Lo que vendrá, vendrá y lo acepto
Seré lo que soy y no lo que los otros quieren que sea
Aceptaré las leyes proclamadas por la colectividad, pero en mi mente y en mi corazón permaneceré libre de pensar y amar lo que desee.
Lo que no soy, nunca lo seré. Lo que en verdad soy, lo seré siempre
Dejaré de afirmar que mi realización está en el futuro. Es ahora cuando debo realizarme, hacer fructificar mis potencialidades.
Si Dios no está aquí, no está en ninguna parte. Si yo no estoy aquí, no estoy en ninguna parte.
No voy a desdeñar el presente por un misterioso porvenir.
Si hay un más allá, no necesito saberlo ahora
Cuando venga lo que tiene que venir, si es algo, nada me impedirá saberlo. Si es nada, yo también seré nada. ¿Por qué entonces angustiarme?
Me desprenderé de las ideas necias formadas por creencias hijas de la angustia:
Soy lo que estoy siendo, no lo que fui ni lo que seré, viviré decidiéndome a pensar que si ahora, domando mi espíritu, alcanzo la paz, en el futuro, si soy consciente, seré capaz de existir con felicidad en cualquier dimensión.
Entonces, sin preocuparme por ese Más Allá, gozaré expandiendo los límites de mi conciencia, conociendo todo lo que me sea posible conocer, sin estancarme defendiendo límites intelectuales, emocionales, sexuales o materiales.