantar vides y producir vino, así como cebada y centeno, con un aporte no sólo agrícola si no cultural muy importante.

En el periodo del presidente Lázaro Cárdenas, muchas familias rusas comenzaron a pausar su presencia en Valle de Guadalupe. Esto se debió a que el presidente Cárdenas promovió una ley para que se formaran ejidos y que fueran los mexicanos los que los habitaran. Esto motivó a familias mexicanas que vivían en California a regresar, provocando así que se formara el ejido el Porvenir.

LAS GRANDES BODEGAS

En 1791 con un total de 2,000 parras de uva misión, se establece la Misión de Santo Tomas de Aquino, con el padre Jose Loriente. En 1888, Francisco Andonaegui y Miguel Omart compraron y fundaron Bodegas de Santo Tomas. Más adelante, en 1988, el control de la Bodega lo asume don Antonio Cosió convirtiéndose en la bodega más antigua Del Valle, con la asesoría de uno de los Enólogos más importantes y queridos de Valle: Hugo d’ Acosta.

Domecq:

Su historia abarca desde 1947 con la llegada de Antonio Ariza hasta su primera cosecha en 1963. La culminación de su proyecto ocurre en 1978 cuando comienza con el proyecto de varietales y nacen los vinos Chateau Domecq.

L.A. CETTO:

En 1928 un hombre visionario, Don Angelo CETTO establece la bodega con gran convicción y visión de una tradición vinícola europea adquiridos en su natal Italia.

Muchos años después los siguieron Bodegas de la talla de Monte Xanic, fundada en 1987 por Éric Hans y otros socios. Así como Casa de Piedra en 1997, por el afamado Enólogo Hugo d’Acosta quien a su vez con su proyecto La Estación de Oficios, el Porvenir, La Escuelita ha impulsado y apoyado a nuevos Enólogos mexicanos y extranjeros en valle de Guadalupe.

EL RETO QUE ENFRENTA NUESTRO VALLE DE GUADALUPE

Será sin duda el poder equilibrar y tener un balance entre la actividad agrícola y la actividad turística. Hoteles, restaurantes, bares y nuevas edificaciones que tienen un severo impacto en algo esencial para los viñedos: EL AGUA. Se estima que, de continuar a este ritmo, no habrá tierra que cultivar en los años venideros.

¡EL RECONOCIMIENTO MUNDIAL!

Actualmente a nivel mundial, México es ya reconocido como productor de vino. Un arduo trabajo de años, que, si bien no sólo le corresponde a Valle de Guadalupe por la relevancia de otros estados productores, si es sin duda la región emblemática de nuestro País. Chefs como Gordon Ramsay han visitado la cocina de Doña Estela. Muchos otros famosos visitan en “la parada obligatoria” la Carreta de la Guerrerense en Ensenada, atendida por Doña Sabina con toda esta sencillez que siempre ha existido en el Valle que nos hace valorarlo más.

¿EL VALLE EN PELIGRO DE EXTINCIÓN? 

Este es un llamado al gobierno y a todos esos empresarios foráneos que llegan a invertir a Valle de Guadalupe y que nada tienen que ver con los residentes que se dedican a la industria vinícola y vitivinícola; a esos que abren hoteles cada día más lujosos y a esas inmobiliarias con desarrollos enormes que ilusionan al cliente de que vivirán dentro de un viñedo. También a los que hacen eventos y bodas multitudinarias que nada tienen que ver con la cultura de vino. Debemos todos hacer conciencia, para realmente tener un valle con viñedos y no con antros y vida nocturna.

DETONA se una a la pena de nuestro socio editorial Ángel Quintanilla, por el sensible fallecimiento de su hermano.